EL PERFIL: Una 'erupción' en el caos napolitano

Se ha convertido en el verdadero ‘faro’ de este Nápoles. En una temporada convulsa y en la que De Laurentiis ha estado a punto de hacer erupcionar el Vesubio después de más de 75 años inactivo con sus continuas salidas de tono, el chico de Los Palacios es el clavo ardiendo al que se agarra una afición napolitana famosa por su fervor desmesurado. 

Fabián Ruiz se marchó del Betis año y medio atrás y en la vetusta Nápoles ha conseguido derribar la puerta y construir su propio destino. Su evolución ha pasado por las etapas y los peldaños que necesita un futbolista para forjarse mentalmente. Barrio humilde, familia trabajadora con dificultades, inicios desde lo más bajo, problemas de crecimiento, etc. Nápoles es una ciudad peligrosa. No solo porque es la segunda con más índice de delincuencia de Europa solo por detrás de Marsella, sino porque se vive el fútbol con una pasión tan fuera de lo común que no hay puntos intermedios. 

UNA CIUDAD DE POLOS

Los extremos rigen el día a día de la urbe del sur de Italia y más te vale esforzarte y vaciarte para caer en gracia porque si te equivocas de actitud o empiezas con mal pie  tu rutina puede convertirse en un infierno. Eso sí, si te lo dejas todo y tienes la suerte de que te acompaña la flor, puedes llegar a ser una especie de ‘semidiós’. Porque la ‘Bella Napoli’ es así, capaz de adorar a una divinidad futbolística (que se lo digan a Maradona) y rezarle cuatro ‘rosarios’ al día.

El andaluz, que por cierto dejó una obra de arte el otro día frente al Brescia, se ha convertido en un habitual de la selección española, en un brote verde consumado y que ha contado con la confianza total tanto de Luis Enrique como de Robert Moreno (en la memoria esa exhibición contra Suecia en un partido decisivo para estar en la Eurocopa). Sus números no son espectaculares (tres tantos y dos asistencias en 30 partidos), pero su sombra alcanza bastante más que la frialdad que puedan dar unas cifras. Eso, y que llega al encuentro contra el Barça totalmente ‘on fire’ y convertido en una amenaza real junto a los ya habituales Mertens o Insigne. Ojito...