Pjanic acelera al Barça

Pjanic, ante el Ferencváros

Pjanic, ante el Ferencváros / Valenti Enrich

Albert Rogé

Albert Rogé

No es fácil ser Miralem Pjanic. Acostumbrado a ser el comandante del centro del campo de la Juventus, el centrocampista bosnio se está viendo como el estandarte de la segunda unidad de Ronald Koeman. Ante el Ferencváros lo volvió a ser. 90 minutos para él en un partido donde tuvo una gran actuación y donde dejó varias pinceladas de lo que le puede aportar al juego azulgrana.

Lo primero de todo es velocidad en el juego. Mucha. Con él en el campo, el balón va muy rápido. A un toque. Dos, como máximo. Eso le permite al Barça una fluidez en el juego que perfora con más agresividad las líneas del equipo rival. El equipo lo agradeció y fruto de ese dinamismo se ganó el partido. Tres zarpazos del Barça, tres goles. Y con Pjanic mandando en el centro del campo. Y eso que tuvo a tres compañeros distintos en el doble pivote. Primero fue Busquets, en el descanso De Jong y lo terminó con Aleñá. Con los tres tuvo el mismo papel. Un pasito por delante y más en la creación de la jugada en campo rival. Es una de sus virtudes. El último pase. Y lo demostró con una asistencia imposible con el exterior que fue anulada por fuera de juego. Pero el detalle ya estaba allí.

Su otra virtud es el disparo. Todos le hemos visto marcar auténticos golazos con la camiseta del Lyon o de la Juventus. Con el Barça aún ninguno. Y no será porque no lo intenta. Hasta en tres ocasiones probó fortuna Pjanic en Budapest y el resultado fue el mismo: disparo desviado. No le terminan de salir las cosas. Y su rostro de desesperación lo mostraba. No está del todo satisfecho con su inicio de temporada. El bosnio quiere más minutos. Y si miramos el protagonismo que le está dando Koeman es normal que quiera más. 158 minutos en cinco partidos de LaLiga y 384 minutos en cinco de Champions. Ese es su bagaje. Y sin ninguna lesión. Todos los partidos disponibles. También ante el Osasuna, donde vio como Koeman apostaba antes por Pedri, aunque no le saliera del todo bien el invento. Pero Pjanic ha venido al Barça a cumplir su sueño. Y no se piensa rendir a las primeras de cambio. Tiene clase para aburrir y ganas de jugar. Si juega como ante el Ferencváros, que tenga más presencia en el equipo solo es una cuestión de tiempo.