Setién, el eterno salvavidas del Racing

El gol que marcó Setién como jugador al Barça... en el Camp Nou

Quique Setién, además de entrenador, también fue un fino estlista cuando era jugador y el Barça lo sufrió en sus propias carnes en el Camp Nou / sport

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Un hilo irrompible une a Quique Setién con el Racing de Santander: es el equipo de su vida, el que más alegrías y desvelos le ha dado desde que debutó en Primer en 1977.

No es el jugador con más partidos de la historia del club (el portero Ceballos mantiene una marca que en Santander ven imposible de superar) ni el más laureado (Gento, que apenas jugó en el Racing, sigue siendo el jugador con más Copas de Europa de la historia, seis), pero Setién es probablemente el más querido y admirado por la afición del Racing.

Es un amor correspondido, porque desde que colgó las botas, Setién ha dedicado muchas horas de esfuerzo al Racing. Allí empezó a trabajar después de retirarse. Primero, como coordinador de las categorías inferiores del club. Desde muy pronto dejó su sello. Una de las condiciones que puso para aceptar el cargo fue que todos los campos de la ciudad deportiva de La Albericia (hoy llamadas instalaciones deportivas Nando Yosu) fuesen de césped artificial y no de tierra.

primer éxito como entrenador

También en el Racing empezó su carrera como entrenador, en la temporada 2001-02. El Racing estaba en Segunda y él ya era el director deportivo, pero la destitución del técnico Gustavo Benítez, en el arranque del curso, le obligó a sentarse en el banquillo. Recuperó al equipo y lo subió a Primera (su ayudante era Nando Yosu, que le había hecho debutar en 1977), pero no continuó la siguiente temporada: la llegada al club de Dimitri Piterman, uno de esos extraños personajes que empezaban a irrumpir en el fútbol español, le llevó a dar un paso al costado.

Siguió su carrera como entrenador en otros clubes hasta que años después, en 2014, la alarmante situación del Racing le hizo volver a Santander. Fue uno de los jugadores que trabajaron para salvar la delicada salud de una entidad que acababa de cumplir cien años y que estaba a punto de desaparecer.

Los empleados del Racing llevaban meses sin cobrar, el equipo malvivía en Segunda B y las cuentas no cuadraban. Se imponía una ampliación de capital que no funcionó hasta que Setién, acompañado del alcalde de la ciudad (Iñigo de la Serna) y del presidente de Cantabria, Ignacio Diego, pidió ayuda de manera desesperada a la afición de toda Cantabria.

un milagro económico

Le acompañaron otros ex jugadores como ‘Tuto’ Sañudo, Gonzalo Colsa o Manolo Higuera. Junto a ellos, Setién obró un milagro: en menos de una semana el Racing recabó prácticamente un millón de euros, cifra suficiente para evitar la desaparición. Cuando los números empezaron a salir, Setién se apartó de la gestión del club.

Ahora el Racing está en Segunda, aunque ocupa la última plaza de la clasificación. Setién no ha vuelto a entrar en el club, pero quienes mejor le conocen aseguran que el nuevo entrenador del Barça alberga desde hace ya bastantes años un sueño de futuro: convertirse algún día en el dueño o el presidente del Racing para disfutar del equipo de su vida desde el palco de El Sardinero. Y por supuesto, en Primera división. 

Setién y el matiz de las vacas

Fue una frase curiosa y simbólica, que a Setién le salió del alma para ejemplificar cómo le había cambiado la vida en 24 horas. “Ayere estaba paseando por mi pueblo entre vacas y hoy entreno a los mejores del mundo”, dijo en su presentación.

Sin embargo, no faltó quien malinterpretó sus palabras, como si el cántabro hubiera menospreciado al mundo rural o algo por el estilo. Nada más lejos de su intención, por eso hoy, en su primera rueda de prensa en la Ciudad Deportiva, Setién tiene intención de aclarar que no quiso ofender a nadie, solo explicar el cambio que vivió en apenas unas horas, de su pueblo cercano a Santander al banquillo del Barça.