Setién medita volver al 4-3-3
Quique Setién ha explicado por qué ha virado su plan inicial de ir a por todas caiga quien caiga. Ha argumentado su decisión de ser más pragmático en una entrevista concedida a ‘ELPERIÓDICO’ en la que rechaza el papel de “suicida”. Asegura que una cosa es ser fiel a una forma de pensar, de vivir y de intepretar el fútbol y otra muy diferente, tirarse por un barranco. Básicamente, a eso se le llama sentido común.
El técnico cántabro, desde que llegó al Camp Nou, ha mantenido una lucha con el tiempo, con la inercia del equipo y consigo mismo. En este momento parece haber llegado a un punto de equilibrio, más allá de los resultados, que le permite tomar decisiones ajustadas a cada circunstancia. Y las que ahora someten a la plantilla son evidentes: faltan futbolistas y hay que adecuar el dibujo a los hombres con lo que uno cuenta. Es por ello que Setién medita ante la visita de la Real Sociedad regresar al 4-3-3, que no es su idea inicial, pero tampoco la que últimamente ha usado, ese 4-4-2 con Arturo Vidal a medio camino entre la línea de ataque y el centro del campo.
VIDAL, LA CLAVE
De hecho, el chileno es la clave de todo. Si sale de inicio, es probable que el 4-3-3 siga guardado en el cajón de los recuerdos, aunque todo apunta a que podría arrancar desde el banquillo porque el técnico solo cuenta con cuatro centrocampistas de la primera plantilla, grupo al que este sábado se suma Riqui Puig. No puede descartarse la presencia del canterano en el equipo inicial, pero lo más probable es que sean Busquets, De Jong y Rakitic quienes peleen por la posesión ante los donostiarras desde el primer minuto. En ese caso, Arturo Vidal y Riqui Puig esperarían su turno desde el banco de suplentes.
SISTEMA GANADOR
Lo que ha marcado el devenir del equipo de Quique Setién desde que aterrizó en Barcelona no ha sido tanto el sistema, sino las dos caras que muestra como equipo local y visitante. Mientras en casa todo es de color de rosa, los desplazamientos son un drama. Se trata de la misma dinámica mostrada antes en la etapa de Ernesto Valverde. Nada ha cambiado, en ese sentido. Fuertes en casa, débiles fuera.
Los números, la mayoría de veces, no engañan:cinco partidos disputados en el Estadi, cinco victorias;seis partidos disputados a domicilio, dos victorias, un empate y tres derrotas. La conclusión es que, más allá del dibujo, el Barça ha ganado siempre ante su afición y, en cambio, presentado distintos esquemas ha obtenido resultados dispares lejos del Camp Nou. Siendo esto así, a Setién lo que le debe preocupar, más que el plan que presente en la pizarra, es la forma en la que lo ejecutarán sus futbolistas. Y los precedentes dicen que lo hacen con mayor efectividad en casa que fuera.
VÍCTIMAS DEL SISTEMA
Granada (1-0), Leganés (5-0), Levante (2-1) y Getafe (2-1) han sido los cuatro rivales que han visitado Barcelona y se han enfrentado a un Barça cuyo sistema estaba formado por tres centrocampistas. Para ser justos, ante el Granada fueron cuatro centrocampistas porque en ataque Setién sacrificaba un defensa para incorporarlo a la medular. De hecho, la evolución es lógica. El técnico cántabro ha ido sumando efectivos a la línea más productiva del equipo. Primero lo hizo arrancando jugadores desde la defensa y, luego, lo ha hecho extrayendo hombres de la delantera hasta convertir el dibujo en un 4-4-2 de partida. Podría repetir ante la Real Sociedad, pero entonces solo contaría con Riqui Puig, si no acaba siendo titular, en el banquillo. El 4-3-3 apunta a que será el elegido.
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