La penúltima gran obra de Ronald Koeman

Del Ronald Koeman entrenador parece que solo recordemos lo negativo. El juego espeso, sus ruedas de prensa en ocasiones agrias. Pero lo cierto es que el técnico neerlandés cogió a un equipo en depresión tras caer por 2-8 en Lisboa ante el Bayern y consiguió acabar el curso con un título. Sí, de acuerdo, fue una Copa del Rey, pero pocos lo hubieran dicho después del descalabro ante el cuadro bávaro. Luego el chicle quizás se estiró demasiado y entre la nula confianza de la nueva directiva, las bajas y su gestión acabaron por enterrar al de Zaandam.

Una de sus grandes obras, uno de aquellos días que quedó guardado de su etapa en el banquillo azulgrana, fue en Donostia. Justo hace un año, en el Reale Arena. Sin que nadie lo esperara, el Barça pasó el rodillo por el recién renovado estadio realista. El equipo barcelonista no dio ninguna opción al cuadro de Imanol Alguacil desde un buen comienzo. Un doblete inesperado de Dest, otro más habitual de Messi, un gol de Griezmann y otro de Ousmane Dembélé.

FALTABA LA 'GUINDA'

Una exhibición total, la penúltima de Ronald Koeman al mando del FC Barcelona. Aún faltaba la guinda de la final de la Copa del Rey (0-4) en La Cartuja frente al Athletic. Volviendo a ese 1-6 en la capital guipuzcoana, ni Leo ni Antoine siguen de aquel once inicial. Ronald salió con defensa de tres y dos carrileros, Alba y Dest, que se hartaron a incorporarse (de hecho, uno de los tantos de Dest llegó tras una asistencia desde la izquierda del de L'Hospitalet).

Y, ojo al dato, Mingueza y Lenglet, actualmente casi defenestrados, fueron titulares. Más de un año después, el Barça regresa al Reale Arena con ganas de repetir una gesta así, aunque la igualdad en la tabla y las buenas prestaciones del cuadro de Imanol lo hacen complicado. Pero claro, nadie lo esperaba el curso pasado...