Una nueva Liga con 'Geri'

El Barça vuelve a depender de sí mismo y Piqué no quiere perdérselo

Decidió estar en la final de Copa a pesar de no tener las mejores sensaciones y fue el líder del equipo

Por si aún había dudas del barcelonismo de Messi: así reaccionó y celebró el gol de Piqué

Por si aún había dudas del barcelonismo de Messi: así celebró el gol de Piqué / RFEF

Dídac Peyret

Dídac Peyret

"En el vestuario es como un niño grande. Le cuesta mucho entrenar, pero después es una bestia competitiva en los partidos”. Luis Enrique resumió así hace dos años su experiencia con Gerard Piqué.

Al central siempre le han gustado los retos. Incluso esta temporada, que por primera vez en su carrera ha vivido la cara más cruda del fútbol. La de las lesiones graves.

Piqué quería jugar el clásico pero a última hora, y a pesar de ser infiltrado, se quedó fuera. El mismo vio que no estaba preparado, que las sensaciones no eran buenas, que su rodilla no tenía la estabilidad suficiente para un partido tan exigente.

Con la final de Copa todo apuntaba a lo mismo pero al final Piqué decidió arriesgar y jugar. Más sorprendente fue aún su nivel tras semanas parado.

El central fue el líder de la defensa y ofreció un clínic. Con la ayuda de Lenglet y Mingueza estuvo agresivo en el corte y clarividente en la salida de balón. 

"Creo que ha sido un año difícil. Ha sido como la vida, hay veces que te caes y te tienes que levantar"

Respaldado por un sistema que exige menos metros a los centrales, Piqué se encontró muy cómodo en un Barça que jugó uno de los mejores partidos de la temporada.

El central ya fue clave en la eliminatoria ante el Sevilla con un gol épico y en la final dio muchísima seguridad al equipo. Su actuación subrayó que, incluso sin estar al cien por cien, sigue habiendo un abismo entre Piqué y el resto de de centrales de la plantilla.

Líder culé

Pero más allá de lo futbolístico, fue el jugador que más apretó a sus compañeros, un líder en partidos -las finales- donde todos los equipos necesitan referentes.  

El Barça encontró en él la bestia competitiva de la que hablaba Luis Enrique. Un futbolista con un descaro arrollador. Una persona acostumbrada a ganar y un culé singular, porque siempre ha estado lejos del perfil clásico, aquel casado con el fatalismo y el miedo a la derrota.

Piqué representa la cara de un nuevo perfil de culé acostumbrado a la victoria y desacomplejado. Ante el Athletic volvía a enfrentarse a Iñaki Williams, uno de esos futbolistas que hace que los centrales vayan al límite.

Un futbolista que en situaciones de campo abierto suponen un reto para cualquier defensa. Y así lo planteó Marcelino: había que replegar líneas y salir al contragolpe con Williams. 

Pero el Athletic se encontró con un Barça tan concentrado y tan junto que Busquets casi jugaba al lado de Messi. Con un Barça que solo tardaba unos segundos en recuperar el balón. Y que, una vez Griezmann abrió el marcador, ganó la partida anímica y el Athletic se cayó del partido como un castillo de naipes.

Gerard Piqué, euforia culé

Gerard Piqué, euforia culé / FCB

Piqué sabía de la importancia de la final. De la necesidad que tenía el club de volver a ganar un título. Y así se vio en las celebraciones donde fue tan reconocible como de costumbre. Porque a Piqué le ocurre un poco como a Jasikevicius, los dos son tan buenos compitiendo como celebrando. 

El título llegó cuando más lo necesitaba el Barça de Koeman. Cuando había perdido parte de la inercia de antes del parón. Cuando el equipo se había quedado con malas sensaciones tras el clásico.

No solo importaba ganar sino también el cómo. Y el Barça se dio un baño de autoestima en un 2021 donde el culé ha recuperado lazos con el equipo. Donde no solo ha vuelto Messi, también han crecido futbolistas como De Jong, imperial en la final . 

“Creo que ha sido un año difícil. Ha sido como la vida, hay veces que te caes y te tienes que levantar. Creo que el equipo es otro en este 2021”. El empate del Madrid ante el Getafe, un día después, contribuyó a la sensación de fin de semana redondo, porque el Barça vuelve a depender de sí mismo para ganar LaLiga. 

Justo después de la final Piqué ya avisó que su trabajo aún no ha acabado. “Esto es como empezar de nuevo y el siguiente objetivo es la liga. Si hacemos el doblete será una temporada más que buena”.