Riqui Puig pide paso y aprieta a Valverde

El pase de mago de Riqui Puig que puso en pie a Cartagena

 El joven crack del FC Barcelona dejó destellos de su calidad como esta asistencia a Aleñá que no acabó en gol por poco / FCB

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Riqui Puig se tiene suficiente fe como para triunfar en el Barça. Quizás esa sea la virtud que más le acerca al primer equipo. Incluso por encima de su talento futbolístico.

Un talento que hace que se salte el protocolo cuando juega con los mayores; Riqui es de los que arriesga, no se limita a minimizar errores. 

"Es un caradura en el sentido de su desparpajo, no tiene miedo, le da igual si delante tiene a un jugador de 1,95 metros porque cree en sus posibilidades y es ADN Barça", le concede su entrenador en el filial García Pimienta.

Se volvió a ver ante el Cartagena. Un amistoso que se tomó muy en serio, consciente de estar en el punto de mira desde hace meses. Y de que el debate sobre su papel en el equipo de Valverde sigue abierto. 

El canterano fue de los mejores del equipo, como ya ocurrió en la pretemporada. Y volvió a demostrar que es un centrocampista especial. Capaz de romper líneas a base de conducciones o giros que buscan un simple cambio de sentido.

También que es un excelente asistente y que, a pesar de las apariencias (1,69 de altura y sus 56 kilos) es un jugador que va al choque y se lanza al suelo para recuperar balones.

No es Xavi ni tampoco Iniesta. Aunque, como ellos, tiene un visión especial y también sabe encontrar el espacio para que sus compañeros lo busquen. "Es bueno que  la cantera saque ese tipo de jugadores, que se habían perdido un poco estos últimos años", aseguraba Messi el año pasado en 'Catalunya Ràdio'.

El dinamismo de Riqui le sienta bien a un centro del campo que esta temporada ha parecido plano en más de un partido. El perfil posicional de Busquets Arthur ha hecho que jugadores como De Jong o Arturo Vidal hayan sido un contrapunto necesario. Y Riqui Puig es también de estos jugadores que pueden conectar con los delanteros.  

Valverde le pide eso: que dé un paso adelante y sea capaz de pisar más el área. Pero sigue sin darle oportunidades, a pesar de haberse convertido en la referencia indiscutible del primer equipo. También en el centro del debate por las faltas que recibe en Segunda B y que tanto preocupan al club.    

 "Si no tengo minutos, tendré que tomar una decisión", reconoció hace unas semanas Riqui, frustrado de estar lejos de la dinámica del primer equipo. "Es duro, porque el año pasado estaba en dinámica del primer equipo y este año no estoy participando tanto".

Riqui Puig suma dos goles y dos asistencias en 929 minutos con el Barça B esta temporada

La coartada de Valverde ha sido clara en este sentido: tiene excedente de centrocampistas en el primer equipo. Así que solo le queda tener paciencia y seguir rindiendo en el Barça B.  

"Tiene un gran potencial, pero en el medio del campo tenemos a muchos jugadores. Tener ficha del filial es una ventaja para él, porque tendrá minutos y también podrá jugar con el primer equipo”.

Pero esta es ya la tercera temporada en el filial de un Riqui Puig, que ya tiene 20 años y las cosas muy claras. "La Segunda B es una categoría que es de paso, no todos los jugadores de la cantera quieren estar muchos años aquí, porque aspiramos a jugar en categorías superiores". 

De momento sus oportunidades con el primer equipo pasan por la Copa del Rey, donde se espera que vuelva a ser protagonista. Aunque el mercado de enero puede suponer una posibilidad real de acercarse al primer equipo. Si Aleñá sale cedido y Rakitic cambia de aires, Riqui Puig podría encontrar su sitio en el primer equipo.

Hasta ahora ha descartado cualquier opción de cesión, a pesar de las propuestas de clubes como Betis, Eibar, Zaragoza, Ajax o incluso Al-Sadd. Pero el caso parece más abierto que hace unos meses. Las opciones a partir de enero pasan por seguir en el Barça B, salir cedido o tener más peso en el primer equipo.

Nadie duda en el club de las prioridades de Riqui; está convencido de que está listo para el gran reto del primer equipo.