"Quienes me llaman fracasado pagarían por tener mi carrera"

Bojan Krkic, con la camiseta del Montreal Impact

Bojan Krkic, con la camiseta del Montreal Impact / sport

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Bojan Krkic aún no tiene 30 años, pero ha vivido mucho, tanto que, tras triunfar en el Barça, jugar en Italia, Holanda, Inglaterra y Alemania, ahora se ha propuesto seguir disfrutando en Canadá, desde donde atendió la llamada de SPORT para analizar su trayectoria y reivindicarse en un momento en el que muchos se acuerdan de él hablando de Ansu Fati.

Canadá... ¿penúltima parada? 

La verdad es que estoy muy bien en Montreal, es una ciudad que no conocía y que tiene un ambiente más europeo que americano, donde se vive el fútbol de forma más tranquila. No es el deporte más importante y, claro, se nota, pero al estadio vienen entre 15.000 y 20.000 personas.

Además, jugando en casa evitan desplazamientos larguísimos.  

Sí, son bastante largos. Ir a Los Angeles, por ejemplo, son seis horas de avión, más las tres horas de diferencia horaria. 

Pero está jugando.

Sí, venía de cuatro meses sin competir. Me quedaba un año de contrato en el Stoke, pero no quería seguir. Quería prepararme bien físicamente y estar preparado para lo que se me presentase. Ha sido un verano largo.

¿Por qué la MLS?

Porque venía de dos temporadas en las que no había acabado de encontrar mi sitio, donde crecer y sentirme cómodo. Tuve alguna oportunidad para seguir en Europa, pero no me acababa de llenar. Y aquí vengo joven, no he venido a retirarme. He dejado Europa, pero para volver a competir y jugar a fútbol. Montreal es un nuevo reto personal que me exigía algo no previsto, alejarme tanto de la zona de confort. 

Italiano, inglés, algo de neerlandés y alemán… y ahora toca aprender francés.

Es uno de los objetivos que tengo, pero no me ha dado tiempo de ponerme.

¿Salir de Europa es un paso atrás en su carrera?

Ahora mismo el reto es más personal después de sentir que las últimas dos o tres temporadas no he encontrado mi sitio.

¿Por qué?

Por cosas que dependen de mí y  otras que no, por no encontrarme bien profesionalmente. El reto es demostrarme a mí mismo que estoy vivo, bien, que sigo disfrutando del fútbol y que puedo y quiero seguir jugando a un gran nivel. 

Volver a hacer goles.

Lógicamente es algo que te ayuda, y más a mí. Es la etiqueta que siempre se me pone. Desde siempre, a nivel estadístico, la gente me relaciona con el gol. Y hay que saber convivir con ello, pero hay más cosas. Vengo de tres años duros a nivel futbolístico y doy más valor a venir aquí,  jugar a un buen nivel, volver a disfrutar y sentirme importante. 

Hasta el día de hoy, ¿ha tenido la carrera que esperaba?

Es un tema que me persigue desde siempre y he acabado interpretando que se me puso una etiqueta que, quienes la pusieron, no la han visto hacerse realidad. 

¿Y usted? 

Ahora que tengo 29 años, veo que se le puso una etiqueta a un chaval de 16 o 17 años, máximo goleador en las inferiores del Barça, que sube al primer equipo, que en la primera temporada hace doce goles, diez en la Liga. Con esta proyección, la etiqueta que puso la gente debía ser ascendente. Es la carrera que la gente decide que tiene que ser, pero no es la carrera que decides tú. Pero mirando hacia atrás, competir en un equipo como el Barça, durante cuatro años, siendo tan joven, marcando diez goles por temporada… Y no me gusta dar datos, pero he jugado en la Roma, Milán, Ajax, Stoke, marcado 14 o 15 goles en la Premier, en Alemania, habiendo jugado en las cuatro mejores Ligas de Europa… Afrontando todos estos cambios deportivos y personales… Claro, en el Barça podía haber hecho 80 goles en cuatro años, probablemente sí, pero el no haberlos hecho no quiere decir que haya fracasado. Diría que el 99 o el 100% de las personas que digan que he fracasado, pagarían por tener mi carrera.  

Le queda menos de un año para cumplir 30. Empieza a ser un veterano.   

Cada año que pasa me siento más orgulloso. Cumplí 29 en agosto y me siento orgulloso de, a nivel personal, haber cumplido todos los restos que me he marcado. Por todo lo que he conseguido, y disfrutando, por haber tomado todas las decisiones que he tomado, incluso las que no me han ido bien. Y por el hecho de no quedarme estancado y seguir buscando opciones y seguir creciendo. Querer mantener viva la esencia de disfrutar del fútbol, con lo que nací, este privilegio que Dios me dio de jugar a fútbol y disfrutar. Y seguir buscando y tener esta felicidad jugando a fútbol. He cumplido 29 y tengo la sensación de estar en un buen momento, no pienso en el pasado ni en el futuro, solo en el hoy… En todo lo que depende de mí. En seguir creciendo y enriqueciéndome. Y ahora toca hacerlo en Canadá.

¿Ha dejado de disfrutar en algún momento?

Sí, lógicamente. Sobre todo estos últimos tres años ha habido momentos complicados. Decisiones que tomas, crees que es la mejor, ves un escenario completamente diferente al que esperabas y te sigues reinventando. La sensación no ha sido caer y levantarme, ha sido caer muchas veces y bastante seguidas y seguir levantándome cada vez. Te va agotando, pero yo tengo la sensación de haber venido aquí, a Estados Unidos, y verlo como un reto importante para seguir creciendo. Seguramente mucha gente ha dejado de confiar, pero no me he dejado llevar por eso, he aceptado no estar a la altura a veces, pero nunca he dudado de lo que tengo dentro.

¿Dónde ha disfrutado más del fútbol?

En las categorías inferiores del Barça. Lógicamente. Cuando no pensaba, cuando era feliz, cuando disfrutaba del fútbol. Luego, cuando empecé a jugar en el primer equipo, lo hacía, pero de otra manera, un poco como la sensación de que la gente tiene el mando y te va guiando, es una situación que no entiendes bien lo que está pasando, hasta que empiezas a ser consciente de ello y dices: “El mando dámelo que el control de mi vida lo tengo yo”.

Ya. 

Pero en el Barça disfruté mucho: cuando haces el primer gol en el Camp Nou es una sensación que muy poca gente ha vivido, es indescriptible… Jugar en el Olímpico de Roma, el derbi Milan-Inter, jugar con el Ajax, la Premier, son momentos que uno sueña vivir de pequeño.

Tras la irrupción de Ansu Fati hay quien pide que no le pase lo mismo que a usted. ¿Qué piensa cuando lo oye?

Quiero pensar que quienes dicen eso son personas que han tenido unas grandes vivencias, capaces a nivel futbolístico de jugar en el Barça muchos años, hacer goles, jugar en grandes Ligas. Habrán sido capaces de lograr grandes retos para permitirse decir eso. Todo el mundo es libre de decir lo que quiera, pero sé perfectamente la carrera que he tenido, lo que he tenido que vivir. Ansu Fati está en un momento fantástico, los jugadores hablan muy bien de él y le deseo lo mejor de lo mejor, pero el problema no es de Ansu, sino de esa gente que ahora dice todo eso de él y que, cuando las cosas no vayan bien, serán los primeros en enterrarle. 

¿Algún consejo?

Allí ya tiene gente, empezando por Víctor Valdés, compañeros del Barça B, del primer equipo. Todos saben cómo guiarle, pero el mundo del fútbol te exige estar siempre al máximo. Lo que uno tiene que hacer es disfrutar del momento, aislarse de la opinión pública, incluso cuando todo lo que se dice es positivo porque luego la cosa gira muy rápido. Tener una buena carrera  muchos años implica mucho trabajo diario. Y mucha ambición y ganas de cada día rendir a un nivel máximo. Está en un momento en el que es joven y, ante la novedad que se le ha presentado en su vida, tiene que querer seguir viviéndola, con ambición y poniéndose retos.