Stay Homas: "A Messi le compondríamos un tango"

Carme Barceló entrevista a 'Stay Homas'

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Carme Barceló

“No sabemos ni como ha podido pasar. Nos pusimos a cantar para pasar el rato y, de repente, nos metimos en la vida de la gente”. Como un virus pero al revés. Son la antítesis de esta pandemia. La alegría, la positividad, el buen rollo, el realismo sin “ese toque Mister Wonderful o Paulo Cohelo que no va con nosotros” y la complicidad. Tres amigos, tres formas de sentir y tres cerebros que, unidos, lo ganan prácticamente todo. Un tridente maravilloso que compone, toca y canta en una terraza minúscula del Eixample barcelonés. Un video que corre como la pólvora, unas letras auténticas y una cuenta en Instagram que sube seguidores día a día como la espuma. A Klaus Stroink, Rai Benet y Guillem Boltó les ha cambiado la vida en confinamiento y en zapatillas de estar por casa.

“Llevamos casi cuarenta días y aún nos estamos haciendo a la idea -reconoce Guillem-. Es todo muy ‘heavy’, muy fuerte. Estás tocando en tu casa con dos colegas y, en cuestión de días, cantas con Judit Nederman o te contactan Pablo Alborán, Rubén Blades o Michael Bubblé. A ver quien gestiona esto en medio de una pandemia”. Dieron positivo en pleno negativo. Paradojas de la vida, de la música “y de cantar a la realidad, con los altibajos que todos tenemos. Y las carencias de todo tipo. Pasamos del positivismo barato. Estamos en lo que estamos y no hay que ponerle parches. Esta situación es durísima y lo único que pretendemos es distraer y compartir”, apunta Klaus.

Nos conectamos a través de videollamada, como Stay Homas hace con todos sus invitados. Valentí Enrich, el fotógrafo, se desconfina un par de horas para acercarse al ático más aplaudido de Barcelona. Los tres son cercanos y destilan mucha naturalidad aunque esos ‘nombres con lucecitas’, como les digo, hayan alterado su realidad. La que viven hoy es otra, con cientos de miles de seguidores que preguntan, como mi sobrina Paula, “¿qué han ‘colgado’ hoy? Los estoy esperando”. Rai, aún en estado de shock, dice que “pasamos casi ocho horas al día componiendo. Y casi otras tantas con una vida inesperada”.

FÚTBOL Y FIFA. Tres meses llevan viviendo juntos aunque se conocen desde hace un montón de años. Klaus Stroink es trompetista del grupo Búhos y Nil Moliner; Guillem Boltó, trombonista de Doctor Prats y Rai Benet, bajista de Búhos y Nil Moliner. Tan distintos y, encerrados, tan iguales. Como casi todos. Estas canciones ‘de confineo’ recogen el sentir de la mayor parte de la población. En alguna de ellas han hablado de una de sus pasiones, el fútbol, e incluso Riqui Puig compartió uno de sus videos con su música de fondo. Guillem es del Girona “gracias al FIFA y estoy con ellos a muerte. Fiché a Zlatan Ibrahimovic por cuatro años y me cambió la vida”, explica riendo. 

Muy culés, están dispuestos “a componerle un tango a Messi. O lo que sea. Es el mejor, único e irrepetible”. Echan de menos “aquel Barça del ‘jogo bonito’ y de la excelencia. El legado que nos dejaron Cruyff y Guardiola hay que mantenerlo a través de la cantera”. Klaus es el más apasionado en lo que a fútbol se refiere. “Mi padre es del Werder Bremen y, aunque ahora el equipo no está demasiado bien, me inyectó su amor por este deporte y lo he proyectado en el Barça”. Reconoce que “no sé en qué momento estoy ahora. No sé cuando disminuyó el optimismo pero esto es así. Tuvimos un ‘subidón’ esta temporada con Ansu Fati, sí, pero poco más. Somos líderes, ya, pero ¿en qué va a quedar todo?”. Los tres tienen muy claro que “Messi, haga lo que haga, lo hace bien. Nos da la vida”. La misma que ellos en medio de esta pandemia: genialidad, ilusión y mucho arte.