El peso de encima que se ha sacado el Barça

Conte jamás terminó de confiar en Batshuayi

Conte jamás terminó de confiar en Batshuayi / AFP

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Antonio Conte tiene una forma muy particular de gestionar sus plantillas. Es un entrenador de ideas fijas, de fuerte carácter y de unos valores ante los que se puede estar menos o más de acuerdo, pero muy firmes. Es por eso que a lo largo de su carrera como técnico ha chocado ya con varios jugadores tanto a nivel personal como a nivel deportivo. No congenió desde un inicio con Diego Costa y, a pesar de que el hispanobrasileño fue su '9' titular durante la consecución del título de campeón de Premier League, nada más acabar la temporada anunció que no contaba con él.

Costa finalizó con unos números más que decentes el curso. 22 goles oficiales, 20 en la Premier. Pero su relación con el italiano se fue deteriorando y el de Lagarto vivió un verano y un inicio de curso muy complicado, hasta el punto que firmó por el Atlético aún sabiendo que hipotecaba la primera mitad de campaña (los colchoneros solo podían incorporar a jugadores a partir del mercado de invierno por la sanción de la FIFA).

En cualquier caso, más allá del caso de Costa, hay otro nombre con el que es evidente que no se ha terminado de casar el exentrenador de Italia y de la Juventus. Michi Batshuayi firmaba el verano de 2016 por el Chelsea procedente del Marsella a razón de 39 millones de euros. Apostó fuerte el cuadro 'blue' por el belga. Finalizó con 11 goles en todas las competiciones Michy en su primera campaña, pero jamás le tosió la titularidad a Costa. Ni siquiera era la segunda opción en la punta de ataque. Comenzaba este nuevo curso con ilusiones renovadas, pero tampoco Conte ha terminado contando con él. Cuando ha estado bien, Morata le ha pasado por encima, a pesar de haber anotado 12 goles en apenas media temporada jugando 'ratitos'.

Hola, Olivier; adiós, Michy

Sea como fuere, el preparador italiano consideró que necesitaba otro perfil de '9' como alternativa a Álvaro Morata y comenzó a rastrear el mercado. Dzeko era la primera opción, pero falló. Le fue mejor con la segunda, <strong>Olivier Giroud. Costó, pero el francés terminó recalando en el conjunto 'blue'</strong> (el pasado fin de semana se estrenó como goleador, por cierto). Todo este movimiento implicaba, evidentemente, la salida de Batshuayi. A Michy se le invitó a marcharse en calidad de cedido y aceptó la opción del Borussia Dortmund.

El vacío dejado por Aubameyang le abría las puertas de par en par de la titularidad y del protagonismo al belga. Tocaba ganárselo sobre el terreno de juego. Y la verdad es que ha necesitado apenas tres encuentros para demostrarse a sí mismo, a Dortmund (y quién sabe si a alguien más) que es un delantero como la copa de un pino. Cinco goles en sus primeros tres partidos, inclusive los dos de la remontada que prácticamente él solo se fabricó en la ida de dieciseisavos de la Europa League frente al Atalanta (3-2). Ha hecho olvidar al ariete gabonés en un mes escaso con su versatilidad, su potencia y la alegría que desprende sobre el terreno de juego. Sus volteretas en las celebraciones han provocado ya algún que otro dolor de cervicales a los intrépidos aficonados del cuadro de la Cuenca del Rühr que han osado a imitarle con algunas Pauläner de más.

Con todo, el gran momento de forma de Michy podría haber provocado algún que otro quebradero de cabeza para el Barça si hubiera seguido en Stamoford Brige. Pero afortunadamente no deberán preocuparse los de Valverde por este asunto. Por cierto, Batshuayi está cedido por Chelsea hasta final de temporada, pero dicen en Inglaterra que los londinenses aceptarían un trueque por Pulisic. Veremos...