El primer debut de Ronald Koeman en el Camp Nou

El primer debut de Ronald Koeman en el Camp Nou

El primer debut de Ronald Koeman en el Camp Nou / sport

David Salinas

David Salinas

Ronald Koeman experimentará mañana su segundo debut oficial en el Camp Nou. El primero, como jugador, tuvo lugar el 9 de septiembre de 1989 en un partido de Liga contra Osasuna (4-0). El segundo, como entrenador, llegará 31 años después contra el Villarreal. El héroe de Wembley 1992, ahora en el banquillo, firmaría una presentación como la que tuvo ante el conjunto navarro: dos goles (ambos de penalti), primera victoria y jugando en su posición natural.

La presentación de Koeman, considerado un fichaje estratégico, fue la habitual en las formas, aunque no en el periodo de tiempo. El jugador de los Países Bajos firmó el 22 de enero de 1989 (lo hizo por cuatro temporadas) en un viaje relámpago a Barcelona. El Barça lo ató cuanto antes y no esperó al verano. Pagó 700 millones de pesetas al PSV Eindhoven (unos 4,2 millones de euros).

Primer partido

La primera vez que el nuevo jugador azulgrana lució la camiseta de su nuevo equipo fue en su país, concretamente en un amistoso correspondiente a la pretemporada. Así, el 1 de agosto de 1989, Koeman se alineó como titular contra el equipo amateur del VV Buitenpost. El Barça goleó 1-15 y la nueva estrella azulgrana anotó un hat-trick… ¡en 15 minutos! Marcó el 0-4, 0-6 y 0-7 entre el minuto 28 y 42. El segundo, en el 34, de penalti.

El 22 de agosto jugó por vez primera en el Camp Nou como barcelonista. Fue en el Gamper, pero no tuvo un buen recuerdo: perdió 1-2 contra el Sochaux. Uno de los goles lo firmó el ex barcelonista Carrasco, entonces en el equipo francés. El 2 de septiembre hizo su debut oficial con el Barça, en Valladolid, donde el equipo de Cruyff empezó la Liga 1989-90 con derrota (2-0). El partido pasó a la historia por la alineación del entonces desconocido Lucendo y por jugar Koeman de centrocampista derecho.

Cruyff quiso sacar presión al debut de su compatriota y no lo alineó de líbero sino de centrocampista por la derecha. De esta forma no tuvo la responsabilidad de salir con el balón controlado, pero la estrategia no le salió bien, aunque a partir del minuto 25, con 1-0, el holandés intercambió su posición con Milla. El Barça mordió el polvo en el Zorrilla (2-0) y dejó muchas dudas. 

Así las cosas, el siguiente partido, contra Osasuna en el Camp Nou, el debut oficial de Koeman ante su nueva afición, era toda una prueba de fuego. Y no falló. Ronald, a partir de la 22.15 horas, pese a ir de menos a más, firmó un doblete desde los 11 metros (el segundo y el cuarto) y se alineó como central en una línea de tres integrada por Aloísio (derecha), Koeman (centro) y López Rekarte (izquierda).

La posición de Koeman, a modo de líbero retrasado, con el talentoso Sergi López por delante, convenció a la afición. Empezó con lentitud, pero dando siempre una correcta salida al balón, mantuvo la colocación, dio cambios de juego, pases desde la larga distancia y exhibió una de sus especialidades: los lanzamientos de penalti.

Feliz

Ya chapurreando algo de castellano, Koeman aseguró tras el partido que había ocupado “mi posición habitual en el PSV y en la selección de mi país. La verdad es que me he encontrado muy a gusto. ¿Si seguiré en este puesto? No lo sé, cada partido es diferente y el que decide es el entrenador”. Lo cierto es que Koeman demostró que no era ningún defensa de cierre sino un generador de juego, con zancada, precisión y un potente disparo. Y así se le recuerda.

Por cierto, siguió su debut oficial en el Camp Nou el Príncipe Alberto de Mónaco, gran aficionado al fútbol, y Osasuna, pese a su condición de visitante, lució sus colores habituales. Fútbol vintage, reconocible, no como el de ahora, que prioriza la venta de camisetas, algunas de ellas sin bagaje histórico alguno.

El primer curso de Koeman en el Barça terminó con el título de Copa (contra el Real Madrid), pero con una decepcionante eliminación en la Recopa (en la prórroga, ante el Anderlecht en el Camp Nou), la pérdida de la Supercopa de Europa (ante el Milan de Arrigo Sacchi) y una pobre tercera posición en la Liga, por detrás del Real Madrid (62 puntos) y Valencia (53). En el cómputo individual, Koeman lo jugó prácticamente todo: 48 de los 51 partidos oficiales. Solo se perdió tres (todos por sanción) y marcó 19 goles.