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¿Por qué tanta disputa por la final de la Copa del Rey?

Ramnón Fuentes

De nada sirvió el encuentro de más de dos horas que el Consejo Superior de Deportes organizó con la Liga de Fútbol Profesional y la Federación para desatascar el asunto de calendario. Lo único que salió de esa cita es darle a las partes cuatro días más para tratar de lograr un punto de encuentro sobre una cuestión de la que llevan litigando desde el pasado 17 de mayo. El mismo día que Luis Rubiales salía elegido en la Ciudad del Fútbol, horas antes la Liga aprobaba un calendario consciente que tendría sus puntos de fricción con la Federación Española.

Llama la atención que al encuentro acudió representando a la FEF su Secretario General, Andreu Camps, y no su presidente Luis Rubiales cuando por la patronal fue Javier Tebas quien encabezó la cita con María José Rienda, Secretaria de Estado para el Deporte. Si bien estructuralmente parece lógico que sea el Secretario General, es llamativo sabiendo que las relaciones entre ambos presidentes no son del todo cordiales. Hasta ahora y salvo el primer encuentro en la RFEF días después al nombramiento de Luis Rubiales, éste se ha ausentado también del encuentro en la mesa de negociación del futuro convenio de coordinación que ambas partes están negociando actualmente. 

La pregunta que surge es: ¿Pero por qué esta situación por una sola fecha como la final de Copa del Rey? Pues bien los argumentos desde ambas partes son claros, tanto que ni Rienda logró convencerles ayer mismo. Desde la RFEF, propietaria de la competición y en exclusiva de la explotación de la final, su presidente luis Rubiales lo tiene muy claro desde que llegó. Durante décadas la final de Copa del Rey era el último partido del fútbol español, el colofón de la temporada. Algo que se ha perdido en estos últimos años y que no puede continuar así. Considera que no es de recibo que la final del torneo que representa al Rey de España quede encasillado en mitad de una temporada, como algo metido con calzador, y menos en el contexto de calendario inicial para esta temporada donde inicialmente estaba propuesto para el 20 de abril, celebración del Sábado Santo en España. E el apogeo de la Semana Santa. Tampoco acepta la propuesta alternativa de la Liga de celebrarse en 27 de abril, justo el sábado siguiente. 

Pero luego está el punto de vista que defiende la patronal de Javier Tebas y que radica esencialmente en la venta colectiva de los derechos internacionales de la Liga en el mundo entero. Algo de lo que está capacitado por el Real Decreto de 30 de abril del 2015 que regula la venta de loa derechos del fútbol, tanto en España como fuera de nuestras fronteras. Y dentro de esa venta tiene una gran importancia, según la propia Liga, el que la competición abarque lo más posible para lograr una mayor presencia audiovisual y mejores réditos económicos. Y en este escenario la patronal tiene acordado que la competición abarcará los mayores números de meses naturales que están permitidos. De ahí su argumento y clara defensa de acabar la Liga el fin de semana del 25-26 y no el 18-19 en caso de disputarse el sábado 25 la final de Copa. De esta forma cubren todo el mes de mayo del 2019 con Liga no dejando desierto un último fin de semana. No olvidemos que la Liga no tiene potestad audiovisual sobre la final copera, está en exclusiva para la RFEF como la inminente Supercopa de España. 

Es más, según argumenta la propia Liga, estos acuerdos internacionales y el incremento de los contratos de la venta exterior de la competición española, con aspectos tan importantes como estos de cubrir el mes completo, se benefician todas las partes del fútbol español; tal y como está regulado en el propio Real Decreto de 30 de abril: la Federación, los jugadores etc...al margen de los propios clubes. 

Pues bien bajo estos dos puntos de vista tan antagónicos, imposibles hasta ahora de acercar, deben llegar a un acuerdo la RFEF y la Liga antes del próximo martes 31 a las 20:00 horas. De lo contrario ya será el CSD quien fije el calendario definitivo. Sería el primer gran problema para María José Rienda.