Las secuelas de un estreno que genera dudas

Los interiores intervinieron menos que los extremos en un Barça que jugó con precipitación

Xavi reconoció que el equipo sintió el peso de las expectativas en una temporada con más presión

Detalle del sombrero de Pedri

Detalle del sombrero de Pedri en el partido contra el Rayo Vallecano  / LaLiga

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El empate ante el Rayo ha rebajado la euforia alrededor del Barça. La pretemporada dejó entrever que estaba para competir contra los mejores. Pero el estreno liguero dejó entrever un diagnóstico más realista: es un equipo que ha hecho una profunda renovación y necesita tiempo. El Rayo, además, confirmó que es un rival particularmente incómodo para el Barça de Xavi. 

El técnico sorprendió tras el partido con su visión de lo ocurrido. “Las expectativas nos han pesado un poco. Nos ha faltado juego, pero también tranquilidad en el último pase, en los remates. Creo que el equipo ha estado más espeso por eso. Les dije que la presión era para mí”. Los números avalan la tesis de Xavi: el Barça tuvo mucha prisa todo el partido. Tanta que los extremos participaron más que los interiores. Pedri tocó 42 veces el balón (el décimo del equipo) y Gavi solo 28.

El Barça no encontró situaciones de superioridad y los mediocampistas recibieron el balón en situaciones incómodas que les obligaban a girar rápido. “Nos costó encontrar al hombre libre”, reconoció el egarense. El Barça tuvo mucho problemas en la salida de balón. Presionó el Rayo con marcas individuales y los centrales no encontraban una línea de pase con la agilidad de la pretemporada. 

Pedri en el campo ante el Rayo

Pedri en el campo ante el Rayo / EFE

La expulsión de Busquets deja entrever las dificultades del Barça. El mediocentro tuvo problemas para conectar con los interiores, que jugaron muy adelantados, algo habitual desde que llegó Xavi. El partido no sirvió para despejar el debate del lateral, sobre todo en el caso de Araujo. El central es un especialista defensivo pero sufre con balón. Los rivales lo saben y pueden flotarlo cuando tiene el balón -para centrar la marca en otros futbolistas- o apretarlo para forzar una pérdida. 

Tampoco el ataque del Barça estuvo a su mejor nivel. Especialmente Dembélé, que empezó al nivel de la pretemporada, pero acabó recordando demasiado al de la temporada anterior. A Raphinha también le faltó un poco de paciencia en sus acciones. El brasileño empezó esta vez el partido ocupando la banda derecha, su posición favorita. Lewandowski, por su parte, mostró madera de líder pero le faltó precisión en el remate. Enfrente se encontró con un Dimitrievski que ha parado los 10 remates a portería realizados en sus tres duelos ante los azulgrana. No fue la noche del Barça, que no ganó en su debut liguero. No ocurría desde el 2002 con un empate ante el Atlético.