Riquelme vuelve a revolucionar el fútbol argentino

Seguidores de Boca Juniors usando caretas de Juan Román Riquelme antes de un partido en la Bombonera

Seguidores de Boca Juniors usando caretas de Juan Román Riquelme antes de un partido en la Bombonera / AFP

Vero Brunati

Vero Brunati

El domingo se juega la última fecha de la Superliga argentina previa al receso de verano, pero incluso antes de que el balón comience a rodar ya se sabe que la gran estrella del día será Juan Román Riquelme. El ex jugador del Barça integra, como candidato a vicepresidente segundo, una de las listas que se presenta a las elecciones de Boca Juniors, y nada de lo que ocurra sobre el césped, ni siquiera lo que haga el propio Boca en su visita a Rosario Central, superará en trascendencia a lo que determinen las urnas.

La presidencia del club xeneize no es una más dentro del fútbol argentino. Su importancia fue creciendo hasta ocupar un papel de peso dentro de la política nacional. Desde ella construyó su figura Mauricio Macri, y su impulso le alcanzó para llegar a ser el máximo mandatario del país. Pero ahora cambiaron las tornas. Macri perdió la compulsa de octubre y el próximo martes entregará el mando al peronista Alberto Fernández. Y su aparato político, que gobernó el club durante los últimos ocho años de la mano de Daniel Angelici, su amigo y socio político, parece condenado a la derrota el domingo. El máximo “culpable”, claro, es Riquelme.

Ídolo boquense

Máximo ídolo de la historia boquense, el hombre que le dijo a Louis Van Gaal que prefería no jugar antes que hacerlo en una función que no sentía nunca ocultó su deseo de ser dirigente del club donde alcanzó la gloria. Hasta hace bien poco medido en sus actos y declaraciones, Riquelme intentó una utópica unidad entre los pretendientes a suceder a Angelici (las normas le impiden ser candidato para un tercer período y el oficialismo está encabezado por Christian Gribaudo, actual secretario general). No lo logró, y durante unos meses se dedicó a lo que mejor sabía cuando jugaba: poner la pelota bajo la suela y amagar.

Román habló con unos y otros, especuló con no participar, ocultó su decisión hasta último momento y al final lanzó un remate que entró por toda la escuadra. Su unió a la fórmula que integran Jorge Ameal, empresario gastronómico que presidió la entidad entre 2008 y 2011, y Mario Pergolini, conocido conductor y productor de los medios de comunicación, creador del célebre programa Caiga quien caiga que llegó a tener su versión española entre 1996 y 2010.

La irrupción de Riquelme tuvo el mismo efecto que un seísmo de 8 puntos en la escala Richter. Desde las filas de Gribaudo lo acusaron de haberse vendido al mejor postor. Desde su propia fórmula lo defendieron diciendo que fue la gente del oficialismo la que le ofreció dinero. El ídolo aclaró esta semana que incluso Mauricio Macri lo llamó por teléfono para pedirle que se reuniera con Angelici. Todos son conscientes de que su presencia inclina la balanza.

El protagonista, fiel a su estilo, solo contesta con ironías y pocas palabras. Se presenta a sí mismo como un restaurador de las esencias boquenses y promete que solo se dedicará a la cuestión futbolística, más allá de su total inexperiencia y falta de preparación profesional en temas de gestión deportiva.

Encuestas

Las encuestas demuestran que al socio del club este punto le interesa poco. Frustrado por ocho años sin títulos internacionales y, lo que es peor para su orgullo, humillado por las sucesivas derrotas ante River, final de Copa Libertadores en Madrid incluida, el hincha medio ve en el viejo ídolo la opción más válida de volver a los viejos tiempos de triunfos en serie. Presente en la Bombonera el pasado domingo, Riquelme fue recibido casi como un Mesías.

De ganar las elecciones, Román será el máximo responsable de la parcela deportiva, al frente de un grupo de trabajo conformado por varios de sus antiguos compañeros de equipo -Battaglia, Córdoba, Cascini, Delgado…-, todos ellos igual de inexpertos. Su primera tarea sería decidir el nuevo entrenador, nombre guardado bajo siete llaves hasta que se concrete el triunfo, y los movimientos en el próximo mercado de pases, incluyendo la continuidad o no de Carlos Tevez en el plantel.

Para ello cuenta con los beneficios económicos logrados por Angelici. Hoy, Boca es el club más rico del país con mucha diferencia sobre los demás, capaz de fichar casi a discreción. Pero el ídolo también tendrá la obligación de dar con la tecla para armar un conjunto con una identidad propia de juego de la que ha carecido todo este tiempo.

Aunque sobre todo, Riquelme deberá ser capaz de dar vuelta la historia reciente. Es decir, superar por fin el fantasma del River de Marcelo Gallardo y volver a levantar esa Libertadores que le es esquiva desde 2007. El único problema es que estará sentado en un despacho y no vestido de corto con el balón bajo su incomparable bota derecha.