Sorpresa y malestar en el vestuario con Koeman

Koeman tiene un nivel de sinceridad inversamente proporcional a su diplomacia, una característica muchas veces confundida con la hipocresia, defecto del que parece carecer el holandés. Ronald ha ejercido sin filtros durante toda la temporada y hasta las últimas consecuencias, una forma de actuar que no todo el mundo ha encajado bien. En su última rueda de prensa, tras ganar al Eibar, se atrevió incluso a dudar de sí mismo: “No pienso que soy el mejor entrenador para este club, hay mejores”. Es difícil encontrar un ejercicio mayor de autocrítica, pero no todos sus jugadores entendieron el análisis que hizo sobre la calidad del equipo: “La plantilla no tiene el nivel que queríamos”.

Aunque su opinión era de sobras conocida, parte del vestuario encajó sus palabras con sorpresa y cierto malestar. No tanto por el fondo de la cuestión, sino por el momento y, sobre todo, porque un día antes había pedido “respeto” para los mismos jugadores de los que ahora era él quien dudaba. Este cambio de registro provocó cierta tensión e incomodidad tras el encuentro y durante el viaje de regreso a Barcelona. Sorprendió el cambio de discurso cuando solo habían pasado 24 horas de una rueda de prensa previa al partido que sus futbolistas le agradecieron. Y es que son muchos los jugadores que están pendientes de su futuro, conscientes de que el verano puede ser muy movido en lo que a altas y bajas se refiere. La incertidumbre alrededor del nuevo proyecto y las declaraciones públicas que hizo Joan Laporta días atrás no gustaron. Y tras haberles defendido, la plantilla recibió como otro golpe las palabras de Koeman, cuya relación con, sobre todo, los pesos pesados del vestuario, ha sido excelente durante toda la temporada. 

De hecho, desde el primer día, los futbolistas se mostraron muy satisfechos por el trato directo y sincero del técnico, que siempre ha ido de cara y ha mantenido un diálogo constante y constructivo con quienes más peso tienen en el vestuario. Es obvio que la relación no ha sido satisfactorio con todo el mundo, pero el balance es más que positivo en líneas generales. De ahí la sorpresa que causaron sus últimas palabras sobre el nivel y la calidad de la plantilla blaugrana.

Responsabilidades compartidas

La sensación en el equipo, en líneas generales, es que el balance de la temporada no puede ser del todo positivo porque cayeron demasiado pronto en la Champions y no han sabido mantener la pelea hasta el final en LaLiga. Entienden que la Copa fue todo un éxito y, en cierta manera, inesperado por cómo se logró, remontando en todas las eliminatorias y ganando con solvencia la final ante el Athletic. También valoran la trayectoria en LaLiga desde inicios de año, aunque asumen que el bajón en las últimas jornadas es inadmisible. Eso sí, quieren que las responsabilidades sean compartidas porque entienden que todos tienen parte de culpa, incluido el cuerpo técnico liderado por Ronald Koeman. De ahí la sorpresa por su crítica.