¿Qué fue de Roberto 'Dinamita'?

Roberto 'Dinamita' tuvo una corta trayectoria en el FC Barcelona

Roberto 'Dinamita' tuvo una corta trayectoria en el FC Barcelona / archivo

Javier Giraldo

Javier Giraldo

En enero de 1980, una cruda ola de frío pasó por Barcelona. El Barça también andaba bajo cero, malviviendo en la Liga y con su delantero centro, Hansi Krankl, peleado con el entrenador. Todo sucedió en un par de días: Krankl volvió a Austria, y el Barça reaccionó enviando a Joan Gaspart a Brasil para firmar a un delantero con fama de implacable, Carlos Roberto de Oliveira, ‘Dinamita’, ídolo en el Vasco da Gama. Era un regalo de Reyes para la melancólica afición del Barça. 

“El apodo me lo pusieron de joven. Por algo será. La verdad es que la potencia de mi disparo con las dos piernas es grande”. Sus primeras palabras en Barcelona prometían momentos de fútbol explosivo. El club había pagado 56 millones de pesetas por un jugador que ya había sido mundialista. 

Todo pintaba bien, pero todo acabó mal. Para empezar, se llegó a comentar que el Barça quiso tenerlo a prueba durante seis meses. Más tarde, Gaspart tuvo que desmentir los rumores sobre la edad del jugador. “No hay dudas, tiene 25 años. Todavía tiene mucho fútbol en sus botas”. Gaspart no iba del todo desencaminado porque Roberto Dinamita tuvo mucho fútbol, pero no en el Barça, sino en su club de toda la vida, el Vasco, al que regresaría pocos meses después. 

paralizado por el frío

Su primer enemigo fue el termómetro: venía de la playa de Copacabana y el frío de Barcelona le paralizó. Nada más llegar, le robaron el único abrigo que había traído. Le habían hablado de la playa y de la Costa Brava, pero Dinamita tiritaba cada día, entrenándose en chándal y en pantalón largo. 

También se llegó a difundir que había sufrido un grave accidente de tráfico justo después de ser presentado, pero todo fue una especie de inocentada surgida en Brasil y que TVE emitió como si fuera real. 

Y pese a todo, su bautizo fue prometedor: debutó el 20 de enero de 1980 y marcó los dos goles del Barça ante el Almería (2-0). Pero su estrella fue fugaz. Solo volvería a marcar un gol, de penalti ante el Nottingham Forest en la Supercopa de Europa que perdió el Barça. Llegó en enero y a finales de abril, el Barça lo devolvió al Vasco da Gama, intentando recuperar parte de la inversión inicial. 

La prensa ya le había recibido con escepticismo (“no es un crack, se trata simplemente de un jugador positivo”, escribió Hernández Filloy, primer director de SPORT, en cuanto se confirmó su fichaje, pero acabó machacándolo sin piedad. “Todo lo que hizo fue de una monotonía putrefacta”, se dijo en ‘RB’ tras caer en casa ante el Madrid. Y para acabar, la puntilla, después de empatar contra el Hércules. “Su labor fue vergonzosa y el público se rio de él; fue una caricatura de jugador”. 

penalizado por ‘HH’

Entre medias, un cambio de entrenador que le penalizó especialmente: Helenio Herrera sustituyó a Rifé y Dinamita se diluyó como el azúcar en el café. “A HH nunca le gustaron los jugadores sudamericanos porque tenía un trauma con el Santos de Pelé”, se quejó Roberto poco después, cuando su etapa en el Barça ya había quedado en un recuerdo. 

Apenas quedó rastro de aquel jugador al que un periodista del Jornal dos Sports había bautizado así (‘Explota el Chico Dinamita’) tras su primer gol como profesional, en su segundo partido con el Vasco. 

Su pólvora solo funcionó en Brasil: volvió a su país y pasó de la noche al día. El 4 de mayo jugó con el Vasco da Gama en Maracaná, ante más de 100.000 espectadores, marcó los cinco goles de su equipo (5-2) ante el Corinthians y reanudó su idilio con la afición del club de Río de Janeiro, que siempre le idolatró.

Sigue siendo el jugador con más partidos (1.022) y más goles (754) en la historia del Vasco. Y con la selección brasileña tampoco lo hizo mal: 26 goles en 49 partidos, incluyendo dos Mundiales, en 1978 y 1982. Se retiró en 1993 y se metió en política: fue concejal en Río y luego, diputado estatal por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). También fue presidente del Vasco da Gama entre 2008 y 2013, después de una amarga disputa con Eurico Miranda, una especie de Jesús Gil brasileño con el que sigue cruzándose dardos de vez en cuando.