Ronald Araújo, a ojos de sus entrenadores en Uruguay

David Rubio

David Rubio

Ronald Araújo dio un paso adelante de enormes dimensiones el sábado en Son Moix (0-4) y, de paso, llenó de razón a los más entendidos del fútbol base azulgrana.

<strong>El uruguayo, que ha disputado 42 encuentros con el Barça B desde su fichaje en 2018</strong> procedente del Boston River y ha sido una pieza fundamental para que el filial que dirige García Pimienta dispute los play-off de ascenso a Segunda A como segundo clasificado de Grupo III.

Con 21 años cumplidos el pasado 7 de marzo, <strong>el 'Búfalo' formó una pareja de baile sensacional con Gerard Piqué</strong> y envió un mensaje a los galos Clément Lenglet y, sobre todo, Samuel Umtiti.

<strong>Dotado de un físico impresionante gracias a sus 193 centímetros de estatura</strong>, el compatriota de Luis Suárez lleva mostrando unas excelentes maneras desde que debutó en el fútbol profesional en las filas del Rentistas allá por 2016.

'Pegados' a la pantalla, la actuación de Araújo provocó la alegría y la satisfacción de todos los técnicos y entrenadores que lo tuvieron a sus órdenes antes de que cruzase el 'charco'.

El artífice de ese debut en Rentistas fue Sergio Cabrera, quien aprovecha para recordar en declaraciones al diario 'Ovación Digital' que la entidad madridista también seguía sus pasos... pero el Barça fue más listo.

"El Real Madrid ya lo tenía en la mira. Pero Ramón Planes, hoy secretario técnico de Barcelona, les pasó la mano. Planes ya sabía de Ronald cuando trabajaba en Getafe. Y también lo tenía en carpeta el Atlético de Madrid", explica.

"Le veía muchas más condiciones para jugar de zaguero que de volante. En la mitad de la cancha era uno más, pero atrás se destacaba. Es grande, fuerte, guapo, veloz y bien educado. Llegaba siempre una hora antes y se iba 45 minutos después, siempre queriendo aprender", añade Cabrera, quien envió un mensaje de felicitación al blaugrana nada más acabar el partido.

De allí pasó a Boston River, donde jugó a las órdenes del reputado Alejandro Apud. Y su ayudante era Sergio Heredia, quien también compartió con 'Ovación Digital' sus sensaciones sobre la nueva 'joya' del Barça.

"La verdad es que me senté a ver el partido porque jugaba Ronald. Es que a mí el Barcelona no me gusta, me aburre. Si bien tiene mucho temperamento y personalidadRonald jamás discutía con un compañero mayor ni le faltaba al respeto aunque tuviera razón", recuerda Rubén Silva.

"Cuando llegó lo habíamos visto poco. Una de mis tareas era quedarme a trabajar con los más jóvenes para que entendieran la idea, sobre todo con los defensas. Enseguida nos dimos cuenta de sus condiciones. Además era un 'pibe' con mucha humildad y con muchas ganas de aprender. Muy educado y muy respetuoso con los compañeros", sentencia el uruguayo.

Y recuerda lo perfeccionista que era: "Yo le decía que lo dejáramos para el día siguiente y él se negaba. Entonces nos quedábamos a trabajar el cabezazo, los anticipos. Soy un convencido de que la práctica hace al maestro. Siempre le decía que 10 cabezazos por día eran 50 a la semana y 200 al mes. Y pueden ser 2.000 al año.

"Era el que más se quería quedar a entrenar, por eso cuando lo veo ahora jugando a ese nivel siento un gran orgullo y me pone contento. Lo vi muy bien, pero sé que si tiene más continuidad se va a ir soltando cada vez más y va a demostrar más su potencial", prosigue Rubén Silva.

Sobre su rendimiento, el técnico lo vio "en sintonía con lo que es el Barcelona. No me extrañóRonald es un gran jugador, de selección. Y tiene una pegada extraordinaria. Recuerdo que cuando llegó lo pusimos dos o tres partidos en Tercera y le hizo un golazo impresionante a Nacional. Es más, casi le anota al Mallorca, hubiera sido la frutilla de la torta", concluye.