Un nuevo y bendito problema para Ernesto Valverde

Arturo Vidal: "Estoy en mi mejor momento"

 El chileno habló en rueda de prensa previa al duelo de Champions ante el PSV / EFE

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Dembélé no es el único quebradero de cabeza que tiene encima de la mesa Ernesto Valverde. El técnico extremeño (junto con la parcela deportiva y directiva del club) deben tomar una decisión sobre si sancionar o no al jugador francés y si hacerlo de forma ejemplar o tan solo como un nuevo ‘aviso’ ante sus constantes indisciplinas. Todo cuando, probablemente, se encuentre en su mejor momento desde que aterrizara en el Camp Nou.

El otro problema al que nos referimos, afortunadamente para sus intereses, es meramente deportivo y más que un problema es una bendición. Porque tener a varios futbolistas luchando por una plaza y estar obligado a rebanarte los sesos para decidir a cuál pones y a cuál dejas en el banquillo es la tesitura en la que cualquier entrenador querría verse. Es indudable que en este Barça hay jugadores que son intocables, cuya titularidad y galones son incuestionables. Léase Messi y Suárez en la parcela ofensiva, Busquets en el pivote, Alba en el lateral zurdo o Gerard Piqué en el eje de la zaga. Pero hay otras demarcaciones más dudosas.

Arthur Melo comenzó la temporada lógicamente con mucho por demostrar y partiendo de inicio desde el banquillo. Tardó poco en darle razones a Valverde para que le reservara una plaza en el once. Su primera gran exhibición en Wembley ante el Tottenham le abrió unas puertas de par en par que solo se han cerrado por unos inoportunos problemas en el aductor. Pero como bien dice la dicha, ‘no hay mal que por bien no venga’ y esa vacante le ha servido al ‘Txingurri’ para darle la alternativa a un Arturo Vidal que ha pasado a tener un papel muy protagonista en este Barça. La del derbi fue la culminación a un crecimiento sostenido que se explica, básicamente, por un tema de confianza y de tono físico. Vidal está encontrando su punto óptimo y las últimas titularidades han ayudado sin duda. Acompañando a Busquets y Rakitic en la medular se ha hecho un hueco y no está dispuesto a perderlo.

El centrocampista brasileño ya se entrena con normalidad y, de hecho, todos daban por hecho que entraría en la lista para el derbi. Fue una sorpresa incluso para él no verse entre los convocados, pero se entiende que Valverde no quiso forzar ante el elevado calendario que hay por delante antes de que termine el año. Melo se había asentado gracias a su buen trato de balón, a su inteligencia táctica y a su facilidad para asociarse. Un centrocampista ‘made in’ Barça. Un perfil muy distinto es el que da Arturo Vidal. El chileno no es para nada tosco (recordemos que trabajó con Pep Guardiola en el Bayern y tuvo bastante protagonismo), pero sí que es más perfil ‘coast to coast’, un llegador nato, un trabajador incansable y un líder en el césped. Pura sangre y carácter.

Es realmente una bendición tener a dos prototipos de interior tan distintos y al mismo tiempo tan útiles. Te permite un abanico de opciones tan amplio como amplios son los sistemas de juego de los equipos rivales que te has encontrado y encontrarás hasta final de temporada. Pero lo que desde fuera se ve con buenos ojos y como algo altamente positivo, desde dentro puede significar también un pequeño ‘marrón’ para el encargado de cantar los onces a sus futbolistas. En caso de quedarse fuera, Arthur se preguntará: “¿Pero qué he hecho? Mi único pecado fue lesionarme porque antes estaba en un momento excelente, tanto de forma como de confianza”; por el contrario, Arturo Vidal, aún con más razón incluso, dirá: “¿Cómo puedo quedarme fuera si vengo estando cada vez mejor, corro los 90 minutos arriba y abajo sin parar y está todo el mundo encantado conmigo?”

Bendiciones que se convierten en problemas y problemas que desembocan en un una bendición.