Al Barça le falla la puntería en Atenas

Suárez, la imagen de la frustración del Barça en Atenas

Suárez, la imagen de la frustración del Barça en Atenas / AFP

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Al Barça le falló el punto de mira en Atenas: el equipo azulgrana dominó con solvencia el partido ante Olympiacos y tuvo numerosas ocasiones para marcar, pero se quedó a cero, víctima de sus falta de clarividencia en los metros finales. 

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Champions League Jornada 4

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Alineaciones
Olympiacos
Proto, Ellabdellaoui, Botía (c), Engels, Koutris, Figueiras, Romao, Tachtsidis, Odjidja (Gillet, 74'), Mehdi Carcela (Pardo, 77') y Fortounis (Djurdjevic, 83').
Barcelona
Ter Stegen, Semedo, Mascherano, Umtiti, Jordi Alba, Sergi Roberto (Deulofeu, 45'), Busquets, Paulinho (Rakitic, 61'), Denis Suárez (André Gomes, 74'), Messi (c) y Luis Suárez.

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Nadie mejor que Luis Suárez representó la frustración del Barça en el Georgios Karaiskakis: el delantero centro erró todo lo que intentó, estrellado una y otra vez contra la defensa y el portero de Olympiacos, incluso contra el larguero. El uruguayo las tuvo de todos los colores, pero no tuvo suerte en los metros finales.

primer aviso de semedo

En su regreso a Atenas, Valverde apostó por un 4-4-2 con Busquets y Paulinho en la contención y Sergi Roberto y Denis Suárez como interiores. Ambos jugaron más por dentro, dejando las bandas para las progresiones de los laterales, con Semedo y Jordi Alba intentando profundizar por los costados.

El Barça no tardó en controlar el partido. Olympiacos lo intentó contrarrestar llenando el centro del campo: fue un equipo más valiente que en el Camp Nou, con capacidad para llegar al área de Ter Stegen, aunque muy inferior técnicamente al Barça.

El conjunto azulgrana marcó el ritmo del partido desde el centro del campo: Semedo fue protagonista con sus incursiones por la banda derecha (el primer disparo a puerta del Barça fue suyo) y Denis se movió muy bien entre líneas, demostrando su buena conexión con Messi. Precisamente el gallego protagonizó la primera gran ocasión del Barça, un gol anulado por fuera de juego a pase del argentino.

Mucho control, poco remate

Controlaba el Barça el partido sin demasiados problemas, pero al equipo le faltaba último pase y sobre todo, remate. Incómodo y falto de puntería, Suárez no acababa de encontrar su sitio en el partido, víctima de una de esas rachas negativas que a veces atenazan a los delanteros.

El uruguayo la tuvo en el minuto 22, cuando un pase filtrado de Denis le dejó en buena posición ante Proto, pero su remate con el exterior del pie se fue fuera.

También lo intentó el Barça a balón parado: Messi remató mordido un balón a la salida de un córner que el portero belga despejó con el pie izquierdo. 

Achicando agua y resistiendo, Olympiacos no renunció del todo a asustar al Barça. Lo hizo intentando salir a la contra, aprovechando los errores puntuales del Barça. Fue Fortounis, el delantero centro del equipo griego, quien protagonizó las mayores acciones de peligro, pero sus remates ante Ter Stegen murieron en las manos del portero alemán. A Olympiacos le faltó picardía y calidad en ataque.

Poco antes del descanso, Valverde tuvo que retocar su dibujo por obligación: cayó lesionado Sergi Roberto, que dejó su sitio a Gerard Deulofeu. Con la entrada del extremo, el Barça volvió a ser un equipo asimétrico, con Deulofeu encargado de abrir el campo por la derecha y Alba, de profundizar por la izquierda.

Deulofeu para agitar el partido

Pero ni siquiera así encontraba profundidad el Barça: el partido se abrió, tanto que Olympiacos se estiró y empezó a creer en sus posibilidades de hacer daño al Barça, que dio un paso atrás en cuanto el rival apretó.

Y sin embargo, el Barça dispuso de una oportunidad inmejorable para adelantarse en el marcador: en el minuto 62, Messi capitalizó un contragolpe y dejó el gol prácticamente hecho al remate de Suárez, libre de marca, pero al uruguayo le faltó confianza y cuando se la quiso devolver a Messi, ya era demasiado tarde.

Avanzaban los minutos y el Georgios Karaiskakis apretaba de lo lindo, empujando a su equipo hacia la hazaña de puntuar ante el Barça. Valverde, por su parte, renunció a Paulinho para apostar por Rakitic, en un intento de recuperar el mando del partido a través del balón. 

El cambio alivió al Barça, que recuperó el timón del partido. Volvieron las ocasiones, pero no había manera de ver puerta. La tuvo de nuevo Suárez, que recogió un pase de Messi desde el centro del campo para plantarse solo ante Proto. Intentó una vaselina que acabó impactando en el larguero. Al uruguayo solo le quedaba maldecir su suerte. Ni siquiera logró embocar de chilena, a la salida de un córner. 

En los últimos minutos, Deulofeu agitó el árbol, moviéndose por ambas bandas en busca de un hueco entre la tupida defensa de Olympiacos. También lo intentó Messi, a balón parado y llegando desde la posición de media punta, pero fue imposible perforar la meta de Olympiacos. Acertó la defensa griega y faltó suerte en uno de esos partidos en los que tener el control no es suficiente.