Historia SPORT

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Los orígenes de Raphinha (I): de La Restinga al 'tutor' Deco

'Cortado' en el fútbol base de Gremio por ser demasiado delgado, el extremo de Porto Alegre dio muchas vueltas antes de encontrar el éxito

De familia muy humilde, se marchó solo a Santa Catarina, a más de 300 kilómetros de su ciudad, para seguir su carrera; allí lo descubrió Deco y lo llevó a Europa sin siquiera debutar como profesional

¡Parece fácil y no lo es! ¡Qué golazo de volea de primeras de Raphinha!

Raphinha se estrenó como goleador con el Barça al rematar de volea de primeras un centro desde banda izquierda /

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

En La Restinga el fútbol es una vía de escape. Un pasatiempos que, en realidad, significa mucho más para los niños y niñas que sueñan con el infinito. Tan solo un porcentaje ínfimo de ellos podrá dedicarse a darle patadas a un balón cuando crezca. Aún más irrisorio el que logre hacerse un nombre y convertirse en ídolo. Este barrio de la periferia de Porto Alegre, la duodécima ciudad más poblada de Brasil, se ha puesto estos días en el mapa por ser el lugar donde se crio el flamante nuevo futbolista del FC Barcelona Raphael Dias Belloli. Raphinha. Su historia no se entendería sin las horas y horas que pasó driblando a chavales de todas las edades y colores durante una infancia feliz. Sencilla, humilde y plena.

Un 14 de diciembre de 1996, en pleno verano en el hemisferio sur, en un clima de absoluto bochorno (en el sur de Brasil, al contrario que en la parte del trópico, sí hay estaciones y los inviernos son muy fríos), nació el hijo de Liziane (Liz) y de Maninho. Brasileña e italiano de origen. En una comunidad humilde, donde la solidaridad entre familias es una religión, Raphael empezó a familiarizarse con la bola casi antes de aprender a dar sus primeros pasos. Su padre y su tío habían sido jugadores destacados en la región y respiraban fútbol por los cuatro costados. Pero el talento del pequeño Raphinha era otro rollo.

Raphinha, en varios momentos de su infancia y adolescencia

Raphinha, en varios momentos de su infancia y adolescencia / SPORT

Enrolado desde muy pequeño en uno de los equipos de formación del Gremio de Porto Alegre, Rapha sufrió un traspiés emocional duro cuando tenía apenas nueve años. Fue ‘cortado’ al considerar los responsables de la base tricolor que era demasiado débil físicamente (‘mirradinho’, como dicen en Brasil). Un ‘cartel’ que lo ha acompañado a lo largo de su carrera. Aún hoy en día, siendo un adulto de 26 años, tiene una constitución extremadamente delgada. “Se le llenaron los ojos de lágrimas, se puso muy triste. Le pedí que no cambiara su esencia, que lo aprovechara para hacerse más fuerte mentalmente”, asegura Clayton Padilha, un viejo amigo de la familia Dias Belloli y que trabajaba por aquel entonces en el club de Porto Alegre. Una figura clave en la carrera de Rapha.

LA BARRERA DEL FÍSICO

“Sé cómo las cosas funcionan en el sur de Brasil. Para tener éxito en la base de los clubes tienes que ser fuerte y atlético. Muchos entrenadores tienen ese preconcepto.  Piensan que el fútbol es vigor físico, que los chicos tienen que ser fuertes y les dan más oportunidades. Raphinha siempre fue muy delgado, pero atrevido. Con nueve años ya jugaba contra adolescentes de 13 o 14. Solo eran capaces de pararlo con falta”, añade Padilha. Ese mocoso de peso ligerísimo desarrolló una habilidad especial para el dribbling.

Unos tiempos felices en los que la familia de Raphael subsistía como podía. Liz trabajaba en el comedor de una guardería y Maninho se sacaba un sueldo con la música (era y es músico de samba del grupo ‘Samba Tri’, al que apadrinó Ronaldinho y llevó alguna vez a Barcelona). En alguna ocasión el nuevo futbolista del Barça había tenido dificultades para pagar el autobús para ir al entrenamiento del Gremio. “Hablé con el conductor y le expliqué la situación. Sensibilizado con Raphinha, que era apenas un niño, le dijo que siempre que no pudiera pagar el billete hablara con él. Los conductores se solidarizaban con los habitantes de La Restinga”, dice Clayton.

IMITANDO A RONALDINHO

La figura de Ronaldinho es clave para él. Su ídolo, su referente y a quien ha admirado siempre. A pesar de que 'Ronnie' despuntó en Gremio y tanto Raphinha como su padre son 'torcedores' de Internacional, el rival acérrimo. “Miraba las jugadas de Ronaldinho y lo intentaba imitar en el campo. Era un fan de sus arrancadas y sus regates. Era una inspiración para él”, comenta Padilha.

Uno de los jugadores más destacados que ha salido de La Restinga los últimos tiempos es Tinga, campeón del Mundo con Brasil en 2002. “Lo conozco desde la infancia. Conozco a toda su familia, jugué con su padre cuando éramos jóvenes en las calles de La Restinga, es de mi generación. Eso es el retrato de Brasil. El fútbol es una gran oportunidad en las favelas y en la periferia. Infelizmente, Raphinha tuvo que salir para ser valorado”, ha comentado recientemente Tinga. El exjugador de Borussia Dortmund, Internacional, Cruzeiro y Gremio asegura que “me deja muy feliz el éxito de Raphinha. Me representa y representa a todo nuestro barrio. Tantos niños y adolescentes que pasan horas y horas jugando y no pueden llegar a lo más alto”.

MIL VUELTAS PARA ENCONTRAR SU SITIO

Después de jugar en muchos clubes y equipos pequeños de Porto Alegre, tanto de fútbol como de fútbol sala, Raphinha tuvo que marcharse a la ciudad de Santa Catarina, a 330 kilómetros de su casa, para hacerse un hueco en la élite brasileña. También tuvo un breve paso por Sao Paulo en el Audax. En el Avaí (actualmente en la Serie A de Brasil) despuntó en categorías inferiores. A partir de ahí, la figura de Deco, retirado hacía poco del fútbol y convertido en agente, emergió como un faro. Llegaba el momento de dar el salto a Europa. Sin siquiera haber debutado como profesional en Brasil. Portugal, próximo destino.