Rafinha supo aprovechar su oportunidad y acerca al Barça a octavos

Toni Frieros

Toni Frieros

Ernesto Valverde tenía que tomar una decisión. ¿A quién iba a poner en sustitución del lesionado Leo Messi? No era nada fácil decidir, pero todas las miradas estaban puestas en Dembélé. Era el recambio natural. Pero no. El técnico azulgrana decidió contar con Rafinha. Una alternativa sorprendente si tenemos en cuenta que el canterano solamente había sido titular en la final de la Supercopa de España en Tánger ante el Sevilla y en Liga contra la Real Sociedad. Es decir, poca presencia y poco peso específico dentro del equipo.

A pesar de ello, y para medirse a un rival tan curtido y experimentado como el Inter, Rafinha jugó de Messi. Escorado a la derecha, a pie cambiado, como el argentino. Y poco a poco el hispano-brasileño fue teniendo buenas sensaciones, encontrándose a gusto y gustándose. Su misión era abrir el campo para después jugar por dentro para dejar espacio a las internadas de Sergi Roberto. Bajo la atenta mirada del ghanés AsamoahRafinha fue creciendo, haciendo lo que mejor sabe hacer: llegar desde atrás.

A los veinte minutos un tiro suyo, blando y manso, llegó a las manos del meta interista. Era el primer disparo a puerta del Barça. Y el segundo, casi a la media hora, también fue suyo, en esta ocasión dentro del área. No golpeó con la fuerza suficiente para obtener más premio.

Rafinha demostró que cuando quiere, puede. Desplegó todo su talento por una amplia zona de la medular, presionando e intentando combinar. Su gran acción llegó a los 31 minutos, cuando él mismo robó el esférico en la media luna, la condujo a pesar de la oposición de los rivales, abrió a banda para Luis Suárez y el centro medido del uruguayo lo remató él mismo como hacen los auténticos delanteros centros. Un gran gol por su elaboración y por su ejecución.

Era el primer partido como titular de Rafinha en la Champions League y lo celebró con su primer gol como profesional en esta competición. Una gran primera parte en la que se agotó físicamente. Lo dio todo. Mucho más moderado en la segunda mitad, fue reemplazado por Semedo en el minuto 75, pasando Sergi Roberto a ocupar su posición en el centro del campo.

Desde luego sí se puede decir que Rafinha supo aprovechar la oportunidad que le ha dado Ernesto Valverde. Tuvo mucha ambición y motivación. A modo de anécdota, ya ha superado a su hermano Thiago como goleador en azulgrana. Él marcó ayer su número doce y su hermano se quedó en once.

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