Ronaldo ‘desquició’ a Gaspart hace 25 años

El vicepresidente del FC Barcelona, Joan Gaspart, nunca hubiera imaginado que fichar a un jugador fuera una profesión de riesgo… hasta que Josep Lluís Núñez le confió a él, su mejor delfín, la contratación del brasileño Ronaldo. Corría el mes de julio de 1996 y, como confesó el directivo, gran especialista en estas operaciones, fue “humillado”, tuvo que lidiar con “dos pistoleros” y no durmió “durante tres días”, además de “perder peso”.

El Barça fue a por Ronaldo, jugador que ya tenía controlado, para que liderara la nueva etapa tras el final traumático de la ‘era Cruyff’ (1988-1996). Con Bobby Robson confirmado como nuevo estratega del equipo, la dirección técnica, para pasar página, diseñó una plantilla de campanillas y el crack brasileño era la guinda.

Gaspart empezó a mover hilos, habló con Bill Maeyer, presidente del PSV Eindhoven, propietario del jugador, y con sus representantes, Reinaldo Pitta y Alexandre Martins, así como con Giovanni Branchini, empresario que representaba en Europa los derechos del futbolista. Ronaldo, por su parte, se posicionó claramente: “Quiero fichar por el Barça. No quiero seguir en el PSV. Estoy harto de Dick Advocaat”.

El jugador, desde la concentración de la selección olímpica de Brasil en Miami, una de las favoritas para colgarse el oro en los Juegos de Atlanta 1996, estaba colgado del teléfono. Sin embargo, había una piedra en el camino: el Inter de Milán tenía una opción preferencial por Ronaldo. 

El PSV acabó cediendo porque no podía retener al brasileño en contra de su voluntad y porque el Barça se avino a pagar el dineral que pidió el equipo neerlandés: 34 millones de florines (2.550 millones de pesetas, más de 15 millones de euros), cifra que no asumió el Inter, que además tenía atado ya al nigeriano Kanu.

El Barça ya tenía vía libre para contactar con el jugador y llegar a un acuerdo. Pero, por contrato, como explicó el periodista de SPORT, Toni Frieros, en el libro ‘Ronaldo, esta es su vida’, solo tenía 15 días para hacerlo. Y la cuenta atrás había empezado el 11 de julio.

Rumbo a Miami

Gaspart, Joan Ignasi Brugueras, Josep Lluís Núñez Jr y el traumatólogo Josep Borrell volaron a Miami el 15 de julio para atar al jugador, hospedado junto a la bunkerizada delegación olímpica brasileña en el Hotel Biltmore. Empezaron los problemas. El responsable de la selección ‘canarinha’, Américo Faria, dio largas a Gaspart y no accedió a que Ronaldo pasara ninguna revisión médica.

El Barça tenía interés en la exploración de la rodilla derecha del crack, operada en febrero por los servicios médicos del PSV. Borrell, en secreto, tuvo un primer contacto con el jugador en su habitación y pudo evaluarlo, aunque se corrió el riesgo que, de enterarse Faria y el seleccionador, Mario ‘Lobo’ Zagallo, fuera expulsado.

La negociación con los representantes de Ronaldo no fue como estaba prevista. Surgieron problemas. Gaspart tenía cara de pocos amigos. Había pedido una moratoria al PSV debido al atoramiento de la operación. No dormía, apenas ingería alimentos y no podía acceder a Faria, parapetado en la sexta planta, custodiada por dos celosos guardianes de seguridad.

Finalmente, tras interminables reuniones, hubo acuerdo: ocho temporadas y un sueldo de 250 millones en la primera con aumento sucesivo en las siguientes. El Barça se comprometió a pagarle un máximo de 600.000 pesetas en concepto de alquiler de vivienda, un automóvil y cuatro billetes de avión entre España y Brasil por temporada. La cláusula de rescisión (decreciente con los años) se fijó en 4.000 millones.

Todo estaba listo para la presentación, pero Ronaldo, bajo la disciplina de Brasil, no tenía disponibilidad. Faria, Zagallo y Ricardo Texeira (presidente de la CBF) accedieron a regañadientes. La revisión médica completa no fue posible, pero Ronaldo, sobre las 11 horas del 17 de julio de 1996, fue presentado como nuevo jugador del FC Barcelona.

Anécdotas

Por cierto, la camiseta azulgrana que apareció en la rueda de prensa, era del enviado especial de SPORT, que se la entregó a Gaspart para el acto y, posteriormente, el jugador la regaló a su madre. El vicepresidente fue muy duro con la delegación brasileña, causando el enojo de Faria y el jefe de prensa, Nelson Borges, especialmente.

Ronaldo apenas habló, pero dijo estar “muy feliz” y querer “hacer historia con el Barça”. El vicepresidente dejó una frase mítica: “El dinero debe estar en el campo, no en el banco… ni tampoco en la basura”. Y reconoció que “ha sido la negociación más dura de toda mi vida”. Gaspart se fue de Miami con el contrato firmado por Ronaldo en la maleta y un frasco de pastillas para dormir en el bolsillo.