Así ha sido la explosión de Vitor Roque

Vitor Roque vuelve a ser una máquina de golear y empieza a demostrar por qué el Palmeiras abonó casi 30 millones de euros para firmarlo, convirtiéndolo en el fichaje más caro de la historia del fútbol sudamericano. No ha sido fácil, por eso. Ni mucho menos un camino de rosas. El brasileño llegó como estrella mundial después de su paso por el FC Barcelona, con más penas que glorias, y por el Betis, donde tampoco cuajó, pero le ha costado mostrar su mejor nivel.

Vitor Roque, desatado

Se ha llevado palos, claro, sobre todo después de que 900 minutos y 12 apariciones después el '9' aún no había visto portería con su nuevo club. Pero entraba dentro de los planes que el jugador le costase entrar y ser decisivo. No para la prensa ni para los aficionados, pero sí para un Palmeiras que sabía que tenía que ir poco a poco con él.

Según ha podido saber SPORT, en el club y en el staff técnico jamás se dudó de su talento y de su encaje, incluso en los peores momentos, donde ni el propio jugador lo acababa de ver claro. Incluso, apuntan, Vitor Roque, con el paso de los minutos y viendo que las cosas no iban como se esperaba, llegó a no creer demasiado en sí mismo.

El plan del Palmeiras

Por eso, el Palmeiras tenía un plan con él. De primeras, optó por una integración gradual y planificada, sin ningún tipo de prisas. Tras lo sucedido en Barcelona, el club no quería volver a meterle en una burbuja de presión constante que pudiera asfixiarle. Después, el club le brindó toda la ayuda psicológica posible.

Fuera expectativas, buena gestión de la ansiedad y 'limpiar' mentalmente a un futbolista que, siendo jovencísimo, había levantado ya demasiadas pasiones por medio mundo. Calma total, incluso cuando el futbolista se seguía atascando en cada partido y las críticas eran cada vez más feroces.

Por último, en ese clima de tranquilidad, Abel Ferreira y su equipo trabajaron a Vitor Roque para adaptarlo de nuevo a un nuevo contexto, con un componente físico, técnico y táctico diferente al que había tenido en Europa. El joven ariete brasileño debía volver a ponerse a todo en todas las facetas del juego, tanto de pies y piernas como de cabeza. Y así ha sido. Semanas más tarde, Vitor Roque está volviendo a ser el que un día fue en Brasil.

Tres partidos marcando

De los 900 minutos y 12 partidos sin marcar, a llevar ya tres partidos seguidos marcando para llevar a su equipo a lo más alto del Brasileirao. Se ha quitado la soga del cuello que le ataba en esos dos meses dramáticos, en parte por la ayuda que ha tenido desde el club, y en parte por los goles, que suelen ser la mejor medicina para que un delantero centro vuelva a recuperar la sonrisa.

Cuentan que Abel Ferreira y los suyos siempre creyeron en él, incluso cuando el futbolista se hacía viral en redes sociales por fallar ocasiones que no podía fallar. Ahora está recogiendo los frutos del trabajo realizado en estos últimos meses.

"Estoy muy feliz por este gol, por esta victoria tan importante para todos nosotros. Hemos demostrado que nunca bajamos los brazos y que luchamos por cada balón hasta el final", comentó un exultante Vitor Roque, que ha dado los seis últimos puntos ligueros a su equipo, después del duelo ante el Sao Paulo. Tigrinho, por fin, vuelve a sonreír en Brasil.