Scarone: el crack que no pudo ser

'El Mago' es el jugador con más títulos de selección de la historia

'El Mago' es el jugador con más títulos de selección de la historia / sport

Toni Closa

Santiago Blanco, será, si todo va bien, el decimoséptimo jugador uruguayo en vestir la camiseta del primer equipo. Algunos de ellos, como VillaverdeBenítez Luis Suárez son leyendas del club, otros pasaron sin pena ni gloria y también los hubo que fracasaron. Y entre estos, destaca la figura de Héctor Scarone, cuya efímera historia blaugrana rememoramos hoy.

Se le apodaba ‘El Mago’ y era la gran estrella de Nacional de Montevideo y la selección celeste que había ganado el oro en los Juegos Olímpicos de 1924 y tres campeonatos sudamericanos (1917, 1923 y 1924). De gira europea con su club, el 12 y 13 de abril de 1925 Scarone disputó dos partidos en Les Corts, contra el Barça (2-2) y un combinado Barça-Europa (2-1). Los aficionados catalanes pudieron ver en directo, por primera vez, su magia y la comisión deportiva del club, entusiasmada, propuso su fichaje a la junta que presidía Joan Gamper. Se le hizo una excelente propuesta... aunque era  teóricamente amateur.  Suponemos que al fundador no le debía hacer mucha gracia. Las negociaciones fructificaron en enero de 1926. 

El 15 de febrero, tras casi un mes de viaje, llegó a Barcelona a bordo del barco italiano ‘Re Vittorio’. Sólo seis días después debutó en un amistoso frente a Osasuna y el público de Les Corts le dedicó una gran ovación cuando saltó al campo. El cuadro blaugrana, que dirigía Robert Kröhn, también conocido como Jack Demby, actuó con Plattkó, Planas, Martínez Surroca, Torralba, Scarone, Carulla, Piera, Arnau, Samitier (Musterós 45’), Alcántara y Sagi. Ganó 5-1, con tres dianas del gran Paulino y dos de Arnau. La revista Futbol Asociación señalaba en su crónica que “terminó dándonos un curso de lo que debe ser un mediocentro. Hemos visto a un jugador completo, de excepcionales facultades, de agudísima percepción del juego, magistral como complemento del ataque y efectivo en la colocación defensiva. El club campeón ha ganado un gran elemento”. 

‘El Mago’, que no podía ser inscrito oficialmente hasta la siguiente campaña, siguió brillando en los siguentes 18 amistosos y marcó 19 tantos. Las expectativas eran máximas... pero nunca llegaría a debutar oficialmente. ¿Qué paso realmente?

Versiones las hubo de todo tipo. Se habló de mala vida, de inadaptación y de boicot de las estrellas blaugrana, en especial de Samitier, lo que el propio Pep desmintió: “Es un jugador extrarodinario, se va por causas familiares”.  

En sus últimas declaraciones antes de partir -hasta el último día se pensó que podría cambiar de opinión- Scarone dijo que “estaré eternamente agradecido al club y a Catalunya. Ni estoy en desacuerdo con la junta, ni descontento, ni nostágico. Nacional nada tiene que ver, sólo mi familia. Me voy pesaroso y deseando regresar muy pronto”.

Tenía, por cierto, una razón importante para volver. Había pasado el verano en la Costa Brava y aparte de gozar de sus playas y jugar partidos... se había enamorado de una preciosa muchacha de Sant Feliu de Guíxols. Pero no lo hizo. 

Al llegar a Montevideo le salió la vena patriótica. “Pensaba en Uruguay, que pronto vendrían los Juegos Olímpicos de 1928 y que debía volver acá. Y también en mi Nacional”. Y confesó que, a punto de embarcar -otra vez en el 'Re Vittorio' transalpino, el Barça le ofreció 50.000 pesos por firmar un contrato de cinco años. Por cierto que se llevó con él un precioso coche Packard, último modelo que había adquirido en Barcelona. Sólo pisó de nuevo Les Corts en 1931, en un amistoso con el Inter -entonces Ambrosiana- donde actuó una temporada sin mucho éxito.

ENTRENÓ AL MADRID... LLEVANDO SIEMPRE EL ANILLO DEL BARÇA

Tras volver a casa, Héctor jugó cuatro años más en Nacional, tres años en Italia (Ambrosiana y Palermo), otros cinco en el club tricolor de Montevideo y acabó, con ¡41 años! en el Wanderers. Con Uruguay logró el primer Mundial (1930), otro oro olimpico (1928) y  otra Copa América (1926). Luego fue técnico y  dirigío al Madrid de 1950 a 1952. Y cuentan que lo hizo sin sacarse nunca el anillo que le había regalado el Barça. Falleció el 4 de abril de 1967 en Montevideo.