Pochettino ya no se iría "a su granja de Argentina" antes de entrenar al Barça

Mauricio Pochettino atravesaba quizá el mejor momento de su carrera en 2018 en un Tottenham Hotspur que bajo su manto había dado un paso adelante en lo deportivo y se codeaba con los 'grandes' de la Premier.

De hecho, el argentino llegó al banquillo de los 'Spurs' en 2015 después de que el cuadro londinense hubiese quedado fuera de la Champions al ser quinto a seis puntos del Manchester United (cuarto) y fue destituido en noviembre del año pasado.

Ayudado por el poderío económico de ENIC Group con su presidente Daniel Levy a la cabeza, el Tottenham regresó la siguiente campaña a la Liga de Campeones tras acabar tercero en el curso 2015-16.

Su mejor momento, de todas formas, llegaría en la campaña 2018-19 cuando estuvo a punto de culminar el sueño del club de convertirse en el primero de la historia en conquistar la Champions, la Recopa y la Copa de la UEFA (Europa League).

Sin embargo, el Tottenham cayó en esa final disputada en el Wanda madrileño ante el Liverpool por 0-2 con tantos de Mohamed Salah y de Divocki Origi para el conjunto 'red'.

Un Valverde 'tocado'

Por aquel entonces, el Barça se había pegado el gran batacazo en Roma en los cuartos de final de la Champions (cayó por 3-0 y se dejó remontar así un 4-1) y Ernesto Valverde empezaba a estar ya en entredicho.

Y Pochettino era uno de los que sonaba como posible sustituto. Sin embargo, el argentino recordó su pasado como jugador y como técnico del Espanyol para destaparse con una frase bastante fuera de lugar.

<strong>"Antes de entrenar al Barça me iría a mi granja de Argentina", señaló</strong> el exdefensa central autodescartándose de las quinielas si es que de verdad alguna vez estuvo realmente en ellas.

De hecho, tanto Eric Abidal como Ramon Planas aseguraron a comienzos de este año 2020 que <strong>Pochettino no fue nunca una primera opción</strong>... aunque en 2018 no está tan claro.

Marcha atrás

Pues bien, el sudamericano ha matizado mucho aquella declaración en una entrevista con El País en la que viene a decir que aquella bravuconada estuvo fuera de lugar y que "nunca se sabe".

"Hay que explicarlo bien. Estuve en Barcelona ese año y me encontré con Bartomeu en un bar. Nos saludamos porque llevábamos los hijos al mismo colegio y estuvimos cinco minutos de cháchara", empieza.

"Eso generó un rumor que hizo saltar alarmas, porque había más equipos que nos querían. Y cuando me preguntaron quise zanjarlo de forma drástica. No quise faltar al respeto al Barcelona", insiste Pochettino.

"Se pueden decir las cosas de forma diferente. El Espanyol me ha hecho un nombre. Pero no soy arrogante y no me gustó hacer una declaración como esa. Quizá ahora no lo haría porque en la vida nunca se sabe qué pasará", añade el técnico.

Y es que desde el segundo siguiente al nombramiento de Quique Setién como sustituto del destituido Valverde, los entrenadores huelen sangre en el banquillo azulgrana y lo ven como una opción que se abrirá más pronto que tarde.