Preocupación en el Barça más allá de los errores individuales
En el club azulgrana huyen de alarmismos pero admiten que el equipo ha perdido control y va de más a menos

Flick expresó su descargo por la expulsión sufrida en el partido ante el Real Betis (2-2). / Perform
Vaya por adelantado que en el Barça huyen de alarmismos y, por supuesto, también de la palabra crisis. En el club impera la estabilidad deportiva pero esta no va reñida con una buena dosis de preocupación al comprobar la línea decreciente del equipo, tanto a nivel de juego como de resultados. La confianza en Hansi Flick y su libro de estilo es máxima, de ahí que el foco esté más en los jugadores que en el técnico alemán
El conjunto azulgrana puede certificar el miércoles en Dortmund su clasificación virtual para los octavos de final de la Champions. Además, es líder en Liga a la espera de lo que ocurra en el Valencia-Real Madrid aplazado. La foto global es más que positiva, así que los nervios no tienen cabida en la planta noble del Camp Nou. Es más, creen personas de peso en el Barça que uno de los errores del pasado reciente fue la incapacidad de mantener la tranquilidad en momenos más delicados.
Pero tampoco se puede negar lo evidente: el equipo empezó como un tiro pero ahora ha perdido fuelle en prácticamente todos los registros del juego: control, precisión, concentración y acierto en las áreas. El cuadro catalán solo ha sumado cinco puntos en las últimas cinco jornadas y ha dilapidado en un abrir y cerrar de ojos la privilegiada distancia con Real Madrid y Atlético.
Relajación mental
En el Barça creen que, de entrada, el factor psicológico ha jugado un papel relevante. Aunque haya sido sin querer, el grupo se relajó tras las exhibiciones ante Bayern y Real Madrid, un problema de mentalidad que puede resolverse una vez los rivales se encargan de bajarte de nuevo a la tierra como está pasando. Eso puede suceder cuando hay un vestuario especialmente joven, como es el caso.
Si los primeros tropiezos se achacaron a errores individuales, lo de ahora ya va más allá. Ante el Betis resultó evidente que el Barça ni mereció ganar ni tuvo nunca el partido controlado. ¿Por qué? Creen en el 'staff' que hay quienes han confundido el fútbol total que pide Flick con la precipitación. Los rivales presionan ahora alto y a los azulgranas les está faltando personalidad y pausa para salir con calidad. Se han multiplicado las pérdidas y con ellas crece el desorden defensivo. "Jugar en largo es un recurso fácil pero no nuestra fortaleza", alertó Hansi tras el empate en Sevilla.

Cubarsí y De Jong rodeados de jugadores béticos durante el Betis-Barça de La Liga 2024/25 / VALENTÍ ENRICH
Poca veteranía y bajones individuales
Otro de los diagnósticos que gira alrededor de la falta de experiencia del equipo. En Vigo y Sevilla el Barça tenía el partido ganado pero fue incapaz de dormirlo en los instantes finales. La plantilla tiene juventud extrema y eso aporta desparpajo pero también una falta de veteranía a la hora de bajar el ritmo del envite cuando conviene.
Sin querer señalar a nadie, desde la entidad que preside Joan Laporta mencionan el momento personal menos brillante que viven piezas importantes como Kounde, Olmo, Lewandowski e incluso Raphinha. Este último ha seguido viendo portería pero a nivel de juego también ha perdido cuota de acierto. Olmo ha regresado de la lesión lejos de su mejor versión, Kounde ha tenido errores de bulto y Lewandowski está menos fino de cara a puerta en el último mes.
Piezas importantes con poco respiro
Fuentes consultadas por SPORT también mencionan el limitado fondo de armario que hay en algunas posiciones, bien sea por las lesiones o porque la segunda unidad está visiblemente lejos de la primera a nivel de rendimiento. Así las cosas, hombres como Cubarsí, Íñigo, Pedri, Lewandowski o Raphinha acumulan muchos minutos y titularidades seguidas -el polaco justo tuvo un respiro en Mallorca- y eso perjudica a su chispa y frescura mental a la hora de tomar decisiones durante el juego. Con piernas menos enérgicas también cuesta más aplicar sin fallo la presión en campo rival a la que aspira el técnico alemán.
Como es normal, la brutal altura de la línea defensiva sorprendió al principio pero los rivales analizan los partidos y cada vez caen menos en fuera de juego y castigan mejor la espalda de la zaga azulgrana. Sin embargo, desde el Barça consideran que no es tanto un problema de lo que hagan diferente los rivales, sino de haber dejado de morder tanto en la presión al poseedor del balón.
De aquí a final de 2024, el objetivo que se fijan desde el Barça es conservar el liderato en Liga y asegurar el pase a octavos en Champions. Lo primero pasa por no fallar ante Leganés ni Atlético y lo segundo está más que encarrilado y podría quedar cerrado en caso de vencer el miércoles en Dortmund. De cara a enero habrán regresado Araujo y Christensen y efectivos todavía no al cien por cien como Gavi, Frenkie de Jong o Dani Olmo podrán estar ya en mejor forma.
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