Pogba, el diablo francés

Enigmáticas risas de Pogba tras recordar la marcha de Mourinho

 El jugador del Manchester United no pudo reprimir una sonrisa al hablar de la destitución del portugués, con quien no tuvo una buena relación / Perform

"Messi o no Messi me suda los cojones. Tenemos que ganar esta puta Copa del Mundo ¡Hoy no volvemos a casa! Somos guerreros. Somos soldados. Y hoy vamos a matar a esos argentinos. Quiero que esta noche quedemos grabados en la memoria de todos los franceses”. 

La escena es en la intimidad del vestuario de Francia. En el césped espera Argentina. Y él que habla de pie, gesticula y alienta a los suyos con el torso desnudo y la mirada encendida es Paul Pogba.  

LA REDENCIÓN DE POGBA

“El jugador más indisciplinado de la historia” -en palabras de Jamie Carragher- asombró a Francia con su determinación y liderazgo el pasado Mundial. Para Pogba fue su particular redención tras meses de linchamiento, más o menos justificado, en Inglaterra.

De él se dijo que era un bocazas. Un futbolista inmaduro. Y un tipo con alergia a la autoridad. El diagnóstico estaba claro: Potencial desperdiciado. Un Ferrari sin nadie al volante. 

Carragher no perdería la oportunidad para seguirle tirando del hilo. “Si Mourinho se va os garantizo que no vais a ver un nuevo Pogba. No es tan bueno como él piensa. Tiene el talento, pero su gran problema es la comprensión del juego”. 

Desde que la leyenda del Liverpool hizo esas declaraciones han pasado algunas cosas en la vida de Pogba. La más trascendental, ser campeón del mundo. La más oportuna, haber perdido de vista a Mourinho y volver a ser él mismo de la mano de Solskjaer

Si disfrutó más de la revancha, o de demostrarse que podía ser el futbolista que todo el mundo pensaba que podía ser, solo lo sabe él. Los que lo conocen bien dan por hecho que se lo pasó en grande con las dos cosas. 

“Yo juego para ser el mejor, no para ser segundo. No vivo para la gente ni para que piensen de mí que soy un buen chico, el mejor o alguien perfecto”.

Pogba juega como vive. En el campo se le ha reprochado un juego efectista. Y fuera de él se le tacha de excéntrico.  Su fútbol desprende cierto aire circense. Como si algunas de sus acciones le sentaran mejor a él que al juego. 

Esa exuberancia técnica se traduce fuera con peinados coloristas y una actitud, herencia directa de la cultura urbana y el fútbol de extrarradio.¿Es Pogba lo que parece? Deschamps lo tiene claro.

“Hay una imagen que no se corresponde con lo que es. Quizás es porque es un poco excéntrico, le gusta demostrar cosas. Pero ha estado conmigo desde 2013 y no juega para él mismo; es de los que hacen grupo y eso es muy importante”. 

El seleccionador nunca había visto antes tan mentalizado a la estrella del United. “Durante el Mundial quiso recuperar una imagen de normalidad. Creo que se liberó un poco de eso. Pero lo más importante es que llegó al campeonato con una idea muy clara: prepararse de la mejor manera para ganar el campeonato. Eso es lo que tenía en la cabeza”. 

LOS ORÍGENES DE 'LA PIOCHE'

Pogba creció en Roissy-en-Brie, a media hora de París, y fue ahí donde se ganó el apodo de ‘La Pioche’ (pico) porque se pasaba el día dando balonazos a la pared como si quisiera derribarla.

Todavía hoy le llama así sus mejores amigos (entre ellos Griezmann, su gran confidente en la selección francesa) y en su marca de ropa lleva inscrito el apodo personalizado con sus iniciales (La Pioche PP). 

Pogba le da un significado más profundo. “Yo lo veo como un chico que ayuda a los otros. Ese es el significado que le doy”. En la vida de Pogba se ha publicitado mucho la figura de su agente, el temible Mino Raiola, pero su gran apoyo ha sido siempre su madre, Yeo Moriba

Ella fue la que se hizo cargo de los tres niños tras el divorcio con Fassou Antonie, ya fallecido, y con pasado como futbolista. Moriba es quien manda en el Clan Pogba.

En Manchester todavía recuerdan su cabreo con Ferguson tras ver a su hijo llorar. Que el entonces técnico del United recuperase a Scholes no sentó muy bien a un jovencísimo Pogba en su primera etapa en el United.

De esos años se recuerda la imagen de un adolescente con una confianza insospechada para su edad. También la de un deportista con unas condiciones físicas casi estrambóticas. 

‘LE MONSTRE FRANÇAIS'

Una anomalía.  Un atleta con una fineza técnica que no se correspondía con su envergadura. Así lo veían los técnicos y todo el mundo lo comparaba, entonces, con un Vieira, que pronto rehusó la comparación.

“Contrariamente a mí, él más ofensivo. Mi espíritu era más defensivo. El juega más arriba, marca más goles. Él es más elegante que yo y definitivamente tiene mucho más talento”, aseguró en ‘France Football’. 

Su salida a la Juventus cogió a contrapié a Ferguson, que estaba poco acostumbrado a los desplantes. En Turín bastó un solo entrenamiento para que un tal Pirlo viera que estaban ante un chico distinto.

“Nunca olvidaré ese día. Era muy joven, pero todos pudimos sentir que ya era especial”. En Italia no solo se convirtió en una de las grandes apariciones de la Serie A, también aprendió el castellano.

La culpa la tuvieron Tévez y el reggaetón. Que su pareja sea boliviana también explica que lo hable tan bien como el italiano. Su explosión en la Juve le valió un regreso millonario al United (fue traspasado por 120 millones). 

En Manchester le esperaba un Mourinho con el que no tardaría en colisionar. Una etapa de hostilidades y reproches que terminó siendo algo personal. 

"NO VOLVERÁS A SER CAPITÁN"

Pogba nunca se sintió cómodo con las restricciones del portugués. Y Mou le echó en cara, a menudo, la falta de liderazgo y trabajo.  “Jugar liberado del trabajo defensivo no es ser un box-to-box. A la gente que me pregunta cuál es la mejor posición para Paul, les respondería que es un mediocampista más. Eso es todo”.

Las hostilidades solo aumentaron cuando el portugués decidió que dejara de ser el segundo capitán. “Igual que un día decidí que fuera el segundo capitán. Ahora he tomado esta decisión y no tengo que dar explicaciones”, avisó el portugués.

Meses antes Guardiola desvelaría que Raiola había ofrecido el jugador  al City el pasado verano. Un choque de trenes que terminó con la salida de Mou y la llegada de Solskjaer.

El noruego, que ya había entrenado a Pogba en el filial,  le ha cambiado la vida. “Ole le ha dado la confianza y licencias para sentirse libre para hacer su juego. Ahora está jugando más por dentro. Tiene la libertad para que sucedan cosas Y está siendo más profundo y marcando goles”, subraya Lingard. “Tenemos un entrenador que nos valora, una persona que es feliz y disfruta viendo feliz a los otros. Nos ha devuelto la confianza y hay lo que no había antes: un grupo unido”, advierte Pogba

‘La Pioche’ vuelve a enseñar sus dientes blanquísimos cuando vacila a sus compañeros en Carrington. El niño grande que desesperaba a la afición del United hace solo unos meses es ahora un diablo para los rivales.