¿Qué le pasa al Barça B? Las causas de una peligrosa caída

Las lesiones, como aquí la de Igor, hunden más a un equipo que debe sacar la personalidad

Las lesiones, como aquí la de Igor, hunden más a un equipo que debe sacar la personalidad / VALENTÍ ENRICH

German Bona

German Bona

El filial quedó la pasada temporada a un gol del soñado ascenso a Segunda A y ahora, tras cinco partidos, es penúltimo de su grupo y de seguir así las cosas, se vería abocado a jugar una promoción para evitar el descenso a Tercera. Como suele ocurrir en estos casos, no hay una sola causa que lo explique todo, pero sí una desafortunada sucesión de hechos, algunos ‘inevitables’, como la labor de nutrir al primer equipo cuando se necesita o las lesiones, pero también otros que hay que achacar a un mal funcionamiento del engranaje. 

1.- Planificación errónea y fichajes injustificables

Que al Barça B vayan a parar futbolistas que no se sostienen por ningún lado no es nuevo. La lista de fiascos es larga y entraría la risa al recordarlos si no fuera por el daño infringido. Desde Robert Gonçalves hace ya un lustro, que se hartó de ‘chuches’ y refrescos de cola, hasta el más reciente de Gabriel Novaes, a quien el Sao Palo sigue ‘colando’ en cesiones. 

Este año no ha sido una excepción. El club no consiguió darle salida a Rey Manaj (se había despedido de sus compañeros en pretemporada), titular en el último partido (marcó de penalti) porque la llegada del cedido Zeballos tampoco está aportando frutos. Matheus Pereira fue un intercambio de cromos con Marqués en el que se salió perdiendo, pero el caso más hiriente es el de Gustavo Maia, fichado por 4,5 millones de euros con los que se podría haber reforzado muy bien la plantilla. Al brasileño le ‘llueven’ palos, pero no cruzó él solito las puertas de La Masia con un informe positivo (y exagerado) bajo el brazo del scouting en Sudamérica, avalado por el directivo responsable del fútbol base y la secretaría técnica. Nadie se atreve a atribuirse ‘la paternidad’ del fichaje. Ni ha sido presentado.

2.- 'Pimi' no logra levantar ni dar solidez al equipo

García Pimienta es un hombre de la casa hasta las últimas consecuencias y en el sueldo de un entrenador del filial está aguantar que te desmantelen el equipo y después te pidan resultados. Pero aun siendo un equipo debilitado, es el Barça B con todo lo que ello conlleva y el técnico no está encontrando la solución a aspectos clave del juego, como la fragilidad mental del equipo cuando encaja un gol. Se puso de manifiesto en Olot: tras un buen arranque, el empate ‘hundió’ al equipo. ‘Pimi’, que quizás ha callado demasiado, está obligado a dar con la tecla y transmitir solidez, la plantilla es la que es y en el mercado invernal, con gestora de por medio, será difícil reforzarse. 

El filial (y el resto del fútbol base) ya no juegan a lo mismo que el primer equipo, Ronald Koeman tiene otro sistema y algunos jugadores a caballo lo acusan. Desde arriba se ‘minuta’ lo que deben jugar futbolistas como Konrad o en su momento Araujo y compañía, que deslumbran más cuando están en el primer equipo que en el filial. Y en el banquillo está también la responsabilidad de que mantengan la motivación.

3.- Una plantilla inexperta a la que le falta liderazgo

El play-off de ascenso de la temporada pasada marcó una línea peligrosa. Se fueron unas horas antes futbolistas importantes (Guillem, Chumi, Kike Saverio) y el equipo se debilitó, aún más cuando Abidal fue políticamente correcto y no mandó a Setién que Riqui Puig y Ansu debían reforzar para el ascenso. Con ellos, habría llegado seguro. 

Y en verano se fueron pesos específicos de la plantilla, como Jorge Cuenca o Monchu, y Araujo dio el salto. El equipo ha perdido a sus referentes y otros deben tirar del carro. Lo hará Collado si juega con asiduidad, Mingueza si vuelve a bajar, pero la base está formada por chavales que proceden del juvenil y no tienen la cohesión con la que sí contaban los que alzaron la Youth League de 2018. Suben talentos increíbles, como Ilaix Moriba o Ilias, pero desde la directiva, con Xavi Vilajoana al frente del filial, y la secretaría técnica se optó por no acompañarles de jugadores más experimentados, como era Roger Riera, pese a la insistencia, en este caso sí, de ‘Pimi’.

4.- Las lesiones y la falta de gol completan el ‘cóctel’

A perro flaco todo son pulgas y como sucede con el primer equipo, las lesiones están pasando factura. La Segunda B es una categoría muy ‘dura’ y los rivales van con todo. Han ido cayendo, algunos de gravedad, SarsanedasRosanas (sin ficha), SolanoIgorBaldeOriol BusquetsColladoIlaixHirokiMaia... el lateral derecho lo ocupa un centrocampista (Álvaro Sanz), y el izquierdo, un juvenil (Balde) tras fichar a otro que no podrá jugar en Segunda B hasta febrero (Ndiaye). Un drama.

García Pimienta ha utilizado ya a 25 futbolistas, el vaivén en las alineaciones es continuo, y solo los centrales Arnau Comas y Ramos Mingo lo han jugado todo. Pero donde más se aprecian las carencias es en el ataque: dos goles en cinco partidos, uno de un central (Comas) y el otro de penalti de un ‘descartado’ (Manaj). Urgen soluciones o ya se atisba el abismo.