Piqué rompe el protocolo

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Gerard Piqué representa toda una rareza. Como culé, simboliza la bandera de un nuevo barcelonismo desacomplejado. Como futbolista se aleja de los lugares comunes que rodean a la profesión.

Ahí va un mensaje para los que se imaginan a otro Piqué distinto en el futuro. "Los políticos no se mojan nunca. No creo que tenga perfil político. Y si algún día fuera presidente no sería un presidente al uso. Sería un presidente atípico"

Geri siempre rompe con el protocolo. Dice lo que piensa en un mundo de corrección política y diplomático aburrimiento. También paga un precio muy alto en ese papel de protagonista en el que se siente cómodo.

Piqué regresó al club en 2008 vestido con gabardina, pero incluso en días como hoy que luce traje medido no comulga con el tono oficialista. Se sabe diferente, despierta tantas adhesiones como rechazo, y disfruta de los focos.

Incluso cuando trata de mantener la compostura como hoy, le sale el showman que lleva dentro. "¿El Espanyol? Hoy no toca, el domingo en la zona mixta daré titulares".

Piqué es “un personaje” como siempre lo definen los que lo conocen. “Siempre me he visto como capitán, pero ahora lo veo distinto, aunque a veces haga más ruido de la cuenta. Sé que en algunas cosas no soy un ejemplo. Pero soy como soy y no cambiaré”, proclamó como si hiciera  suyo el himno de Alaska y Dinarama, a quién le importa.  

Esa autenticidad es precisamente la que lo ha convertido en un icono moderno del barcelonismo. Piqué se mete en charcos si le apetece y no trata de amoldarse al perfil bajo que se espera de los futbolistas. "Lo único que dije antes de las elecciones es que se respetara el resultado y no está siendo respetado", aseguró con claridad. 

Es inquieto, tremendamente ambicioso y está encantado de conocerse. En un día de solemnidad institucional, Piqué unió su futuro al del Barça, al menos hasta 2022, pero recordó que nunca cambiará y que en el futuro seguirá haciendo lo que sienta.

"Si no hubiera renovado quizá lo habría dejado", reconoció. Una frase que deja entrever que, quizás, no tiene tan calculada su retirada como pueda aparentar. Hace tiempo que Piqué le da vueltas a su futuro, aunque le cueste disimular que se votaría como presidente del Barça.