Nolito: "Podemos meterle mano al Barça"

Nolito recibió a SPORT en su casa

Nolito recibió a SPORT en su casa / Javi Ferrándiz

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

Nolito, el delantero del Sevilla, recibió a SPORT en su casa para charlar sobre su carrera. Asegura haber cumplido todos sus sueños. O casi todos, porque nunca antes tuvo la oportunidad de disputar una final de Copa del Rey 2018.

¿Recuerda la primera vez que jugó a fútbol?

Sinceramente, no. Cuando era un niño me gustaba jugar a fútbol, me llamaba la atención. Me iba ahí, a las pistas, debajo de mi casa, en la barriada, a jugar con los que había, pero no sabría decirte.

Tiene pinta de haber sido un niño travieso.

Bueno, un poquillo. No sé, intentaba disfrutar y distraerme y jugar con mis amigos de la infancia. Jugábamos a todo tipo de juegos.

¿Como cuál?

Policía-ladrón, a botella, que le llamaba yo. Me acuerdo que era una botella y le pegabas una ‘patá’. Jugábamos... y alguna travesura hacíamos.

Y le reñían...

Bueno, estaba mi abuelo ahí. O mi abuela. Nos tenía rectos rápido. Porque yo, ya sabéis, me crié con mi abuela y mi abuelo y mis tíos, que son como mis hermanos. Y yo era el pequeño. Pero como cualquier niño de aquella época.

¿Cuándo dejó la calle por el campo de fútbol?

Yo jugué de pequeño en el Algaida y después me fui al Sanluqueño.

¿Qué día pensó que sería futbolista?

Pues sinceramente lo pensé cuando llegué al Barcelona B.

Pero ya tenía 21 años.

Ya, pero bueno, en el Sanluqueño ganaba dinerillo, en el Écija otro dinerillo y vas tirando. Tienes ‘pa’ tus cosas, te alquilabas tu piso... Pero al final no es una cosa que digas “tengo mi vida solucionada”. Juegas en Segunda B, ganas un sueldo, buscas trabajo, te compras una casa, tu coche, tal... Pero cuando llegué al Barça B ahí sí que firmé un contrato que para mí era muchísimo dinero. Y cuando estaba allí el míster (Luis Enrique) me ayudó mucho y vi que podía ganar dinero y ganarme la vida en el fútbol y que a mi familia no le faltara de nada. 

¿Se disfruta menos el fútbol siendo profesional?

Hombre, yo en el fútbol, en mi carrera, he disfrutado. He disfrutado mucho y he pasado muy malos momentos también, pero lo que sí, cuando yo disfrutaba era de pequeño. No tenía ningún problema: jugaba, jugaba y solo te enfadabas cuando perdías. Cuando jugabas te liberabas, no tenía presión mediática, nada. Estabas con tus amigos y era la hostia. Pero ahora, bueno, tienes presión, todo el mundo habla, para bien y para mal. Cuando juegas bien, cuando juegas mal. Es como un negocio, pero va en nuestro trabajo y hay que asimilarlo. 

Lo tiene asumido.

Sí, intento ser feliz, disfrutar, pasármelo bien, ayudar a mi equipo y siempre lo he dicho, soy un privilegiado porque me pagan mucho dinero por mi trabajo.

Un trabajo que empezó en el Barça.

Sí, la verdad. El Barça me cambió y, sobre todo, me cambió el míster, Luis Enrique. Otros míster me ayudaron, como Josep Maria Nogués en el Écija, como Carlos Ríos en su momento. Pero yo creo que Luis Enrique fue un poquito... Estaba en una edad en la que tenía que ir para adelante o para detrás. O me estancaba en Segunda B o Tercera o intentaba ir a lo grande y jugar en Segunda y Primera muchos años.

Fue para adelante.

El míster siempre estaba con la vara. Todos los días tal, tal... La alimentación, el tema de la cabeza. El fútbol es psicológico, igual que todos los trabajos. Y me lo creí, me lo creí, confié en mí y no me quejo porque he cumplido todos mis sueños. Y pienso que lo mejor está por llegar.

Pudo ser del Barça. ¿Qué pasó?

Estuvimos a punto de ir, pero al final me fui al City. El Barça es verdad que varios años ha puesto interés, pero, por una cosa o por otra, cosas que pasan en los clubs... Y nada. Antes de irme al City sí que era un poco Barcelona o City. Y terminamos todos, entre la familia, mi agente y todos, pensando que lo mejor era el City.

Y eso que Luis Enrique insistió muchísimo.

Sí, bueno, pero al final... En ese aspecto la verdad que ‘chapeau’, sé que insistió a pesar de que alguno nunca quiso mi fichaje, pero el tío insistió. Pero bueno, yo soy Nolito, soy un mojón, y le estoy agradecido al míster por todo.

Algún mérito tendrá usted.

No, no es mérito. El fútbol es un deporte, mi pasión, pero al final intento ser como siempre. Dentro de diez años nadie se acordará de que pude jugar en el Barça. Tus familiares, quizás. Pero es que Messi es el mejor del mundo, Suárez el mejor delantero del mundo y Neymar el mejor extremo del mundo. Pensamos que era difícil jugar y yo venía jugando, con confianza, haciéndolo muy bien. Y pensé que yéndome al City sería un poco más fácil jugar. 

Después del City, llega el Sevilla. ¿Última parada?

Espero que sea la definitiva, tengo 31 años y estoy muy, muy a gusto, muy feliz. Firmé tres años y espero, si no me echan antes, cumplir mi contrato. 

Llegó tras una etapa en el City de más a menos. 

Los primeros meses jugué y los últimos cinco meses no jugué nada. Eso me ha pasado factura aquí en el Sevilla porque psicológicamente un poco lo pasé mal. Y bueno, ahora es como empezar de cero, pero bueno, aquí estoy.

Marcó ante el Villarreal.

Yo me encuentro bien y tengo fe y siempre estoy seguro de que las cosas saldrán bien.

El Barça vuelve a su vida. Esta vez en una final de Copa. ¿Es el peor rival posible?

Sinceramente, sí. Pero tiene sus cosas negativas y positivas. A priori son el favorito y ¿qué vamos a decir que no sepamos? Pero al final es un partido y pienso que, con todo el respeto, le podemos meter mano. Si le ganas la final al Barcelona, le ganas y lo haces en la final de la Copa del Rey. Y eso tiene doble mérito. Está claro que es una final difícil, pero bueno, que nos quiten lo ‘bailao’. El que tenga la oportunidad de jugar lo disfrutará muchísimo y se lo llevará para el recuerdo. Y ya si ganamos es la hostia. Es difícil, pero también es difícil jugar contra el Leganés.

¿Le motiva más el Barça?

A mí me motiva porque yo nunca he tenido la oportunidad de jugar ninguna final. Y recuerdo que vi una, allí en el Camp Nou, cuando estaba allí, Sevilla-Atlético. Y es una pasada, el ambiente de fuera, de dentro. Me encantaría, pero manda el míster. 

¿Qué supondría para usted ganar la Copa a nivel personal?

Una alegría inmensa. Sería mi primer título con el Sevilla, en mi primer año, y sería maravilloso poder dar esa alegría a la afición. 

¿Nota más cansado al Barça?

A estas alturas de la temporada, los equipos que hemos jugado tres competiciones llegamos con más cansancio por la acumulación de partidos, pero es una final y ahí lo das todo.

¿Caer en la Champions y la opción de ganar el triplete puede afectar al Barça anímicamente?

Sinceramente, no. Fue un palo duro para ellos, pero querrán resarcirse ganando el doblete y eso les hace más peligrosos. 

Se intuye más afición del Sevilla que del Barça. ¿Eso ayuda?

Me imagino que los del Barça dirán: “¿Otra final?”. Yo me quedo en casa con la tapa y la cerveza, ¿no? Y el Sevilla, pues son más, se van para allá, con su coche, su comida, su cervecita, paran en un ‘descampao’, un párking, y se ponen a gustito. Venga su Sevilla y si ganan ya sería la hostia.

Está en su casa. ¿Nota el cariño de la gente?

Yo creo que un poquito me quieren. Soy de Sanlúcar. Todo el mundo no puede quererte, pero yo me siento querido.