FC Barcelona

Sergi Roberto: Las cuatro lecciones

Tras tres temporadas sepultado en un mar de suplencias, la maldita gira de Estados Unidos y una plaga de lesiones permitieron que Sergi Roberto recobrara la confianza perdida y explotara como lateral... y como centrocampista

Sergi Roberto ha explotado tras recuperar la confianza en su juego

Sergi Roberto ha explotado tras recuperar la confianza en su juego / sport

Ernest Folch

La historia de Sergi Roberto es apasionante porque no es lineal. Fue primero un jugador brillante en las categorías inferiores del Barça, pasó a ser uno de los mirlos blancos del filial, y llegó al primer equipo con una aureola de gran jugador, que sin embargo se fue apagando a medida que se le iban dando minutos. Fue así como pasó tres temporadas sepultado en un mar de suplencias, cada vez más discutido y, lo que todavía es peor, cada vez más olvidado. Parecía que la estrella ya se había apagado hasta que este verano, en una irrelevante y molesta gira de verano por los Estados Unidos, Luis Enrique apretó una tecla providencial: convenció al jugador de probarse como lateral derecho, y el experimento funcionó.

Con la temporada empezada, y tras una lesión de Dani Alves, el entrenador azulgrana se lanzó a la piscina con valentía: la osadía de Luis Enrique tuvo premio y Sergi Roberto se reveló de repente como un lateral incisivo, muy peligroso y con una sorprendente participación en el juego colectivo del equipo. La plaga de lesiones afectó entonces al medio campo y Luis Enrique tuvo que dar un paso más: lo colocó en el medio campo, y continuó su prodigiosa ascensión. Hasta que la noche de este sábado, contra el Getafe, explotó definitivamente con un recital de tal calibre que incluso inventó un taconazo imposible en el primer gol de Luis Suárez, así como un cambio de juego colosal en el segundo de Neymar, en medio de una exhibición donde se hizo amo y señor del medio campo.

La exhibición de Sergi Roberto debería poner fin a las montañas rusas de su carrera deportiva, en las que ha aparecido arriba y abajo en diferentes fases de su etapa formación, y enseña a su vez diversas lecciones dignas de tomar nota.

Lecciones

La primera es que quien arriesga apostando en favor de la cantera, como con este caso Luis Enrique, tiene premio asegurado. Segunda lección: más que la posición o el acierto táctico, la clave es la confianza en uno mismo. A raíz de su explosión como lateral diestro, muchos corrieron a decir que en realidad la nueva perla de la cantera azulgrana sólo servía para esta posición. Unos cuantos partidos más tarde los ha dejado en evidencia y ha demostrado ser un gran centrocampista, estatus que ha logrado paradójicamente gracias a la confianza que se le ha dado en otra demarcación sobre el terreno de juego. Tercera lección: la cantera azulgrana tiene un potencial enorme siempre y cuando se tenga paciencia con ella. Los diagnósticos que interesadamente proclaman que no existe talento en el actual Barça B para justificar decisiones sospechosas con Gerard Deulofeu, Adama Traoré o incluso Sergi Samper olvidan que las perlas sólo fructifican a base de esfuerzo, paciencia y confianza. Y cuarta lección: el excelso rendimiento mostrado en estas semanas es merecedor de un premio generoso. El monumental estado de forma actual de Sergi Roberto merece ser recompensado con un partido de los calificados como ‘grandes’, este Real Madrid-Barça que asoma ya a la vuelta de la esquina –20 de noviembre–. Se lo merece sin lugar a dudas.

Otra oportunidad para saber si en el Barça actual prima la meritocracia o la nombrecracia y si Luis Enrique cree a ciegas en sus propios y acertados inventos. El Barça, como cualquier ordenador avanzado, debe poder ir aprendiendo sobre la marcha de los aciertos y errores cometidos. Lo sucedido con Sergi Roberto es un caso a estudiar para ser todavía mejores en un futuro inmediato.