La Oreja de Van Gogh: "Nos fascinó ver a Maradona en Atocha"

La Oreja de Van Gogh presenta su álbum 'Un susurro en la tormenta'

La Oreja de Van Gogh presenta su álbum 'Un susurro en la tormenta' / JAVI FERRÁNDIZ

Dídac Peyret

Dídac Peyret

2007 cambió la vida de La Oreja de Van Gogh. Amaia, su cantante, dejaba el grupo que más discos vendía del país y Leire cogía su relevo.  De aquello han pasado 13 años y la banda logró lo más difícil: pasar página y sobrevivir. Otra cosa fueron los fans. Cada vez que circula un rumor sobre un posible regreso de Amaia hay revuelo en las redes. Hablamos con Leire y Haritz de la LODVG, de la Real y de su infancia en Donosti. La banda presenta su octavo disco de estudio, 'Un susurro en la tormenta' (Sony Music)

“El primer disco era mejor” es un mantra que acompaña a la mayoría de grupos y con vosotros se repite. ¿Son mejores los primeros discos de los grupos de éxito?   

Haritz: Es verdad que a veces existe ese sentimiento. Incluso nosotros caemos en eso. En,  pensar: ‘joder, nos gustaba más el primer disco o el segundo’. Creo que pierdes frescura por el camino, pero seguro que hay algo de nostalgia en esa visión.  Y lo nuevo siempre tiene un plus. Cuando descubres  un grupo, aunque sea  con el tercer disco, es probable que ese sea tu favorito.

El cantante de Manel dice que la gente que aún les pide canciones con el ukelele lo que echa de menos no es el ukelele sino lo que eran ellos en 2008...

Leire: Eso es, lo que eran ellos, no lo que eran Manel. Porque una canción te traslada a un lugar. A un momento. Y lo que echas de menos es estar tú en ese momento. Con todo lo que implica. Que seguramente implica que eras más joven [risas]. A los discos de Manel les metimos caña una temporada. Cuando  estábamos grabando en Girona nos cayó el disco que salía ‘Boomerang’ y nos encantó ‘La cançó  del soldadet’.

¿Que cada vez que se vincule a Amaia con el grupo se vuelva trending topic es cosa de la  nostalgia también?

Haritz: Es parte de esa nostalgia que hablábamos. Amaia decidió irse. Y decidió otra vertiente artística y creemos que ahora ya no tiene sentido. Estamos con Leire y el grupo es esto ahora. Y lleva más de 10 años con ella. 

Leire:  A veces magnificamos lo que ocurre en las redes.  Parece que es todo el mundo y yo te digo que, si hacemos una encuesta, habrá gente que no sabe ni que es La Oreja de Van Gogh ni que tuvieron una primera cantante y luego una segunda. 

Todos los miembros del grupo vivís en Donosti; ¿qué relación tenéis con la Real Sociedad?

Leire: Vivimos las alegrías del equipo como propias. Y cuando formas parte de un grupo de música entiendes mucho la filosofía de equipo. En el campo ves que hablan el mismo lenguaje y eso nos pasa a nosotros igual. Los sentimos cercanos. Nos gusta juntarnos para ver los partidos cuando estemos de gira lejos de Donosti. 

Haritz: Mis primeros recuerdos de la vida son vestido de La Real con mi padre cuando ganábamos ligas ¡imagínate! De Aquellos años dorados me acuerdo de toda la gente en las calles.  Y más mayor, en el 87, la Copa del Rey. Que al año siguiente perdimos contra el Barça [risas]. La Real nos sigue acompañando en cada viaje. Y hemos tocado en el estadio en el último ascenso y cuando fuimos subcampeones. 

Leire: Mi abuela nos sacó al balcón, a todos  los nietos, porque pasaba el bus de la Real. En el ochenta y dos creo que fue. Las dos ligas seguidas. Yo soy del 79. Tenía tres años, pero lo  recuerdo perfectamente. 

¿Qué jugador os ha impactado más en un campo de fútbol?

Leire: Yo tengo el recuerdo de cuando Maradona estaba en el Sevilla y jugó contra la Real en Donosti. Aquello me fascinó porque era una leyenda. 

Haritz: ¡Yo también fui a verlo!

Leire: ¡Y en Atocha, que era Atocha!  Que no era Anoeta todavía. Era el campo viejo y fuimos con el cole. Nos llevaron a ver el partido. Y fue la bomba. Él apenas jugó unos minutos.  Pero salió a calentar y se puso a hacer el tonto con el balón. Empezó pim-pam, pim-pam y nos tenía a todos idiotizados viéndole. Supongo que habría pasado lo mismo si hubiera podido ver a Pelé o a otra leyenda de ese tipo.

Haritz: Tocó dos balones y fue impresionante. Y de ahora destacaría a Messi siempre. Sobre todo en la época de Guardiola. Fue una generación irrepetible.  Jugadores como Iniesta o Xavi los he disfrutado un montón. 

¿Viviendo en un sitio como Donosti  no habéis tenido la ocasión de conocer bien a más de un jugador?

Haritz: Sí, San Sebastián es muy pequeño y te puedes encontrar a cualquier personalidad en el supermercado.  Con Xabi Alonso, por ejemplo, hemos coincidido muchísimo y es como parece. Es un tipo como nosotros. Es lo que dice siempre nuestro amigo Martín Berasategui. ‘ Yo soy un casero, somos nuestros’. No es que seamos serios, pero a veces lo parecemos por la timidez inicial. Pero luego es encantador. A los donostiarras nos pasa eso. Últimamente hemos coincidido mucho con Xabi Prieto. Jugábamos juntos en la misma plaza cuando éramos críos. Él me dice: ‘aún me acuerdo cuando jugabas, eras de los mayores’. Él era de los enanos. Y luego lo ves de repente ahí jugando en Anoeta. 

¿Y de Odegaard, qué me podéis contar de que no sepamos ya? 

Haritz: [Risas]. Nos da mucha pena que se haya ido  y nos ha llegado que es un chaval superprofesional. Un currante. La pena que solo haya durado un año porque había un grupo muy bueno. Pero bueno no me voy a quejar teniendo a David Silva en  el equipo [sonríe]. 

¿Cuál es vuestro jugador fetiche?

Haritz: Me flipaba Mágico González y he leído que también era un figura fuera del campo. 

A vosotros, en cambio, os acompaña una imagen de corrección, ¿no ha habido nada de sexo, drogas y rock & roll en el camino de la banda?

Leire: Bueno, en el grupo cada uno desempeña un poco su rol [sonríe]. Hay un poquito de aquí y un poquito de allá.

Haritz: Ya solo somos runners [risas]. Hemos tenido nuestros desmadres pero, para lo que podía haber sido, hemos sido responsables. En la primera gira hicimos más de 180 conciertos, teníamos 20 años, y luego se salía y  acabamos reventados. Antes de tocar nunca bebemos. 

¿Os habéis cruzado muchas veces en fiestas con jugadores en Donosti?

Leire: Y en Madrid. Y en Barcelona... Pero es normal; la gente joven lo que quiere es socializar, salir, desconectar. 

Haritz: Lo que ocurre en Donosti es que se sabe todo. Y la gente lo comenta en el campo. En plan: ‘Yo a  este lo vi ayer y salió de fiesta’ [sonríe].  

Leire: Mira, te voy a contar una buena. Después de un concierto de La Oreja en Galicia. Pablo, nuestro guitarrista, y Míchel Salgado se corrieron una juerga importante.  Me acuerdo que el día siguiente apareció Salgado, que apareció como si se hubiera dado una ducha, y soltó a Pablo, borracho como un piojo, en la puerta del hotel. Cuando nos lo dejó teníamos que irnos de viaje otra vez. Pero me quedó la imagen de Salgado, que apareció como un rey. Todo un profesional.