El penalti 'persiguió' a Messi tras el partido

Ganador como nadie, el argentino no ocultó su frustración por haber fallado la pena máxima

A Leo se le vio pensativo y algo ausente tras el choque. Le costó desconectar pese a la gran imagen que había dado el equipo

El penalti de Messi que tuvo que repetirse: La acción al detalle

Leo Messi no pudo convertir un penalti en el final de la primera parte pero la imagen parece indicar que debió haberse repetido ya que Verratti entró claramente en el área / MEDIAPRO

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

El Barça viajó a París sin presión, sin nada que perder y mucho que ganar. Es por esto que la eliminación no afectó emocionalmente a los jugadores azulgranas. Ilusionados pero a la vez realistas, sabían que quedar en la cuneta era la opción más probable tras el choque en el Parque de los Príncipes. Tras el partido, el grupo se mostró orgulloso de la imagen dada. A través de fútbol, el Barça demostró no tener nada que envidiar al PSG. Sin embargo, hubo un jugador al que le costó más ver la cara positiva de la noche de ayer: Leo Messi. No porque no estuviera satisfecho con el rendimiento del equipo o el suyo -hizo un auténtico partidazo-, sino por la jugada del penalti, que le persiguió durante un buen rato al término del encuentro.

Ganador como prácticamente nadie, el '10' era consciente de que aquella jugada pudo acercar al Barça al milagro. Guardiola, Luis Suárez y otras personas cercanas al rosarino ya explicaron en su día que a Leo no le gusta perder ni a las canicas. Pero menos aún le gusta cuando siente que es él quien pudo cambiar el desenlace del partido. Leo es sinónimo de autoexigencia y siempre quiere más. El hecho de haber sido de nuevo el mejor de su equipo y haber anotado un auténtico golazo desde 30 metros no le servía como consuelo.

Tras el pitido final, Di María y otros jugadores del PSG se mostraron cariñosos con Leo. Sereno pero a la vez con un rostro serio, el crack azulgrana todavía le daba vueltas a la acción del penalti. Dicha sensación se prolongó también en el vestuario y en el trayecto hacia el hotel: a Messi se le vio algo ausente y pensativo durante un buen rato. Quizá por eso algunos de sus compañeros, incluido alguno de los más jóvenes, tuvieron gestos de complicidad con el capitán. Como todo el equipo, el rosarino estaba orgulloso de los 90 minutos completados pero tenía cierto sentimiento de responsabilidad en esa pena máxima que le detuvieron entre Keylor y el poste.

TRAS EL LAMENTO, BORRÓN Y CUENTA NUEVA

A sus 33 años, Messi las ha visto de todos los colores y la realidad es que aún anotando ese penalti la tarea del Barça habría seguido siendo muy complicada. Además, Leo sabe que tiene una altísima cuota de responsabilidad en el fabuloso primer tiempo del equipo. Como él mismo ha reconocido en alguna entrevista, la edad ayuda a tolerar mejor las frustraciones, por lo que hoy el argentino ya no mira hacia atrás y solo piensa en el doblete por el que puede luchar el Barça. El breve lamento de ayer ha dejado paso al 'borrón y cuenta nueva'.