El Barça paga en Riazor la resaca europea y se complica la Liga

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

Gatillazo culé en Riazor. Un Barça que llegaba en éxtasis a La Coruña tras remontar en Champions ante el PSG vio frenado en seco su dulce momento ante un Deportivo que ejecutó a la perfección su plan y que superó a los azulgranas a base de fe y dos jugadas a balón parado. El equipo de Luis Enrique, de más a menos por culpa del enorme derroche físico realizado el miércoles, echó demasiado de menos a Neymar y a la pegada a la que nos tiene acostumbrados. La Liga se complica y, si el Madrid hace los deberes ante el Betis, el vigente campeón dejará de depender de sí mismo para revalidar el título.

Todavía bajo los efectos de la histórica noche vivida el miércoles ante el PSG, el conjunto azulgrana llegaba a Riazor sin Neymar ni Rafinha pero con la obligación sumar los tres puntos para no cortar en seco el estado de optimismo instalado en Can Barça y, sobre todo para seguir dependiendo de sí mismo para conquistar su tercera liga consecutiva.

Luis Enrique es de los entrenadores a los que les gusta agitar constantemente a su equipo. Y en La Coruña, el asturiano volvió a hacerlo con cinco cambios respecto al once que logró la machada ante el PSG. Jordi Alba, Denis Suárez, Sergi Roberto, André Gomes y Arda Turan -los tres últimos salieron en la segunda parte en Champions- fueron titulares en un Barça que parece haber enterrado el 4-3-3. Los azulgranas salieron de nuevo con una defensa de tres y un centro del campo con cuatro efectivos que confirmó la vuelta de Sergi Roberto, nuevo ídolo del barcelonismo, a su posición natural: la de interior.

Como indicaba el guión, los locales esperaron al Barça en campo propio en busca de salir rápido al contragolpe. Así llegó el primer acercamiento del partido, obra de Joselu tras una pérdida de Piqué. Ter Stegen atajó con seguridad el disparo del delantero.

Dominando del partido pero sin generar ocasiones, no fue hasta el minuto 20 que los de Luis Enrique crearon peligro. Un tuya-mía de Messi y Luis Suárez acabó con un disparo mordido del argentino que se fue a córner. Poco después, el uruguayo cabeceó muy centrado una falta lateral y André Gomes se equivocó al querer chutar sin ángulo tras un gran recorte en el interior del área. Denis estaba solo para empujarla a placer. No encontraba el camino el Barça, pero a diferencia de otros desplazamientos esta temporada, el equipo sí transmitió prisa e ímpetu para decantar la balanza.

Cosas del fútbol, cuando más sufría el Deportivo llegó el gol de los gallegos. Joselu aprovechó un balón muerto en un saque de esquina para fusilar a un Ter Stegen que segundos antes había hecho una espectacular parada tras un gran remate de primeras del ex del Stoke City.

Antes del descanso, al Barça aún le dio tiempo de rozar el empate, pero ni Suárez ni Piqué atinaron. Sin hacer ni mucho menos un mal partido, a los culés les tocaba de nuevo remar a contracorriente.

Si Pepe Mel había diseñado un autobús de cara al segundo tiempo, sus planes se fueron al traste en el primer minuto de la reanudación. Luis Suárez recogió un despeje poco contundente de Arribas y batió a Lux con un obús de ‘killer’.

El empate no amilanó a los gallegos. Todo lo contrario. El Barça se relajó y los diez minutos de pájara que tuvo tras el 1-1 le hubieran costado muy caros ante un rival con más pegada. Ter Stegen atajó la fuerte volea de Joselu y, acto seguido, Lux replicó a su homólogo ante un disparo de Denis Suárez, correcto pero a la vez indolente a lo largo del choque.

En los últimos 20 minutos, el partido se fue a la ruleta rusa. Y si el miércoles salió cara, en Riazor tocaba cruz. Bergantiños cabeceó en el segundo palo un saque de esquina y provocó el delirio en las gradas. El córner, por cierto, no debió ser ya que el anterior testarazo de Arribas tocó en el poste y no en Ter Stegen, tal como interpretó Fernández Borbalán.

En busca de lo que parecía muy difícil –desde el miércoles la palabra imposible ya no existe-, el Barça echó el resto pero Lux y la falta de acierto impidieron otra remontada. El meta sacó un remate de Luis Suárez a bocajarro en la que fue la mejor ocasión azulgrana antes del pitido final. La Liga se complica.