Ronald Koeman, de Wembley a La Cartuja

La enorme huella de Ronald Koeman en el panorama futbolístico se aprecia repasando su dilatada trayectoria, tanto en los terrenos de juego como en los banquillos. Su experiencia en finales, con enormes alegrías pero también alguna dolorosa decepción, debe ser un valor añadido este domingo en La Cartuja. El holandés tiene la oportunidad de levantar su primer trofeo como entrenador del Barça, club al que le dio la mayor, por ser la primera y tan deseada, conquista de su historia: la Copa de Europa de Wembley. Para siempre, Koeman tendrá un puesto de honor en la historia de la entidad, pero ha llegado el momento de empezar a inaugurar el palmarés como entrenador azulgrana. Será su final número 30, ahí es nada.

1988, un año mágico

Ronald comenzó jugando como profesional a los 17 años en el Groningen junto a su hermano Erwin, dos años mayor, pero su primera final fue con el Ajax, en la Copa de Holanda. Y la ganó 3-0 al Roosendaal. No tuvo que esperar demasiado para celebrar una de sus mayores conquistas, la Copa de Europa de 1988, militando ya en las filas del PSV. Los de Eindhoven se impusieron en los penaltis al Benfica -entrenó después a ambos equipos- y el primer lanzamiento de la tanda, dicen que el más importante, lo asumió Ronald Koeman. Lo transformó.

No cabe duda de que 1988 fue un año inolvidable, pues un mes exacto después de esta conquista, el 25 de junio, logró su mayor éxito como integrante de una selección holandesa para la posteridad, con compañeros de la talla de Rijkaard, Gullit, Van Basten y compañía. La ‘oranje’ se impuso 2-0 a la URSS con Koeman en el once titular.

Minuto 111

Éxitos tanto a nivel de club como de selección que le llevaron a fichar por el Barça. Y no tuvo que esperar mucho para jugar su primera final contra el gran rival, el Real Madrid. Disputó los 90 minutos y celebró los goles de Guillermo Amor y Julio Salinas para disfrutar de su primera y única Copa del Rey como azulgrana.

La gloria la tenía reservada para dos años después, el mítico 1992 y un minuto que se saben todos los culés de memoria:el 111. Vestido con el naranja que le traía tan buenos recuerdos, aquel golazo de falta batiendo a Pagliuca, el meta de la Sampdoria, Johan Cruyff saltando la valla publicitaria... Para siempre, será el héroe de Wembley.

Después, llegaron más finales, en el global ganó tantas (6) como perdió, y algunos KO fueron dolorosos, como la Recopa ante el Manchester United en su amada Rotterdam, pese a ser el autor del gol que recortaba distancias, como no, de libre directo. Pero el mayor ‘palo’ se lo llevó en Atenas, en aquella final de la Champions donde el Milan sacó los colores al Barça.

Finales desde el banquillo

Colgó las botas precisamente en el Feyenoord y dio paso a una todavía más extensa etapa como entrenador. Conquistó sus primeras finales al frente del Ajax con Van der Vaart marcando las diferencias y en la corta aventura portuguesa, ganó la Supercopa con el Benfica. Su experiencia más convulsa la sufrió en Valencia, y aun así, levantó la Copa del Rey. Los de Koeman se impusieron 3-1 al Getafe, pero fue cesado cinco días después. 

El de Zaandam repitió éxito con el AZAlkmaar, otra Supercopa de los Países Bajos, en Inglaterra no tuvo oportunidad de disputar finales y su última experiencia tiene un sabor amargo, el de la derrota a los mandos de la ‘oranje’ en la final de la UEFA Nations League ante la Portugal de CR7 y gol de Guedes. El domingo, en La Cartuja, le toca saborear el dulce gusto del triunfo.