FC BARCELONA
¿Se menosprecia a Raphinha? Las claves de la transformación de un año a otro
Ha sido Vicente Moreno quien defienda la importancia de Raphinha en el juego del FC Barcelona. Lo que va de un año a otro.

@DSports
Es el triunfo del antihéroe, de un futbolista a quien han obligado toda su vida a nadar a contracorriente en entornos tomados por la desconfianza. Raphinha, a sus 28 años y en su tercer curso en blaugrana, se ha aupado a la cima del fútbol mundial, donde nadie le esperaba ni le exigía estar porque jugaba con la etiqueta puesta de ser un obrero de clase media.
Llegados a este punto la temporada en que ya se ha sumado un título, contabiliza 25 goles y 18 asistencias, en 40 partidos con el Barça. Ha superado hasta a un killer como Lewandowski y es el blaugrana con más incidencia goleadora (el polaco ha marcado 34 veces y ha dado tres asistencias). El internacional canarinho es uno de los tres tenores en el equipo más realizador del continente. No hay ningún otro futbolista sudamericano tan determinante como él, ha desbancado a Vinicius Jr., y es firme candidato al Balón de Oro 2025.
Ahora, todo es mayúsculo, exuberante para quien era visto hasta el verano como un patito feo. Ha tardado, pero, a sus 28 años, ha florecido, se ha transformado en un cisne, merecedor de alimentar la estirpe de los grandes nombres brasileños que triunfaron en Barcelona y que ayudaron al club a ganar prestigio planetario, entre ellos su ídolo y paisano, Ronaldinho, gaucho de Porto Alegre como él.

Raphinha celebra su primer gol al Madrid en la final de la Supercopa / AP
Raphinha, a diferencia de Ronaldinho, de Romário, de Ronaldo, de Rivaldo o Neymar Jr., aterrizó en Europa por la puerta de atrás y sin pedigrí porque no había hecho su formación en ninguno de los clubes tradicionales del gigante sudamericano. Dejó anónimamente el equipo sub-20 del modesto Avaí, de Florianópolis en el sur del país, para recalar, a principios de 2016 en el Vitoria de Guimarães, portugués.
Es su periplo formativo y su paso por el fútbol portugués (Vitoria de Guimarães y Sporting Lisboa), francés (Rennes) e inglés (Leeds) donde fue cultivando una de sus mejores virtudes: la resiliencia, que le ha permitido adaptarse y crecer ante todo tipo de retos y obstáculos surgidos en escenarios dispares. La otra es la fuerza mental. Raphinha nunca se deja abatir, llevando al pie de la letra una de las máximas de su país: “sou brasileiro e não desisto nunca”.
“Tiene una gran confianza en sus propias posibilidades y esto lo transmite en todo momento”, explican a SPORT desde la sede de la CBF (Confederaçao Brasileira de Futebol), en Río de Janeiro.
La transformación en un líder
La obsesión de triunfar en el Barça ha condicionado todas sus decisiones. Por eso, el último verano se cerró en banda ante una oferta mareante de la Saudi Pro League que se veía con buenos ojos en la comisión deportiva culer. Los 100 millones de euros que se iban a ingresar en concepto de traspaso permitirían alcanzar la regla del 1:1, lo que se ha logrado hasta este enero.
Ver que, por sorpresa, sus compañeros lo convertían en uno de los capitanes, legitimó y ratificó que la determinación de no moverse de Barcelona era la correcta. No estaba solo, el grupo lo arropaba. “Alcanzar la capitanía ha sido muy importante para él, le ha impactado de forma muy positiva”, explican desde su entorno.

Raphinha con el brazalete de capitán / JAVIER FERRÁNDIZ
Esta transformación también ha traslucido cuando ha jugado esta temporada con su selección, donde ejerce de primera espada. “Otros pueden tener más calidad, pero él se siente líder y todo el mundo que tiene contacto con él lo nota, ejerce una gran influencia en el grupo”, ratifican desde la CBF.
El propio Raphinha explicaba, en septiembre, en una entrevista en el portal GloboEsporte, de Brasil, que la capitanía le había dado una gran fuerza interior. “El liderazgo se ve desde dentro y no quien está fuera. Me eligieron, en parte, por mi forma de ser, porque me llevo bien con todos, los jóvenes y los veteranos. Intento ayudar a quien llega al vestuario, sea desde la cantera o desde otro club. Como jugué en muchos lugares, doy mucha importancia a que el jugador se sienta arropado para ejecutar bien su trabajo”, dijo.
Amor a primera vista con Hansi Flick
Raphinha no era un perfil del agrado de Xavi Hernández. Prueba de ello es que, la temporada pasada, la 2023/24, solo disputó seis partidos al completo de los 37 en que fue alineado, lo que representa un 16,22%. De las 25 veces que entró en el once titular, fue sustituido en 16 ocasiones: o sea, en un 65% de oportunidades, casi dos de cada tres encuentros. Verse sustituido reiteradamente era algo que fustigaba al gaucho, porque lo interpretaba como una falta explícita de confianza.

Raphinha departe con Flick en el entrenamiento previa a jugar en Mallorca / Ferrándiz
Todo cambió con la llegada de Hansi Flick. Le habló mirándole a los ojos, le otorgó galones, lo empoderó y, a cambio, le pidió polivalencia. Le explicó que, difícilmente, jugaría como extremo derecho a pierna cambiada. Le proponía, con aquel lenguaje directo y con pocos matices de los alemanes, un cambio de paradigma. El técnico lo veía al inicio del curso, como un mediapunta detrás de los tres delanteros, que es el rol que aún ocupa con Brasil, donde creía que explotaría mejor su llegada. “Al principio no me gustó, pero el contexto era diferente, entendí que para jugar en el Barça o en la Seleçao, uno tiene que hacer diferentes roles y abrí mi cabeza”, ha explicado el brasileño en su país.
Con Flick, Raphinha ha jugado al completo la mayoría de los partidos en que ha sido alineado, todo lo contrario que el curso anterior. Y es una apuesta desde su inicio. A finales de septiembre llevaba un pleno de minutos en los ocho primeros partidos oficiales de la temporada.
No se trata de que el gaucho haya marcado a estas alturas el doble de goles que toda la campaña anterior…. es que, cuando queda la mitad de la temporada, ya había jugado más minutos que el último año con Xavi: 2.297 minutos por 1.950.
Flick le ha sacado máximo partido, le ha inyectado confianza y Rapha ha respondido con un fútbol de muchísimos quilates: asiste, rompe, presiona, empuja a los suyos con su ímpetu y finaliza como el mejor ‘9’, como dejó constancia con su doblete en la final de la Supercopa. Es un tesoro futbolístico.
Desde el entorno del brasileño, se destaca que la sintonía no solo existe con el técnico alemán sino con cada uno de los integrantes del cuerpo técnico. Todos reman en la misma dirección.
Un entorno reducidísimo y bajo control
Los últimos ‘craques’ brasileños que pasaron por la Ciudad Condal iban acompañados de una troupe de amigos y familiares, un reguero de conocidos y saludados que transmitían una imagen de algarabía, de vivir en una eterna Micareta, que es la celebración del Carnaval fuera de su época. La coartada era que la felicidad es el combustible para los creativos brasileños, como Ronaldinho y Neymar no se cansaron nunca de repetir.

Raphinha, su esposa Natalia y su hijo Gael... los Belloli al completo / Instagram
Lo de Raphinha es la antítesis al jolgorio y los desmanes. Vive en un entorno minimalista, controlado. “Quien convive con él ve que el momento familiar en esta fase de la vida es una de las claves de su éxito… la pasión que siente por su hijo, la comunión con su esposa. Raphinha vive en un ambiente muy sano”, se asegura a SPORT desde su círculo de influencia.
Nada se sabe qué hace la familia Belloli, más allá de lo que Natalia, la esposa del jugador y el propio Raphinha, filtran cuidadosamente en sus redes sociales. Todo ocurre en el más absoluto hermetismo, con el ambiente ejemplificador que debe tener cualquier deportista top mundial.
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