Historia SPORT

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La proeza de La España Industrial

El filial del Barça, en junio de 1956, logró el ascenso y no renunció a él como en 1953

El pasado jueves se cumplieron 65 años del ascenso a Primera División del filial, La Sección Deportiva La España Industrial, un hito histórico en la Liga

Equipo de La España Industrial

La formación de la SD La España Industrial del 9 de junio de 1956, contra el Oviedo (liguilla de ascenso). Arriba, de izquierda a derecha: Estrems, Olivella, Rodri,Simó, Vergés, Mora, Mis y ‘Chato’ Belenguer (material). Abajo, mismo orden: Cañadas (material), Basora II, Allende, Bellés, Ribera, Bertrán y Andreu (masajista) / Archivo Paco Rodri

David Salinas

David Salinas

El domingo 17 de junio de 1956 La España Industrial se aseguró matemáticamente el ascenso a la máxima categoría del fútbol español arrancando un empate (1-1) contra el Murcia en La Condomina. El filial azulgrana, con 13 puntos en 8 partidos, dominaba la liguilla y solo el Oviedo, con 10 unidades y a falta de dos partidos, podía discutirle el liderato, que no el cambio de división al tener premio los dos primeros clasificados.

No fue la primera vez que los industriales alcanzaban semejante proeza. Tres años antes, en la temporada 1952-53, La España Industrial escribió una página histórica al lograr el ascenso de Segunda a Primera después de clasificarse en segunda posición de la liguilla, por detrás del Deportivo de La Coruña. Sin embargo, al equipo matriz, el FC Barcelona, le sorprendió semejante éxito y, después de muchas valoraciones y un ‘parentesco’ demasiado cercano, optó por renunciar a un ascenso ganado deportivamente sobre el campo. La compensación de la Junta hacia aquella generación de jugadores –Tejada, Ferrer, Peiró o Murillo– fue un premio de 5.000 pesetas y una pitillera de plata. El RC Celta, finalmente, ocupó la vacante dejada por el filial.

Acuerdo de filiación

El equipo de fútbol de La España Industrial se fundó en 1934 y en julio de 1949 llegó a un acuerdo de filiación con el FC Barcelona. A partir de entonces, el Barça empezó a ceder jugadores iniciados en el Amateur para que se foguearan antes de dar el salto al profesionalismo. Igualmente, se acordó potenciar al ‘hermano pequeño’ con talento técnico, siendo el mítico Ramon Llorens el primero en aterrizar, aunque sin desvincularse completamente del Barça. Los primeros cedidos, entre otros, fueron Blanch, Llebaría, Biosca, Ferrer, Martí y Manchón. Por aquel entonces el equipo militaba en Primera Regional, compitiendo con equipos como el Vic, Palamós, Europa, Figueres, Olot, Manresa, Valls, Agramunt, Sant Celoni… Su ascenso fue fulgurante.

La temporada 1955-56, la del segundo ascenso a Primera, La España Industrial era una máquina. Empezó luchando en el Grupo Sur (tras hacerlo habitualmente en el Norte) contra equipos de solera como el Málaga, Cádiz, Granada, Tenerife, Castellón y los filiales del Real Madrid (Plus Ultra) y Valencia (Mestalla). La plantilla, sin embargo, era de campanillas: Estrems y Caldentey (porteros), Simó, Paco Rodri, Olivella, Pepe Pinto y Juan Schwandt (defensas), Alberto Salas, Martí Vergés y Mora (medios) y Joaquim Basora –hermano de Estalisnao–, Allende, Ribera, Moix, Bertrán, Bellés, Font, Moll y Sampedro –estos dos últimos cedidos por el Barça– (delanteros). 

El equipo, dirigido por Miquel Gual, antiguo jugador del FC Barcelona, firmó una gran temporada, destacando por su unión y armazón y un juego de control, rápido, asociativo y vertical. La prensa y la afición bautizaron a La España Industrial, por este perfil, como el equipo de “los argentinos”. La tercera posición en la Liga de Segunda, por detrás del Jaén y el Betis, aseguró una plaza de promoción a La España Industrial, que se jugó el ascenso en una liguilla de históricos: Betis (Grupo Sur), Oviedo y Zaragoza (Grupo Norte) y Murcia y Alavés (13º y 14º de Primera División).

Temporada para enmarcar

En la liguilla, La España Industrial mantuvo el nivel demostrado a lo largo del curso y se aseguró el ascenso a falta de dos jornadas, después de jugar ocho partidos, de los que ganó seis (firmó cinco victorias consecutivas), empatar uno y perder otro. En Murcia, sin embargo, llegó la ocasión de asegurar el ascenso. Y el equipo de Gual no falló. Bellés anotó el 0-1 y Mengó, para el Murcia, niveló la contienda. Además, el KO del Oviedo en Zaragoza (4-0) benefició a los industriales. Los dos últimos partidos fueron de trámite: en Torrero (derrota 1-0 ante el Zaragoza) y en Les Corts (victoria 3-2 contra el Betis). Gual, tras consumarse el ascenso, lo tenía claro: “Los que lo han ganado, lo defenderán”.

En esta ocasión el FC Barcelona sí permitió que los de Hostafrancs jugaran en la máxima categoría del fútbol español, aunque después de llevar a cabo cambios de calado, como “romper” el convenio de filiación, aunque en la práctica no fue así por permitir el técnico del primer equipo, Domènec Balmanya, ceder jugadores que no entraban en sus planes, como Gonzalvo III, Hanke, Navarro II, Duró o Castañer. Otro cambio fue el de nombre, que pasó de La España Industrial a CD Condal al no permitirse equipos con nombre comercial. Para el campo se valoró que fuera Montjuïc la casa del ‘nuevo’ equipo, pero éste acabó jugando en el santuario de Les Corts. La afición barcelonista tuvo partido en casa cada fin de semana la temporada 1956-57.