El Barça gana con 'Ángel'

El vídeo de la sufrida victoria del Barça ante el Getafe

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El Camp Nou recibió al Getafe con escepticismo, como quien no acaba de creerse que el Getafe pueda llegar a pelear la segunda plaza al Barça. Pero así es. De los azulones se aprovecha incluso los suplentes. Uno de ellos, Ángel Rodríguez, es su máximo goleador y el Barça lo tiene entre sus objetivos para suplir a Dembélé. Y marcó, nada más saltar al césped. A Ángel se le caen lo goles, aunque no sirvan para ganar.

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LALIGA

2
1
Alineaciones
FC BARCELONA
Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Alba (Junior18'), Busquets, De Jong, Arthur (Rakitic, 75'), Messi, Ansu Fati (Vidal, 84') y Griezmann.
GETAFE
David Soria, Nyom, Djene, Etxeita, Olivera (Kenedy, 52'), Etebo (Ndiaye, 77'), Maksimovic, Arambarri, Cucurella, Mata y Molina. (Ángel, 52')

Los de Bordalás saltaron al césped con mirada de asesino, pero de los que dejan pistas, fáciles de atrapar. Nada que ver con el de 'Seven'.  Y así al Barça, pese al tembleque inicial mostrado por Busquets y Umtiti, le costó poco empezar a imponerse, mostrar su cara más amable, esa que exhibe cuando está cerca de su gente  en el Camp Nou. Comom en casa, en ningún sitio. Messi no había tocado un balón en los primeros cinco minutos y eso es siempre raro, pero todo era fruto de la imaginación colectiva. Leo, simplemente, estaba analizando la situación.

A los blaugrana les costaba encontrar el camino y, machete en mano, iba dando bandazos de un lado a otro, arrancando la maleza torpemente. Cada vez que asomaba lo que parecía una clarian, un bosque de piernas tapaba el brillo que la portería de Soria, al fondo, generaba. El sol estaba aún lejos. Tocaba seguir caminando. Caminante, no hay camino, se hace camino al andar. Fue entonces cuando Messi agarró el estandarte y dijo:  "Seguidme". Y le siguieron. Busquets dejó solo al capitán ante Soria y el '10' erró en la definición, pero algo había cambiado.

Ni siquiera el susto que supuso el gol de Nyom, anulado por falta clara a Umtiti, hizo que el Barça echara la vista atrás.  Los de Setién seguían decididos, firmes y convencidos de que algo bueno les esperaba al final de la travesía. Fue entonces cuando Messi encontró un atajo en forma de asistencia para Griezmann. El francés, obligado a aprovechar cada regalo del argentino, no erró. Definió como hacen los grandes, sin despeinarse. Corría el minuto 34 y el Barça quiso más. Después de mover el balón de un lado al otro, siempre mirando vertical con el rabillo del ojo, Ansu Fati recogio én la izquierda y la puso en el área para que  Sergi Roberto hiciera el segundo con la zurda. Un 0-2 merecido al descanso.

Nada más arrancar el segundo tiempo, Bordalás ordenó la entrada de Ángel, escrutado por el Camp Nou desde el calentamiento, y de Kenedy. El balón seguía siendo culé y los madrileños empujaban en busca de la reacción. Mandaba el Barça. En el marcador y sobre el césped. Ordenaba Busquets con criterio, Umtiti parecía tener diez años menos,  Messi seguía desparramando talento e incluso se entendía con Griezmann, que sonreía. Ansu Fati aportaba todo lo que podía aportar, Sergi Roberto era el lateral que había sido con Luis Enrique, De Jong la pedía sin parar porque se divertía. ¡El mundo puede ser maravilloso! ¡Ah! Y Piqué sigue siendo el rey, aquel que, como dijo Tito, si no está se cae el invento. Como en Bilbao. Se fue cinco minuto y adiós Copa.

Pero esto es el Barça y nada es tan sencillo como parece. Ángel, que acaba de entrar, al que el Barça está pensando firmar, definió de volea para recortar distancias. Si lo celebró, no lo pareció. Timidez o respeto, ustedes mismos. En cualquier caso, señorío. Tocaba seguir apretando los dientes. Ansu lo probó tras jugada individual y Soria envió a córner. Quedaban veinte minutos y la distancia no permitía ir al lavabo a mear. Todos en sus puestos. Sobre todo Ter Stegen, que evitó el empate de... correcto... Ángel Rodríguez. Fue un paradón del alemán ante un futbolista al que los goles se le caen.

Griezmann pudo sentenciar tras una jugada de Ansu Fati, pero remató al cielo con la derecha. Ahí estuvo dejar de sufrir. Ahí estuvo desconectar la máquina y sentirse libre para siempre. Hemos venido a sufrir. Messi volvió a ponerle otra para que el francés se redimiera de sus pecados. Cruzó demasiado. 

Los últimos minutos se vivieron entre las dudas que generaba el 2-1 y la tranquilidad con la que el Barça movía el balón. Crecer también es saber qué hacer en cada momento. Y parece que el equipo, en ese sentido, ha dado un paso al frente. Acabar pidiendo la hora no siempre es algo malo. Solo quienes ganan la acaban pidiendo.