La profecía de HH en el Bernabéu

Helenio Herrea, un técnico de inagotables recursos, brilló en su primera etapa en el banquillo del FC Barcelona (1958-60)

Helenio Herrea, un técnico de inagotables recursos, brilló en su primera etapa en el banquillo del FC Barcelona (1958-60) / ANTONI CAMPAÑÁ SR.

David Salinas

David Salinas

Los clásicos de Copa, como los de cualquier otra competición, incluso los amistosos, se han caracterizado por su intensidad y han sido pródigos en anécdotas y curiosidades. El primer cruce copero entre Barça Real Madrid, en 1916, ya generó expectación, pasión y un gran debate por la parcial actuación del árbitro. Y, desde entonces, siempre fue así. No ha habido eliminatoria o final que no haya pasado a la historia por un motivo u otro. 

Centrándonos en las semifinales de Copa entre los dos gigantes del fútbol español, el FC Barcelona superó dos y el Real Madrid cuatro. La segunda en la que el equipo azulgrana apeó al conjunto blanco del torneo del KO fue de aquellas que no se olvidan. Por el juego, los futbolistas y una figura que siempre atraía los focos: Helenio Herrera.

El Mago había recalado en el banquillo del Camp Nou a finales de abril de 1958, tomando el relevo de Domènec Balmanya. En su primera temporada completa, 1958-59, logró el doblete (Liga y Copa) con unos números que, a día de hoy, no se han podido repetir: ganó todos los partidos de Liga como local (15) y firmó 96 goles en 30 partidos, a un promedio de 3,2 tantos por encuentro. En Copa no conoció la derrota (siete victorias y dos empates) y convirtió 30 goles (3,3 tantos de media). Ese Barça, con jugadores de la talla de Ramallets, Olivella, Rodri, Gracia, Segarra, Gensana, Tejada, Kocsis, Eulogio Martínez, Suárez oVillaverde, era una máquina tan precisa como efectiva.

Visionario

El Barça 1958-59 se proclamó campeón de Liga el 12 de abril en el Manzanares (1-1) y afrontó la Copa en un gran momento. De todas formas, sufrió para apear al Murcia (de 2ª División) en dieciseisavos, al Sporting en octavos y al Betis en cuartos. Helenio Herrera, en los vestuarios de Heliópolis, después del partido de ida (0-6), ya pidió al Real Madrid en ‘semis’. No tenía miedo a ningún equipo porque, como dijo, “el Barça será campeón de España”. En el Camp Nou, donde el equipo azulgrana volvió a derrotar al Betis (4-3), insistió: “Ahora nos conviene el Madrid porque a dos partidos tenemos más posibilidades que a uno solo”.

Sus deseos fueron órdenes y Barça Madrid se cruzaron en una de las semifinales. La ida, el 7 de junio de 1959, se jugó en el Bernabéu y las cosas empezaron muy mal para el equipo del Mago: 2-0 al descanso, con goles de Puskás y Mateos. El Madrid, que era campeón de Europa desde el 3 de junio (derrotó 2-0 al Stade de Reims), había dejado ‘groggy’ al campeón de Liga en el primer cuarto de la eliminatoria. El 2-0, por cierto, fue protestado por los jugadores catalanes, que alegaron que Gento había centrado una vez el balón rebasó la línea de fondo.

La charla menos esperada...

Con este marcador era de esperar la bronca de Herrera en el vestuario... Sin embargo, sucedió todo lo contrario. Testigos presenciales contaron que el Mago sorprendió a sus discípulos con una plática que los dejó descolocados: “Muy bien muchachos, el resultado no importa. En la segunda parte ustedes les van a bailar. Sigan igual. ¡Están rotos! ¡Bien Kocsis! ¡Ánimo Coco! (por el paraguayo Eulogio Martínez). Ustedes les marcarán seis goles en la segunda parte”. Contaron los que presenciaron la perorata que, al final, la cara de los jugadores fue de gran sorpresa y estupefacción.

Herrera no había enloquecido. Tiró de psicología y ganó. El Barça, como había pronosticado, marcó seis goles, pero dos no subieron al marcador. Se impuso 2-4 y dio un paso de gigante para alcanzar la final. Anotaron Kocsis Suárez por partida doble. Cuatro goles entre el minuto 51 y el 80, los tres últimos en solo cinco. El Barça aprovechó el exceso de confianza del campeón de Europa (y las lesiones de Zárraga y Miche) para pasar por encima y dar un golpe de autoridad que nadie hubiera podido adivinar tras el descanso.

En la vuelta, el Barça volvió a ganar (3-1) y avanzó a la final, que se jugó el 21 de junio de 1959 en el Bernabéu. Allí, el equipo de Herrera superó al Granada por 4-1, con goles de Eulogio MartínezKocsis (2) y Tejada. El técnico llevaría al Barça a otro título de Liga (1959-60) pero saldría ‘caliente’ después de un KO ante el Madrid (1-3) en la Copa de Europa (abril 1960). Días antes había sido paseado a hombros en Les Rambles (su futuro se unía al Inter), una escena que se repitió en los ochenta (en su tercera etapa en el banquillo azulgrana) después de una gesta en Copa.