Radiografía a la plantilla (18): André Gomes, atrapado en un laberinto emocional

André Gomes no ha encajado en el puzzle téctico de Ernesto Valverde

André Gomes no ha encajado en el puzzle téctico de Ernesto Valverde / VALENTÍ ENRICH

German Bona

German Bona

"No me siento bien en el campo, no estoy disfrutando; a veces, me encierro y no me permito sacar la frustración que tengo. Entonces, lo que hago es no hablar con nadie, no molestar a nadie. Es como si me sintiera avergonzado, tengo miedo de salir a la calle por eso de que la gente te pueda mirar”. El 12 de marzo, el barcelonismo se convulsionó cuando salieron a la luz en la revista ‘Panenka’ estas declaraciones de André Gomes, tan sinceras como contundentes de un futbolista agobiado, que no ha conseguido exhibir en el Barça un mínimo nivel que justifique la inversión realizada.

Si de algo sirvió la confesión fue para cambiar la relación con la grada. El barcelonismo, que disgustado por su bajo rendimiento le había silbado cada vez que fallaba un balón, empatizó entonces con su dolor y en los partidos posteriores, le brindó cariño con aplausos y ovaciones. Pero poco mudó en el césped, su juego siguió siendo intrascendente.

expectativas incumplidas

De hecho, el indulto del público llegó en un momento en el que Ernesto Valverde ya había prácticamente arrojado la toalla, pues numéricamente solo volvió a ponerlo de titular en un partido, de Liga ante el Leganés, y sus presencias se limitaron a minutos sueltos partiendo desde el banquillo. Es necesario decir que el ‘Txingurri’ había luchado de lo lindo, hasta decir basta, por encajar a André Gomes en el puzzle táctico del Barça. Como Luis Enrique un año antes.

Pero no hubo manera. Ni la sombra de aquel futbolista atrevido, con madera de líder y sobrado de calidad que había despuntado en el Valencia y que había motivado que el Barça sacara el talonario y lo fichara por cinco temporadas tras pagar 35 millones de euros y firmar cláusulas tan surrealistas como un premio especial en caso de ser proclamado Balón de Oro. Le hizo más daño que otra cosa.

André Gomes llegó al Barça presionado por su precio y las expectativas, una desmesura que pagó el propio jugador. Su primera temporada, con ‘Lucho’, no fue buena, pero acabó jugando 2.652 minutos oficiales repartidos en 47 partidos. Y al fin y al cabo, pensaban, había margen para mejorar.

Pero André Gomes, lejos de remontar, ha ido a menos en su segunda temporada. Ni de pivote, ni de interior... ni mucho menos de lateral. Su participación se ha limitado a  31 partidos, y lo que es peor, 1.185 minutos, menos de la mitad que la pasada campaña.

Pese a quedarle tres años de contrato, pocos piensan ya que la salida al laberinto se encuentre en el propio Barça. Urge, por el bien de todos, un cambio de aires, pero no será fácil. Para colmo, André Gomes no estará en el Mundial, así que no se podrá revalorizar. Es el pez que se muerde la cola...