Los números que condenan a Koeman

El neerlandés cierra su etapa con un porcentaje de victorias del 58,2% y un título, la Copa 2020-21

Tras años en la élite, no pudo sostener la competitividad de un equipo que ha ido a menos

Primer día del FC Barcelona sin Ronald Koeman

Marta Fernández

David Salinas

David Salinas

Ronald Koeman cerró su etapa en el banquillo del FC Barcelona con un balance decepcionante. El entrenador neerlandés no pudo mantener la competitividad de un equipo que, si en el pasado lo había ganado todo y había marcado una época, en la actualidad estaba a años luz de sus mejores momentos. Koeman bajó por segunda vez el telón azulgrana, ahora tras dirigir al equipo en 67 partidos oficiales (con un 58,2% de victorias) y ganar un título.

Comprometido

Sabía muy bien donde se metía el héroe de Wembley 1992 cuando se anunció su fichaje el 19 de agosto de 2020, pocos días después de la hecatombe de Lisboa: el hiriente 2-8 contra el Bayern Múnich en los cuartos de final de la Champions League. Un año, dos meses y ocho días después, abandonó otra vez el Camp Nou, aunque en esta ocasión con mayor dolor y amargura con lo que lo hizo en 1995.

Los números de Koeman en el banquillo del FC Barcelona

Los números de Koeman en el banquillo del FC Barcelona / Marc Creus

Koeman, el día de su presentación, 19 de agosto de 2020, hizo toda una declaración de intenciones sobre su filosofía futbolística. Aseguró que le gustaba tener el balón y no correr detrás de él, que el fútbol era para disfrutar y que el equipo necesitaba jugar con mayor intensidad. Igualmente, se comprometió a liderar la operación limpieza para recuperar el prestigio...

También era consciente de que se acercaban unas elecciones a la presidencia y que aterrizaría un nuevo presidente. Aceptó el reto: “Si gano, puedo generarle dudas y puede que siga como entrenador”. Curtido en mil batallas, en el césped y desde la banda, Koeman no se hizo trampas al solitario y lo fio todo a los resultados, la implacable ley del fútbol.

Desvivido por el Barça

Fuentes allegadas al estratega de los Países Bajos, el primer jugador por el que el Barça rompió la barrera de los 1.000 millones, aseguraron a SPORT que “lo dio todo” para sostener al equipo en lo más alto, que “buscó soluciones” y se “desvivió” para salvaguardar la imagen y la historia de la entidad.

Seguramente, Koeman es uno de los extranjeros que han defendido la camiseta barcelonista que mejor han entendido la solera y grandeza del Barça. Los que lo conocen bien saben que siente los colores como un aficionado más y que su pasión nació en 1989, cuando fichó, y se eternizó en 1992, con el histórico gol en la final de la Copa de Europa.

Koeman no ha podido transmitir ahora esa pasión al equipo, que ha vivido desde su llegada en una montaña rusa con más descensos que ascensos. Pocos goles (una media de dos por partido), muchas derrotas (16), un elevado número de goles en contra (75), la salida de Messi y las telarañas en la caja han precipitado la salida de una leyenda por la puerta de atrás.