La sinfonía en el Bernabéu fue esta vez de Piqué

Piqué, un Káiser en el Bernabéu

Piqué, un Káiser en el Bernabéu / AFP

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

No hay nada mejor para un amante de la música clásica –con el permiso de Shakira- que asistir a una sinfonía. Esa alegre melodía en forma de pitos relajó desde el inicio a un Gerard Piqué que se erigió en el indiscutible ‘Kaiser’ del Barça en el Clásico. Sobre todo, en la primera mitad, cuando frustró por tierra, mar y aire las embestidas del conjunto blanco.

El central catalán, situado como de costumbre en la derecha, no solo hizo su trabajo a la perfección sino que, además, fue la extensión de Sergi Roberto en el lateral. Cada vez que el de Reus se veía desbordado, ahí aparecía Gerard para hacer la cobertura. Omnipresente.

Cristiano y Marcelo pisaron área con peligro con cierta frecuencia, pero incluso cuando el central no podía salir de su posición demostró una gran inteligencia táctica a la hora de adelantarse unos metros y leer el pase atrás.

También a balón parado se echó Piqué el equipo a la espalda. En el ámbito defensivo, claro. El Real Madrid tiene en el balón parado una de sus mejores armas y, de hecho, los de Zidane ya avisaron en los primeros minutos con un gol anulado a Cristiano Ronaldo. El ‘3’ azulgrana se hartó a despejar balones con la cabeza. Siempre bien colocado, Piqué garantizó la seguridad que a menudo le falta al Barça en las acciones de estrategia.

En la segunda mitad, Piqué no solo mantuvo su excelente rendimiento defensivo, sino que ganó protagonismo con la posesión. El equipo de Valverde había sufrido una alta presión en el primer tiempo, por lo que el bueno de Gerard ofreció soluciones e incluso se animó a ‘ir de excursión’ cuando tuvo espacio para hacerlo.

Ya con el partido resuelto, el conjunto azulgrana sufrió una incomprensible desconexión que pudo costarle cara. Entonces, entre Vermaelen y un gigantesco Ter Stegen evitaron que los blancos se metieran en el partido. El '3' busco su gol para meter el dedo en la llaga, pero no lo encontró esta vez. Con el pitido final, el Barça se puso media Liga en el bolsillo y Piqué dio por concluida su perfecta sinfonía en el Bernabéu.