La postura de Piqué sobre la selección española

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Gerard Piqué anunció a finales de enero, durante el acto de su renovación con el Barça hasta 2022, que el Mundial de Rusia sería su última aportación a la selección española: “Lo normal es que lo deje después del Mundial. Ha sido una etapa espectacular y he vivido cosas únicas, pero a veces toca cerrar etapas y hay que cerrarlas bien”. El central, al contrario de lo que hizo Iniesta tras caer ante Rusia, no quiso confirmar su decisión en caliente. Tampoco lo hizo respondiendo a las preguntas de la prensa a su llegada a Barcelona. Este hecho, junto a las declaraciones de Luis Rubiales, presidente de la RFEF, y José Francisco Molina, sustituto de Hierro como director deportivo, en las que rechazan dar por acabada la presencia de Piqué en la Roja, han ayudado a especular con la posibilidad de que el defensa reconsidere su postura.

La llegada de Luis Enrique al banquillo español es otro de los argumentos que han ayudado a potenciar esta teoría. La respuesta, pese a todo el ruido generado alrededor de su continuidad, solo la tiene el propio interesado. Y Gerard Piqué no se ha expresado ni en un sentido ni en el contrario. Es poco probable, eso sí, que el central lo haga a través de un documental televisado.

Voluntad inalterable

Según ha podido saber SPORT, la decisión de dar por acabada su etapa como internacional sigue siendo firme. El blaugrana quiere dedicar los últimos años de su carrera deportiva centrándose al cien por cien en el Barça y, por otro lado, liberarse del compromiso que significa competir con la selección española y ocupar ese tiempo en sus proyectos empresariales. No haber anunciado su marcha tras el Mundial se debería, exclusivamente, al hecho de elegir él mismo el momento para despedirse. Hacerlo tras una eliminación prematura no entraba dentro de sus planes. Lo dirá cuándo y cómo él quiera.

Esta estrategia, además, le da libertad total para ponderar bien la decisión e, incluso, si las circunstancias cambian, echarse atrás. Su voluntad es dejarlo, pero quienes le conocen se niegan a cerrar la puerta a un cambio de opinión. De ahí que, cuando se expresó en enero, no dijera adiós de forma cien por cien tajante, y ahora haya dejado pasar un tiempo prudencial para saber cómo se desarrollaban los acontecimientos alrededor de la RFEF.