Las diez claves para entender la Superliga europea

Javier Giraldo

Javier Giraldo

“Hoy puedo anunciar una noticia que cambiará las perspectivas de ingresos del club para los próximos años. La junta del Barça ha aprobado los requerimientos para poder participar en una futura Superliga europea, un proyecto que garantizará la sostenibilidad económica del club”. Fueron literalmente las últimas palabras de <strong>Josep Maria Bartomeu</strong> como presidente del Barça.

Las pronunció el pasado 27 de octubre. Desde entonces, el concepto de la Superliga europea ha quedado flotando como una nube en el ambiente del fútbol profesional europeo.

Acusado de elitista y de poco realista, el proyecto ya genera polémica, a pesar de que apenas han trascendido detalles de manera oficial y de que varios de los clubes implicados –entre ellos, el Barça- han firmado cláusulas de confidencialidad.

También genera numerosas incógnitas, que intentamos ayudar a resolver en este informe:

1. ¿DE DÓNDE NACE LA IDEA DE UNA SUPERLIGA EUROPEA?

Prácticamente desde la creación del G-14 -hace ahora 20 años- los grandes clubes de Europa masticaban la idea de reclamar más ingresos por participar en una competición tan lucrativa como la Champions. Lucrativa para la UEFA, sobre todo. Algunos clubes pusieron sobre la mesa la posibilidad de organizar una competición paralela, como ocurrió con la Euroliga de baloncesto y la escisión entre la FIBA y la ULEB.

Pero la UEFA supo aplacar esas exigencias aumentando las cantidades destinadas a los clubes.  Sin embargo, hace ya cuatro años, Andrea Agnelli, presidente de la Juventus y de la ECA, esbozó una queja. “La Champions League vale 1.500 millones de euros en derechos de televisión, frente a los casi 7.000 millones que mueve la Liga de Fútbol Americano (NFL).

Los estudios de mercado demuestran que, de los 2.000 millones de aficionados al deporte en el mundo, unos 1.600 millones son fans del fútbol y únicamente 150 millones lo son del fútbol americano. Hay que reflexionar acerca del potencial inexplorado en los formatos actuales de competición en el fútbol”.

Bartomeu creía que solo a través de la Superliga, el Barça hubiera podido ingresar 500 millones de euros; la mitad del presupuesto del club

En resumen, los grandes clubes de Europa han echado cuentas: están convencidos de que con una Superliga creada por ellos sus ingresos se multiplicarían por tres o por cuatro. En la temporada 2018-19, la última en la que constan cifras oficiales, el club que más ingresó por jugar la Champions fue el Barça, con 117,73 millones de euros. Bartomeu creía que con una Superliga, el Barça hubiera podido ingresar 500 millones de euros (la mitad del presupuesto del club), incluso más, en caso de proclamarse ganador del torneo. 

Otra motivación tiene que ver con las herramientas que tienen los clubes tradicionales frente a los ‘clubes estado’: Real Madrid y Barcelona se han quejado varias veces de que competir con Manchester City y PSG, en manos de jeques árabes o cataríes, es cada vez más complicado. Formar parte de una Superliga que en teoría multiplicaría los ingresos igualaría las fuerzas, según los rectores de los grandes clubes españoles. 

2. FORMATO DE LA SUPERLIGA EUROPEA

El proyecto contempla una liga cerrada entre los grandes equipos europeos. Entrarían 16 o 18 equipos, todos pertenecientes a las grandes Ligas europeas: Alemania, Italia, Francia, Inglaterra y España. Ninguna Liga podría tener a más de cinco equipos, lo que dejaría fuera a unos de los 'Big Six' del fútbol inglés; City, United, Liverpool, Chelsea, Arsenal y Tottenham.

La Liga se disputaría a doble vuelta: serían 30 o 34 jornadas. Los ocho primeros jugarían un playoff en sede única, al estilo de la Champions de la pandemia en Lisboa. La competición reservaría dos descensos y dos ascensos para permitir la entrada de nuevos clubes.

El fracaso del 'Big Picture', proyecto impulsado por los seis grandes clubes ingleses para ganar poder, es un toque de atención

3. EL CALENDARIO DE COMPETICIÓN

Las previsiones apuntan a la temporada 2022-23, aunque esa fecha tiene un problema: está en medio del trienio 2021-24 y la UEFA ya ha comprometido los derechos de sus competiciones europeas para ese periodo de tiempo. Para los clubes promotores de la Superliga no será fácil ni rápido romper con la UEFA. 

Lo sucedido hace poco en el fútbol británico sirve como ejemplo. No siempre los clubes de elite se salen con la suya: hace menos de un mes, la Premier League tumbó el proyecto ‘Big Picture’. Impulsado por el Manchester United y el Liverpool, el plan pasaba por reforzar la posición de los seis grandes del fútbol inglés (Tottenham, City, Arsenal y Chelsea, además de United y Liverpool) a costa de reducir la Premier de 20 a 18 equipos, suprimir la Carabao Cup (Copa de la Liga) y conceder ayudas por valor de 260 millones de euros a los clubes de Segunda y Tercera (los que forman parte de la English Football League), pero a cambio de concentrar el poder de las grandes decisiones económicas en los clubes más grandes. El ‘Big Six’ tendría voto preferencial.

La Premier League rechazó el proyecto, una decisión que puede generar un precedente –en este caso, negativo- para la Superliga.

JP Morgan y CVC Capital Partners ya han iniciado conversaciones para financiar el proyecto

4. ¿DE DÓNDE SALE EL DINERO?

Es una de las grandes preguntas que sobrevuelan el proyecto. ¿Quién lo financia? Desde hace meses, los propietarios estadounidenses del Liverpool y del Manchester United (John Herny y los hermanos Glazer, respectivamente) empezaron a negociar un crédito por valor de 5.000 millones de euros con la financiera estadounidense JP Morgan.

Algunas fuentes apuntan también que el grupo inversor CVC Capital Partners, con sede en Londres y Luxemburgo, estaría interesado en invertir en una gran Liga europea.   

La Superliga duplicaría el calendario y obligaría a los grandes clubes a contar prácticamente con dos plantillas

5. ¿SERÍA COMPATIBLE CON LA CHAMPIONS Y LAS LIGAS DOMÉSTICAS?

Sobre el papel, sería un torneo llamado a sustituir a la Champions League, pero compatible con las ligas de cada país. Sin embargo, si se pone en marcha, la Superliga europea obligaría a replantear radicalmente las plantillas de los equipos grandes. ¿Cómo encajar en el calendario 38 jornadas de Liga doméstica y 34 de Superliga europea, además de la Copa o la Supercopa de cada país?

Los equipos deberían contar probablemente con plantillas mucho más amplias, para poder formar dos equipos diferentes y asumir todas las competiciones con garantías. Esa circunstancia dispararía lógicamente el gasto de la masa salarial y chocaría frontalmente con el ‘fair play’ de la FIFA. 

La UEFA ya se habría comprometido a estudiar un planteamiento de la Champions a partir de 2024

6. ¿CUÁL ES LA POSTURA DE LA UEFA?

La UEFA ya ha comprometido los derechos de televisión correspondientes al ciclo 2021-24, por lo que no se plantea cambios antes de 2024. Para la temporada 2021-22 está prevista la puesta en marcha del tercer torneo europeo, la Conference League, con equipos de los países más modestos del continente, que no afectará a la Champions.

Ceferin: "Los principios de solidaridad, ascensos y descensos y ligas abiertas no son negociables" 

Antes de la pandemia, la UEFA ya había mantenido reuniones con diversos agentes del fútbol europeo para preparar el trienio 2021-24: se especuló con la posibilidad de reformular la Champions más allá de 2024: cuatro grupos de ocho equipos, lo que aseguraría un mínimo de 14 partidos en fase de grupos, con octavos, cuartos, semifinales y final. El campeón y el finalista jugarían un total de 21 partidos, en lugar de los 13 actuales.

Esa nueva Champions sería casi una Liga cerrada: 24 equipos tendrían la plaza asegurada. Entrarían ocho equipos nuevos cada temporada, los cuatro semifinalistas de la Europa League y cuatro campeones de Liga que no hubiesen participado en la campaña anterior. Eso supondría que solo el 12 por ciento de las plazas se repartiría en función de los méritos deportivos, pero la UEFA no ha confirmado nada al respecto.

Lo que sí ha quedado clara es la postura de su presidente, Alexander Ceferin. A finales del pasado mes de octubre, mostró su oposición radical al proyecto de la Superliga. “Los principios de solidaridad, ascensos y descensos y ligas abiertas no son negociables. Es lo que hace funcionar al fútbol europeo y lo que convierte la Champions en la mejor competición del mundo. La UEFA y los clubes estamos comprometidos en fortalecer esta competición y no transformarla en una liga de diez, doce o incluso 24 equipos, que a la larga sería inevitablemente una competición aburrida”. 

La FIFA, que quiere impulsar su propio Mundial de clubes, se mantiene a la espera con cierto escepticismo

7. LA POSICIÓN DE LA FIFA

De momento, ambigua: Gianni Infantino, presidente de la FIFA –y que fue secretario general de UEFA entre 2009 y 2016- no ha apoyado el proyecto, pero tampoco se ha mostrado en contra, aunque ha mostrado algunas dudas. “No se trata de Bayern contra Liverpool, sino de Bayern contra Boca Juniors”, puso como ejemplo.

La FIFA está ocupada en impulsar el Mundial de clubes, que se disputaría cada cuatro años y que contaría con 24 equipos: la idea original pasaba por ponerlo en marcha en 2021 en China, pero la pandemia y el traslado de la Eurocopa a 2021 lo hacen imposible, por el momento. La FIFA quiere que los clubes no europeos también sean atractivos a nivel global. 

"No nos gustan las Ligas cerradas ni lo que implica en materia de solidaridad y de reparto de ingresos", cuenta Emilio Abejón (FASFE)

8. ¿QUÉ OPINAN LOS FANS?

Es probable que los aficionados de los grandes clubes aplaudan la iniciativa. O al menos, una parte de ellos. Pero muy probablemente el proyecto chocará con la oposición de los seguidores de los clubes medianos y pequeños, cuyo acceso a las grandes competiciones europeas quedaría cerrado.

“No nos gustan las Ligas cerradas ni lo que implica en materia de solidaridad y de reparto de ingresos. El dinero quedaría concentrado exclusivamente en la superelite. Los clubes pequeños tendrían muchos problemas. Muchos aficionados tienden a pensar que eso no es sano, incluso los seguidores de los grandes equipos”, sostiene Emilio Abejón, secretario general de la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (FASFE).

“El modelo europeo de deporte tiene poco que ver con las ligas cerradas que existen en Estados Unidos. En Europa aún es posible que un Leicester gane la Liga. Es parte consustancial de cómo entendemos el deporte en Europa, por eso creo que cualquier cambio debería eliminar los grandes procesos de elitización del fútbol”.

Abejón apunta además que el concepto de rivalidad cambiaría radicalmente -“no tiene nada que ver la rivalidad con el equipo de la misma ciudad o la misma provincia que con un equipo que está a 3.000 kilómetros”- y recuerda que el fútbol “es como una pirámide: tiene que tener una buena base. Buena parte de los éxitos del fútbol español se explican porque desde hace 20 años existe en España una gran formación de base. Y de la misma forma que es normal que el talento fluya de abajo a arriba, sería deseable que el dinero del fútbol fluyese de arriba abajo”.

La Superliga podría tener que importar árbitros de CONMEBOL o CONCACAF

9. ¿QUÉ ÁRBITROS DIRIGIRÍAN LOS ENCUENTROS?

Los árbitros que dirigen los partidos de las competiciones europeas son elegidos por la UEFA dentro del panel de árbitros internacionales de la FIFA.

Si como todo parece indicar la UEFA -y presumiblemente también la FIFA- se oponen frontalmente a este proyecto impulsado por los grandes clubes, resulta improbable que cedan a sus árbitros, por lo que los clubes deberían buscar una alternativa en este sentido. Llegado el caso, los miembros de la Superliga podrían verse obligados a negociar con la FIFA para que sean árbitros de CONMEBOL o CONCACAF, por ejemplo, quienes piten los partidos del nuevo torneo. o. 

"Siempre estaremos pendientes de cualquier modificación o creación de una nueva competición pensando en el bienestar de los futbolistas”, advierte la AFE

10. ¿QUÉ OPINAN LOS JUGADORES?

Los futbolistas profesionales son los grandes actores de la película, pero su opinión suele tener poco peso. Toni Kroos, futbolista del Real Madrid, lo explicó con sinceridad desde su país. En el podcast ‘Einfach mal Luppen’ lamentó que los jugadores sean considerados como simple mercancía. “Solo somos títeres de la FIFA y la UEFA. Si hubiera un sindicato de jugadores, no jugaríamos una Liga de Naciones o una Supercopa de España en Arabia Saudí”, dijo el futbolista alemán.

También se refirió concretamente a la Superliga: “Estas competiciones tratan de absorberlo todo económicamente, también de exprimir a los jugadores físicamente. Soy partidario de dejar las cosas así cuando van bien. Las Ligas ya son ‘top’ junto con la Champions League y el Mundial”. 

En España, la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) mantiene la cautela como postura oficial. “Estaremos pendientes de cómo evoluciona este asunto, pero velando para que los derechos de los jugadores no se vulneren”, explican a SPORT fuentes del organismo.  

“La salud de nuestros compañeros es una de las cuestiones que más nos preocupa, y por ello siempre estaremos pendientes de cualquier modificación o creación de una nueva competición pensando en el bienestar de los futbolistas”. Teniendo en cuenta que esa Superliga cargaría aún más el calendario, no parece fácil que los clubes impulsores logren el visto bueno de los futbolistas