Historia SPORT

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La ‘paradinha’ de Bio en Toulouse

El árbitro, además de anular un penalti al Barça, no permitió repetirlo y el equipo se retiró

La pena máxima la lanzó el brasileño Bio, un especialista, con su clásico engaño al portero

El gol de Bio, de penalti, que fue anulado y el árbitro no permitió que repitiera. Ello motivó la retirada del FC Barcelona

El gol de Bio, de penalti, que fue anulado y el árbitro no permitió que repitiera. Ello motivó la retirada del FC Barcelona / Xavi Valls (RB)

David Salinas

David Salinas

La noche del 5 de junio de 1979 el FC Barcelona y el Bayern Múnich afrontaron una tanda de penaltis para definir el segundo finalista del Primer Trofeo Internacional de Toulouse. El equipo azulgrana cobró ventaja (2-1) tras el lanzamiento de Williams Silvio Modesto Verísimo, conocido futbolísticamente como Bio, tanto que fue anulado por el árbitro al considerar antirreglamentaria la ‘paradinha’ del brasileño, no permitiéndole, además, la repetición de la pena máxima. La decisión indignó a la expedición barcelonista, que acabó retirándose del campo.

El FC Barcelona bajó el telón de la temporada 1978-79, bajo las órdenes de Joaquim Rifé, que había relevado a Lucien Müller a finales de abril de 1979, disputando el Primer Trofeo Internacional de Toulouse. En la primera semifinal el Saint Étienne superó al Beveren (3-1) y en la segunda, Barça y Bayern Múnich, en un partido de escasa calidad, finalizaron la lucha con la igualdad inicial (0-0). No hubo prórroga y se pasó a resolver el empate en una serie de cinco penaltis por equipo. 

Hansi Krankl abrió la tanda y dio la primera ventaja al Barça, engañando al mítico Sepp Maier, por aquel entonces en el ocaso de su carrera. El esloveno Branko Oblak estableció el momentáneo 1-1 para el Bayern, superando a Artola. Llegó el turno de Bio, que había entrado en el minuto 88 por el ‘Milonguita’ Heredia con la misión de ser protagonista en la tanda de penaltis que ya se intuía. El brasileño, un especialista desde los 11 metros –había anotado uno de los lanzamientos contra el Anderlecht en la Recopa de esa temporada– no falló (1-2).  

Protestas

Sin embargo, Maier y todo el equipo bávaro saltaron como un resorte en busca del árbitro, Victor Balestracci –de la segunda división francesa–, reclamándole que invalidara el tanto por defecto de forma. Y es que el brasileño, antes de entrar en contacto con el balón, sin detenerse, hizo una ‘paradinha’ para ver cuál sería la reacción del portero para enviarle el balón por el lado contrario al que se venciera. 

El revuelo que se armó fue considerable. Los jugadores del Bayern protestaron la ilegalidad del lanzamiento de Bio y se salieron con la suya después de acaloradas discusiones. Sin embargo, la indignación azulgrana llegó cuando el juez no permitió la repetición de la pena máxima a Bio. Anuló el gol y dio orden que el Bayern lanzara el segundo penalti. 

Ahí, el Barça en bloque estalló. Ni Asensi, el capitán, ni Rifé, el entrenador, hicieron cambiar de opinión al inflexible Monsieur Balestracci. Y, en medio de la confusión e indignación, los jugadores barcelonistas optaron por abandonar el terreno de juego ante la impotencia de los organizadores, que querían que la tanda de penaltis siguiera su curso. Pero la posición del árbitro no admitió discusión, como la del Barça. En los vestuarios se trató de reconducir la situación, sin resultado. En el hotel barcelonista, ya de madrugada, se pactó que el equipo catalán seguiría en el torneo –incluso fue invitado a la segunda edición– para templar los ánimos, que estaban muy exaltados. 

El reglamento era claro y decía que, si antes de lanzar un penalti el jugador que llevara a efecto el golpe de castigo era culpable de conducta incorrecta, debería ser amonestado. Y agregaba que, si el penalti fuera convertido, el máximo castigo debe repetirse. 

Premio de consolación

La final se la llevó el Bayern, que ganó en la tanda de penaltis al Saint Étienne después de que los 90 minutos finalizaran con empate (1-1). La tercera plaza fue para el Barça, que se deshizo del Beveren (2-1) con goles de Asensi y Carrasco, ambos en la segunda mitad y en la recta final del choque (minutos 84 y 86). El Barça se llevó la consolación en el último partido de Neeskens como azulgrana, además de los 200.000 francos asignados al tercer clasificado. Bio fue silbado por el público por entender que era el culpable de la situación vivida el día anterior debido a su ‘paradinha’. El brasileño perdió los nervios y, además de fútbol, practicó algunas acciones de boxeo con un rival. Bio, nacido el 8 de marzo de 1953 en Araraquara, jugó 25 partidos oficiales con el Barça y anotó siete goles. Falleció el 23 de febrero de 2008 a los 54 años en Guarulhos, desempleado, a consecuencia de una tuberculosis.