Pedrito vuelve a casa

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Antes de irse, Pedro volvió a dejar su sello. Ernesto Valverde, al que ahora tendrá enfrente, defediendo al Barça de la misma manera que él lo hizo durante nueve temporadas, quiso aguar su marcha tras ganar la Supercopa de España dirigiendo entonces al Athletic antes los blaugrana con un 4-0 en San Mamés y un 1-1 en el Camp Nou. Pero ese no es su último gran recuerdo.

Sí lo fue el Estadio Boris Paichadze, en Tiflis (Georgia). Allí se jugó, el 11 de agosto de 2015, nueve días antes de que se hiciera oficial su fichaje por el Chelsea, la Supercopa de Europa. Barça, como campeón de la Champions, y Sevilla, como campeón de la Liga Europea, la disputaron. Los de Luis Enrique se adelantaron 4-1, pero los andaluces empataron antes de llegar al 90. Fue entonces cuando Pedro hizo su último gran servicio al barcelonismo. Salió en el 93' y, cuando los penaltis ya esperaban a la puerta de la esquina, aprovechó un rechace de Beto para romper el equilibrio y ganar el título. No fue el más celebrado porque la temporada había sido complicada. La titularidad indiscutible, con Neymar en la plantilla, era un recuerdo del pasado.

Pedro hacía mucho que había decidido irse. Primero se especuló con la posibilidad de que fuera el Manchester United quien se hiciera con el canario, pero fue finalmente el Chelsea, entonces entrenado por Mourinho, el que firmó al delantero. No fue un aterrizaje sencillo porque, además de acabar de encajar en el proyecto a nivel deportivo, tampoco a nivel personal las cosas le fueron como esperaba. Todo ello hizo que el jugador llegase a plantearse la posibilidad de regresar a Barcelona, algo que no acabó concretándose.

Sí lo hará este miércoles, aún vestido con la camiseta de los 'Blue', para medise al Barça en la vuelta de los octavos de final de la Champions, esa que ganó tres veces con el Barça, en 2009, 2011 y 2015. Casi nada. Pedro es uno de los nuestros. Un grande. Un futbolista al que Guardiola rescató de su más que posible adiós poco antes de que el Barça C desapareciera para convertirle en una figura mundial. Él puso el resto gracias a su capacidad goleadora, humildad y sacrificio. Pero, sobre todo, gracias a la gran competitividad que solo Pep supo ver en él. 

El Camp Nou tendrá el lujo de volver a disfrutar, aunque sea hoy con otros colores a uno de los grandes protagonistas de la época más excelsa que ha conocido el club. Pedro, antes de despedirse dejando en caja 30 millones de euros (su último regalo), ganó con el Barça cinco Ligas, tres Champions, tres Copas, cuatro Supercopas de España, tres Supercopas de Europa y dos Mundiales de Club. Un palmarés del que pocos pueden presumir al que sumó, gracias a su carrera en el Barça, un Mundial y una Eurocopa con España.

Será bonito ver cómo la afición blaugrana recibe a uno de los suyos. Tan cruel en ocasiones, los seguidores del Camp Nou tienen claro quién merece su reconocimiento. Y Pedro Rodríguez, al que en sus primeras apariciones por allí ovacionaron al grito de "Pedrito", es uno de ellos.