La rebelión de Frenkie

De Jong ha dado, en los últimos dos partidos, el paso hacia delante que Xavi Hernández y la mayoría del barcelonismo le pedían desde hace tiempo

El centrocampista neerlandés marcó un gol clave contra el Alavés y completó una buena actuación contra el Atlético de Madrid

Frenkie de Jong, contundente: "Puedo mejorar mucho, pero tampoco es un desastre"

De Jong analizó la victoria del Barça ante el Alavés en Movistar / Movistar

Jordi Carné

Jordi Carné

El triunfo del FC Barcelona ante el Atlético de Madrid evidenció dos realidades: que Xavi tiene una plantilla mucho más competitiva gracias a los refuerzos invernales y que el conjunto blaugrana empieza a recuperar la mejor versión de los futbolistas importantes del vestuario. Frenkie de Jong empezó su rebelión en Vitoria, con un gol importantísimo ante el Alavés, y la continuó en otro partido trascendental, en este caso en el Camp Nou y ante un rival directo en la lucha por las plazas de Champions. El centrocampista neerlandés aún tiene mucho margen de progreso, pero es evidente que ha aparcado la apariencia apática y ha dado el paso adelante que el barcelonismo le pide desde hace tiempo.

Con su inherente (y a veces excesiva) autocrítica, el exjugador del Ajax era el primero que sabía que no estaba rindiendo a su mejor nivel. “Me siento muy bien, pero puedo mejorar. Ahora que he marcado recibiré muchos elogios de la misma forma que antes se decía que mi juego era un desastre. Ni una cosa ni la otra”, dijo después de salvar al Barça en Mendizorroza. Con la premisa de que “cuando pierdes nunca puedes estar orgulloso” tatuada en la frente, Frenkie era muy consciente que su aportación podía ser mayor. Xavi se lo decía por activa y por pasiva, en público y en privado: su figura es importantísima para el proyecto. Tras las eliminaciones de la Supercopa de España y la Copa del Rey, partidos en los que estuvo lejos de lucirse, el cambio de chip ha sido indiscutible.

La influencia de Pedri

De Jong acabó el partido contra el Atlético con 68 intervenciones, un 92% de acierto en los 59 pases que efectuó, once duelos ganados y tres regates exitosos. Aunque tampoco brilló ni protagonizó ninguna acción destacada, su omnipresencia fue vital para el Barça. Su amplio recorrido y su temperamento fueron clave tanto en los mejores minutos culés como la media hora final, en la que la expulsión de Dani Alves invitó al conjunto blaugrana a centrarse en minimizar riesgos y alejar el balón de la portería de Marc-André ter Stegen. La reaparición de Pedri ha sido agua de mayo para todo el equipo, pero especialmente para Frenkie: el canario le libera de tareas organizativas y le permite exhibir su versión más ‘llegadora’.

De momento, esta temporada Frenkie solo lleva dos dianas y dos asistencias en 2.140 minutos. Teniendo en cuenta que el pasado curso demostró que puede ser un finalizador magistral en los metros finales –siete tantos y ocho pases de gol–, las actuales cifras son perfectamente superables.

Un final de temporada determinante

Pocos futbolistas afrontan una segunda parte de la campaña 2021/22 tan trascendental para su futuro. En los próximos meses, De Jong está obligado a demostrar que puede ser uno de los líderes del nuevo proyecto culé. En caso de que no logre dar continuidad a las buenas sensaciones y no esté a la altura de las expectativas, hay dos factores muy importantes que podrían precipitar el final de su etapa en Barcelona: la feroz competencia en el centro del campo y la necesidad blaugrana de incorporar a una estrella en vistas al próximo curso.

El neerlandés es uno de los integrantes de la plantilla con un valor de mercado más elevado (70 millones de euros según ‘Transfermarkt’) y, tal como reveló su padre, tiene muchos pretendientes. “Los cinco mejores clubes de Europa han preguntado por él”, reveló hace unas semanas. El pasado domingo, sin embargo, el mismo progenitor de Frenkie disfrutó como un enano en la grada del Camp Nou, hecho que demuestra que el entorno del '21' desea que no se mueva de Can Barça. El final de la campaña será definitivo para el porvenir de un jugador capacitado para marcar muchas más diferencias.