Peligra Dembélé

Jordi Gil

Jordi Gil

El Barça está dispuesto a tomar decisiones de gran calibre en este mercado de verano. Uno de los afectados por la reestructuración de la plantilla barcelonista puede ser uno de los jugadores que ha levantado mayor controversia en el club, como es Ousmane Dembélé.

A priori, el galo no debería ser de los nombres puestos encima de la mesa por su edad, 22 años, proyección y coste de su fichaje hace dos temporadas, 105 millones más otros 40 en variables. Sin embargo, la realidad ha colocado al francés en muy mal lugar y la directiva blaugrana contempla el escenario de un traspaso.

El Barça tampoco agitará el mercado para colocar al futbolista a toda costa.  No puede transmitir esta sensación de puertas afuera ya que rebajaría mucho el caché del jugador y la idea es recuperar la alta inversión realizada.

No es intransferible

Otra cosa distinta es si algún club llama a la puerta barcelonesas. Entonces, el club escuchará la propuesta detenidamente. Es decir, Dembélé no cuenta con el cartel de intransferible ni mucho menos.

La venta sería una decisión dolorosa por las altas expectativas generadas y la sensación de que tiene unas condiciones para ser un jugador de referencia. Sin embargo, el propio Dembélé no está dejando otra opción que no sea una marcha para solucionar un problema constante en el vestuario.

Dejando de lado el handicap de su rendimiento irregular, su comportamiento se aleja del habitual de un futbolista de élite. Sus despistes y excentricidades han colmado la paciencia del club.  En el club están hartos de muchas de sus salidas y no dudarían en exceso en caso de que se plasmara una propuesta firme.

Despistes constantes

Aunque Valverde lo considera clave -como se vio cuando admitió su error de alinearlo ante el Celta el día de su última lesión-, el Barça cree que no puede permitirse el lujo de estar constantemente en vilo.

Dembélé es demasiado propenso a las lesiones y tampoco se percibe que esté cuidando al máximo todos los detalles del día a día como prevención. A su fragilidad hay que añadir las lagunas de concentración. Aunque sea anecdótico, en el club aún alucinan cuando vieron que se sentó en el banquillo de suplentes durante unos minutos en un partido que estaba descartado. Un detalle más que pone al descubierto el talante del futbolista.