Messi se quedó a medias

La rabia contenida de Messi: pocas veces celebró un gol así

Leo Messi empató el partido ante el Valencia con un zurdazo imposible de detener. El argentino lo celebró con rabia / LALIGA

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Una pregunta sobrevolaba el ambiente frío del Camp Nou antes del Barça-Valencia. ¿Qué equipo mantendría la sensación de subidón que dar remontar en la Copa? Los dos llegaban tras protagonizar dos partidos de esos que te llenan la mochila de moral, pero, en el caso del Barça, había sido una muesca más en el revólver, mientras que para los che superar al Getafe había supuesto reencontrarse consigo mismo, volver a tener fe.

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LaLiga

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Alineaciones
FC BARCELONA
Ter Stegen, Semedo (Jordi Alba, 46'), Piqué, Vermaelen, Sergi Roberto, Rakitic, Arturo Vidal, Aleñá (Arthur, 65'), Coutinho (Malcom, 82'), Messi y Suárez.
VALENCIA
Neto, Piccini, Garay, Gabriel Paulista, Lato, Wass, Coquelin (Kondogbia, 72'), Parejo, Cheryshev, Rodrigo (Santi Mina, 78') y Gameiro (Ferran, 39').

Si el fútbol es un estado de ánimo, el del Barça parecía una resaca, mientras que a su rival la euforia seguía flotando en cada una de sus jugadas. Los de Marcelino jugaron a cara descubierta desde el primer minuto, sin disfraz. Ni siquiera una simple máscara que escondiera sus intenciones. Le dieron el balón al equipo de Messi para, como si accionaran un interruptor, salir a la contra a velocidad de vértigo y precisión de cirujano cada vez que robaban. Así llegó el disparo de Parejo que detuvo Ter Stegen y el balón al palo de Cheryshev. 

Los problemas para Neto llegaban desde las bandas, con centros que se envenenaban y que, hasta tres veces, tuvo que rechazar cuando el balón ya se colaba. El Barça creaba peligro y se acercaba con malas intenciones al área che, pero no acababa se fluir con frescura. Le costaba confirmar sus intenciones. Nada buenas, de eso no había duda. Messi fallaba más de la cuenta y Coutinho, enérgico, no encontraba huecos por donde colarse. 

Con las cartas boca arriba y encima del tapete, Messi perdió un balón a escasos metros del área valencianista (pareció falta clara sobre el argentino) y los che proyectaron un contragolpe  de esos que se estudian en los cursos de entrenador: escuadra y cartabón para dibujar líneas  precisas y movimientos con puñal que acabaron con un remate cruzado de Gameiro a gol. Corría el minuto 25 y, cinco más tarde, un centro desde la izquierda acabó en derribo de Sergi Roberto al delantero francés que Undiano Mallenco consideró penalti. Parejo no falló. El Barça, superado por un Valencia renacido. Pero quedaba mucho, demasiado para los che.

El VAR lo revisaba todo, pero no discutía nada al árbitro navarro, al que tampoco rectificaron e penalti cometido sobre Semedo que transformó Leo Messi. Y eso que Undiano dio la sensación de estar esperando que alguien le dijera a la oreja que se había equivocado. "Todo ok, Alberto, adelante". Antes del descanso, tras una de las pocas genialidades ofrecidas por Leo, recibió Sergi Roberto en el área y estrelló el balón en la madera. Tocaría apretar tras el descanso.

Messi probó de rosca a Neto nada más arrancar el segundo el segundo tiempo. El Valencia se echó atrás. Más atrás de lo que ya había estado. Los blaugrana ganaban metros y, con cada centímetro, la seguridad de que iban a dar la vuelta al marcador. No habían pasado ni cinco minutos y la partida era otra: el Barça se había quedado toda la baraja. Leo había despertado de la siesta y, al abrir los ojos, vio que, a su lado, estaba Jordi Alba. Eso le activó de golpe. El lateral pudo empatar con un disparo con la derecha defectuoso.

Aleñá, que es un caradura con sonrisa de niño bueno, había jugado un buen primer tiempo, pero en el segundo quiso más. El de Mataró probó a Neto desde lejos. Cada partido que juega es mejor que el anterior. Tras una combinación con Messi, el balón llegó a Sergi Roberto, al que la madera volvió a traicionar después de un centro con rebote incluido, la tercera jugada prácticamente idéntica en el área de Neto, al que solo le faltaba comprar lotería. Más no podía hacerse en busca del empate.

El muro de hormigón armado construido en el área del Valencia, sin embargo, requería paciencia y constancia.  Y no cometer errores. Un balón que robó Parejo a Messi acabó en la mejor ocasión che en el segundo tiempo. Paró Ter Stegen a Rodrigo, que descosió a Vermaelen. Leo, al que solo le gusta salir en un tipo de foto, se hizo un 'selfie' agarrando un balón en la frontal y, dibujando una curva imposible, besó la red con amor. Cuando Neto reaccionó, su equipo ya sacaba de centro.

El empate enfrío al Barça, al que le bajaro las pulsaciones. Creyó que había tiempo de sobras para hacer el tercero, pero, indirectamente, permitó al Valencia volver a entrar en el cuadrilátero cuando, instantes antes, lo habían sacado de un directo poderoso. Si puedes noquear, hazlo. Jugársela a los puntos con un árbitro extraño, es muy peligroso. Al final, un punto, que puede ser mucho o muy poco. Todo depende de cómo se mire.