Los 'secretos' del plan de Flick en el clásico del Santiago Bernabéu

El Barça completó en el Santiago Bernabéu una semana inolvidable. En el primer clásico oficial de Hansi Flick, su elenco mantuvo el desparpajo mostrado en este inicio de temporada y liquidó al equipo de Ancelotti con una nueva actuación estelar a nivel colectivo. El 0-4 habla por sí solo, aunque al margen del resultado lo que más satisfecho dejó al técnico alemán es cómo sus pupilos aplicaron todo lo hablado en la previa del envite.

Todas las polémicas del clásico entre el Real Madrid y el Barça

Se generó algo de debate en el entorno respecto a la altura de la línea defensiva ante las amenazas de Vinicius y Mbappé, pero este nunca fue interno. ¿Cómo iba a pedir Flick a sus jugadores que, de repente, cambiaran aquello que tan bien les venía funcionando? Hansi consideraba que dar una indicación diferente iba en contra de su credibilidad, por lo que su discurso fue sencillo: "No cambiaremos nuestra idea porque sea el Real Madrid", trasladó al grupo.

Y así fue. Los blancos cayeron hasta 12 veces en fuera de juego gracias a la magnífica coordinación de una zaga elogiada por Flick tras el partido. Y sí, el Barça pudo engancharse los dedos en alguna ocasión. Pero incluso esto estaba previsto o contemplado. Hansi avisó a sus pupilos que, por supuesto, podían encajar un gol e incluso dos. Sin embargo, el alemán animó a su equipo a perderle el miedo al intercambio de golpes, y más llegando a Madrid con Lewandowski, Raphinha y Lamine en estado de gracia.

Sin miedo al intercambio de golpes

Flick no temía un partido de golpes y quería que su equipo tampoco lo hiciera, algo que requería trabajo de mentalidad ya que la temporada pasada los blancos se impusieron al Barça, haciéndolo con claridad en la Supercopa de España. De algún modo, el teutón intentó que sus hombres se focalizaran más en el daño que podían hacerle al elenco de Ancelotti que el que podían recibir ellos.

El preparador culé, que se planteó seriamente optar por Frenkie de Jong como titular en vez de Fermín, pidió aprovechar los espacios y trabajó con Raphinha y Lamine cayendo a la espalda de Lewandowski cuando este viniera a recibir. Un taconazo de muchos quilates del polaco estuvo a punto de suponer el 0-1 de Lamine. En el descanso, Flick pidió perder el miedo con balón, ya que temiendo pérdidas peligrosas el equipo estuvo poco suelto en la medular y en tres cuartos. Tampoco se había castigado la zona de Lucas Vázquez con Raphinha, algo que sí se hizo en el segundo tiempo.

En la previa del choque, en la cabeza de Hansi figuraba la carta de Dani Olmo como posible revulsivo ante un Madrid cansado. Al final no hizo falta pero Flick sabía que la calidad del egarense era un arma valiosa cuando los blancos estuvieran ya desgastados.

Psicólogo con Iñaki Peña y la 'confirmación' del Bayern

Astuto en lo emocional, Flick empezó a jugar el clásico días atrás. Quería que sus pupilos estuvieran tranquilos, sobre todo un Iñaki Peña muy en el foco. Cuando dio por hecha la titularidad del alicantino incluso antes de medirse al Bayern, Flick quería que Iñaki se sintiera arropado y jugara tranquilo. Pese a un primer tiempo dubitativo, el arquero mejoró en la segunda y acabó con una más que correcta actuación.

Por último, y con la intención de que su grupo se convenciera de su potencial, Flick había remarcado a sus jugadores que lo que hicieron contra el Bayern era una gran y real prueba de madurez. No por haber ganado, sino por haber recuperado el pulso al partido tras el empate de los bávaros. Hansi invitó a su plantilla a no caer en la ansiedad o precipitación, pues frente al Bayern ya demostraron madurez para saber sufrir los momentos delicados.